"La industria fotovoltaica se busca la vida. Tras la moratoria a las
nuevas plantas con primas decretada por el Gobierno el pasado 27 de
enero, el sector ha comenzado a encontrar una salida en las pequeñas
instalaciones para autoconsumo: paneles en industrias con una gran
demanda a mediodía (restaurantes, naves con cámaras frigoríficas...) en
las que ya permiten reducir la factura eléctrica. (...)
El restaurante La Sal Varador, en Mataró (Barcelona), ha optado por
producir un 20% de la electricidad que consume al año. Lo hará con una
pequeña cubierta solar de ocho kilovatios.
Son 126 metros cuadrados de
paneles que conectó el pasado octubre. Denis Cloup, director del
proyecto, de la empresa Conergy, explica cómo cuadran las cuentas: “La
inversión fue de 13.800 euros. Esa planta producirá 11.200
kilovatios-hora al año. Esa es la electricidad que dejará de comprar
fuera, a la eléctrica. A un precio de 15 céntimos de euro por
kilovatio-hora, resulta que en ocho años habrá recuperado la inversión”.
Eso, suponiendo que el precio de la electricidad no suba. Pero con un
déficit acumulado de tarifa de 24.000 millones de euros, lo previsible
es que crezca y que la instalación se amortice antes, según Conergy.
En los hogares las cuentas están menos claras porque en buena parte
de España el consumo se produce principalmente de noche, aunque
comienzan a salir dispositivos para programar electrodomésticos para que
funcionen a mediodía, cuando los paneles producen.
El caso de Mataró es solo un ejemplo de algo creciente: la apuesta
por el autoconsumo instantáneo. Hasta ahora, la industria fotovoltaica
estaba volcada en construir grandes plantas en suelo, que conseguían
jugosas primas por la electricidad producida.
Cuando Industria secó las
primas ya señaló que el “balance neto de electricidad cuya regulación
está en curso, constituye una alternativa real para el desarrollo de
instalaciones de pequeño tamaño a través del fomento del autoconsumo de
energía eléctrica”.
Balance neto significa que uno produce energía solar
y lo que no consume lo intercambia en la red. La norma que lo regula
debía estar lista cuatro meses después de la moratoria, pero sigue en
tramitación.
Pero la industria fotovoltaica no ha esperado. Amparándose en un
decreto de 2011 para la conexión de instalaciones de baja potencia, y en
que las comunidades empiezan a desarrollar los procedimientos, ha
comenzado a instalar cubiertas en tejados. Primero, poco a poco, y ahora
crece exponencialmente. “Tenemos entre 10 y 15 proyectos entre manos”,
explica Cloup.
La misma visión da Sergi Belda, responsable de compras de la empresa
Prosolia: “Hay restaurantes, hoteles, cooperativas agrarias...”. Las
plantas se diseñan para que no haya sobrantes a la red. Es decir, el
equivalente al consumo máximo al mediodía.
Teresa Marticorena, de la
empresa Proinso, también explica que la firma ha pasado de “hacer
plantas con prima en suelo a cubiertas en autoconsumo”. Ya tiene una
residencia geriátrica en Badajoz y una nave industrial en Navarra. Los
ejemplos se suceden. (...)
La clave está en la bajada del precio de los paneles, que en 2008
suponían el 80% del coste de la instalación y ahora solo un tercio. Por
muchos motivos —mejoras tecnológicas, aumento de la capacidad de
producción, hay denuncias de subvenciones encubiertas de China...— los
paneles cuestan hoy un 20% que hace 10 años. Y siguen bajando.
Cuando salga la norma del balance neto, el excedente se podrá
intercambiar y eso ayudará a atraer clientes. “Esta es la única salida
que le queda al sector solar en España tras la paralización de las
primas. Esto no tiene primas porque no las necesita”, resume Belda. (...)
El director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), José
Donoso, no tiene dudas: “El autoconsumo va a ser la próxima revolución
energética y los retrasos en la norma solo van a conseguir que España no
la lidere. Ya se está haciendo de forma casi clandestina porque los
números salen y sin ningún tipo de prima”. (El País, 18/11/2012)
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