En este contexto surge una nueva iniciativa en Silicon Valley (California) que podría pegar fuerte en España: un sitio web, verbling.com, recién creado, donde individuos tendrán la oportunidad de conversar en inglés cara a cara, por videoconferencia, con nativos. Y es gratis, pero requiere tiempo.
Lo que opera aquí es el antiguo sistema del trueque. El angloparlante con el que se videochatea no es un ángel de la caridad. Él, a su vez, quiere aprender español. Entonces, a cambio de charlar con él o ella en inglés se charla, por igual cantidad de tiempo, en español.
Lo que propone Verbling es juntar en una plataforma de Internet a gente de todo el mundo que quiera aprender el inglés o el español y crear el entorno para que cada uno dé con las personas idóneas para establecer intercambio de beneficio mutuo.
En tiempo real, y sin necesidad de hacer ninguna descarga, un español que esté aprendiendo inglés se encuentra con un británico o un norteamericano (o un australiano) que esté aprendiendo español.
Los moderadores invisibles de Verbling establecen los horarios, ofrecen temas de conversación y hacen el papel de árbitros, asegurando que si se habla cinco minutos en inglés se hablará cinco en español.
Al menos en la fase inicial de los intercambios. De ahí en adelante las parejas que se vayan formando podrán establecer sus propias reglas de juego.
La idea de verbling.com surgió de dos jóvenes suecos, Jacob Jolis, de 20 años, y Mikael Bernstein, de 24, que estudian en la Universidad de Stanford, en California. Se asociaron con Fred Wulff, un experto en software de 26 años que trabajaba en Google, y convencieron a los inversores que lanzaron Facebook para aportar los fondos necesarios y dar alas al proyecto.
Los tres jóvenes, cuya plataforma virtual ha salido en vivo en el ciberespacio este mismo mes, trabajan día y noche para estudiar las necesidades de los usuarios. Un plan en desarrollo es dar con el software para medir la evolución lingüística de cada uno de ellos.
El objetivo, explican, no es remplazar las clases tradicionales de inglés, ya que el trabajo de base -adquirir gramática y vocabulario- es ineludible, sino complementarlas de una manera amena y barata. Solo es necesario tener acceso a un ordenador y a una línea de banda ancha.
Si funciona, y convence, puede ser una solución especialmente atractiva en España, donde hay más demanda para aprender el inglés que en prácticamente cualquier otro país de la tierra." (El País, ed. Galicia, Ciberpaís, 26/07/2011, p. 45)
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