"Desde prótesis para uso medicinal hasta las piezas aeronáuticas o componentes de automoción, la impresión 3D está revolucionando los métodos de producción de grandes y pequeñas empresas en todo el mundo.
Galicia se apunta a esta tecnología,
en expansión meteórica en la última década, a través de una decena de
empresas que trabajan para sectores determinantes de la economía
gallega, como la industria naval, automoción, construcción, mobiliario,
la salud o la creación artística.
Explicada de una forma muy simple, la también llamada fabricación aditiva es la producción de objetos en tres dimensiones con máquinas inteligentes conectadas a Internet.
Nadie cuestiona ya que esta nueva manera de fabricar objetos sacudirá
los cimientos de sectores empresariales e industriales tradicionales,
como las cadenas de montaje.
Solo un ejemplo vinculado a Galicia: la multinacional del metal Alcoa,
que tiene una planta en A Coruña, ha anunciado una inversión de 60
millones en la expansión de su centro de investigación en Pensilvania
(EE.?UU.) «para acelerar el desarrollo de materiales y procesos
avanzados de impresión 3D en sectores como el aeroespacial, automoción,
médico o construcción», dijo su presidente, Klaus Kleinfield.
Galiprint3D y Lupeon 3D, de A Coruña, son dos de las empresas pioneras en la aplicación de esta tecnología. Brinka3D y, I+3ddesigne (A Coruña), Nort3D (Pontevdra) o Ialma3D (Compostela) son también buenos exponentes de lo que se está fraguando.
«La impresión en 3D supone una revolución en el mundo
del diseño, porque permite formas imposibles de fabricar de otra
manera», aseguran Adrián Sánchez e Luis Mandayo, los socios creadores de
Lupeon 3D, pioneros en España por ofrecer esta tecnología bajo demanda,
y hacerla accesible a cualquiera, no solo a las grandes empresas. Uno
de sus trabajos más conocidos es la maqueta de la reforma del estadio
vigués de Balaídos.
Detrás de estas empresas gallegas está gente muy
joven. Arquitectos, ingenieros o diseñadores industriales visionarios
del potencial de negocio que está por venir. Las cifras de las
consultoras especializadas marean. El año pasado se vendieron cerca de
133.000 impresoras 3D en el mundo, un 68 % más que en el 2013, según
Canalys.
El OBS Business School de la Universidad de Barcelona
dice que el valor generado por las industrias ya inmersas en la
fabricación digital con impresión 3D es de 188,15 millones de euros, con
una tasa anual de crecimiento del 26 % para el 2016 y del 30 % para el
período 2016-2021.
Enrique Otero Neira es un arquitecto de A Coruña que
descubrió la impresión 3D cuando trabajaba en un estudio en Holanda.
Siguió ampliando conocimientos en Barcelona y, «como la tierra tira»,
hace un año montó su empresa en Galicia, que presta servicio de
impresión 3D, consultoría, formación y venta de esta tecnología. «De
momento estoy yo solo, con colaboradores puntuales en función del tipo
de trabajo. Para la producción de moldes me desplazo yo con la impresora
a las empresas», afirma.
El arquitecto destaca el gran potencial de esta nueva
forma de generar piezas en tres dimensiones. «La tecnología existe
desde la década de los ochenta, pero en los últimos 10 años se ha
generalizado por su coste más bajo», afirma.
«Cualquier objeto físico
hoy en día se puede construir con una impresora 3D», asegura. ¿Llegarán
estas máquinas a sustituir a las empresas y trabajadores de moldes y
matrices? «La gente sigue siendo necesaria, lo que sí va a cambiar, sin
duda, es el tipo de preparación necesaria. Hará falta una mayor
cualificación», afirma el arquitecto coruñés.
Nort3D es una empresa montada por tres jóvenes socios
en Moaña (Pontevedra) con apenas un año de vida y ya una buena cartera
de clientes. «No hacemos labor comercial, hemos apostado fuerte por
nuestro posicionamiento web y son ellos los que nos contactan», afirma
Jesús Baqueiro, ingeniero naval y socio de Nort3D.
Cuenta que la idea de enfocar el negocio a la
impresión 3D surgió del interés por el diseño industrial y las
posibilidades que ofrece esta tecnología. «Nuestro objetivo es facilitar
a empresas y particulares el desarrollo de sus ideas y proyectos», dice
el ingeniero. Relata también, a modo de ejemplo que, entre otras muchas
cosas, están trabajando en la creación de una pieza que ya no se
fabrica para un modelo de moto BMW antiguo.
«Las posibilidades son muy grandes y el coste es
competitivo, siempre que no estemos hablando de producción en serie»,
explica. «Modelamos los objetos según las directrices marcadas por
nuestros clientes. Podemos llegar a generar modelos prototipo y piezas
finales de todos los tamaños», aclara el empresario.
El gigante tecnológico Google acaba de confirmar una
inversión de 100 millones de dólares en la empresa Carbon 3D, y lo ha
hecho por considerar que es «uno de los sectores tecnológicos que mejor
futuro vaticinan los analistas y cuyo uso puede revolucionar numerosos
sectores.
Cada vez son más las grandes corporaciones que
utilizan impresoras 3D para crear nuevos productos, mejorar los antiguos
o evolucionar en sus procesos de negocio. La aeronáutica Boeing fue una
de las pioneras en adoptar la tecnología de la impresión 3D. Ha
realizado hasta el momento más de 20.000 piezas para 10 aviones
diferentes, tanto militares como comerciales. Incluso ha logrado
imprimir una cabina de avión completa.
El constructor de vehículos Ford es pionero en la
utilización de esta tecnología, desde 1980. Recientemente ha impreso un
capó para el nuevo Ford Mustang, que hace la pieza número 500.000. Según
indica Ford en su web corporativa, «la impresión 3D consigue
simplificar procesos que de forma tradicional conllevarían un coste de
500.000 dólares y una duración de 4 meses, en 4 días y con un gasto de
3.000 dólares».
No queda ahí la cosa. Mark Parker, CEO (director ejecutivo) de Nike,
reconoce que la impresión tridimensional ha supuesto un gran impulso
para la compañía que en lo que va de año ha experimentando un
crecimiento del 13 %. La compañía fabricó con 3D los tacos de las botas
de los jugadores de la Super Bowl 2014 y ya prepara su aplicación a
nuevos productos.
No hay límites para esta tecnología. La firma de
joyas American Pearl ya ofrece a sus clientes la posibilidad de crear
una pieza única de joyería escogiendo de forma on line el metal, piedras preciosas o diamantes que después se imprimirán en 3D.
Hasbro acaba de anunciar un acuerdo de colaboración
con 3D Systems, para aplicar esta tecnología de impresión a la
fabricación de juguetes infantiles. Hasbro cuenta con una serie de
franquicias que se beneficiarán de esta innovación como My Little Pony,
Playskool o Barrio Sésamo." ( / la voz, 14 de septiembre de 2015)
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