Este hombre de negocios que trabajó en Wall Street y como directivo de grandes empresas, ahora se dedica a crear y asesorar bancos especializados en microfinanzas y empresas para satisfacer la demanda de las capas más desposeídas. "Los microcréditos", explica, "nacen a finales de la década de 1970 de la labor de las ONG, concediendo pequeños préstamos de 150 o 200 dólares [110,4 o 147 euros]. Tuvieron éxito, sus clientes devolvían el dinero y su volumen creció, tanto, que los bancos que prestaban el dinero a las ONG no pudieron seguir haciéndolo porque superaba el porcentaje de los activos permitidos por el regulador para clientes insolventes, porque eso es lo que son los pobres".
La solución era crear un banco de microcréditos, supervisado por las autoridades monetarias. "En 1992 se creó el Banco Solidario de Bolivia, el precursor, y tuve el privilegio de ayudar a fundar otros más, que hoy son los bancos más rentables y solventes de sus respectivos sistemas bancarios". Hoy, calcula Chu, el volumen global de las microfinanzas en todo el mundo supera los 10.000 millones de dólares (7.357 millones de euros), de los que 4.000 (2.943) corresponden a América Latina.
"Se necesita movilizar un pequeño arsenal que incluye salud, educación, vivienda, servicios básicos (agua y energía) y también servicios como seguros, porque ¿quién tiene mayor necesidad de manejar su riesgo que los pobres?". La primera inversión de uno de los fondos que ha creado, Ignia, ha sido en Primedic, que por menos de 100 dólares (73,5 euros) al año ofrece acceso ilimitado a atención primaria médica. Chu no está en absoluto en contra del sector público, que debería asumir esta labor, pero que no lo hace o lo hace mal. "Los modelos comerciales son esenciales en un entorno donde el sector público se enfrenta a tantos desafíos y tantas complicaciones para ser un agente efectivo en proporcionar bienes y servicios para la gente pobre. En los países en desarrollo el rol del sector privado cobra una importancia tremenda". (MICHAEL CHU: "Ser pobre es muy caro". El País, ed. Galicia, última, 24/02/2010)
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