13/3/20
La revolución ‘maker’ llega a la educación... construir un telégrafo o un sismógrafo puede hacerse desde tercero de Primaria pero el medidor de impacto cerebral o la mano robótica, están recomendados para Secundaria
29/1/19
Expandir el programa de estudios de las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) para que sus alumnos puedan obtener una comprensión más profunda de cómo la tecnología afecta a la humanidad.
Una manera importante de abordar este problema de una manera sistémica es reformando la educación en las llamadas disciplinas STEM: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Los hacedores de políticas públicas en todo el mundo ya se están concentrando en aumentar la cantidad de graduados de STEM y la diversidad de los alumnos de STEM. Pero también deberíamos expandir el alcance de la educación STEM, para garantizar que los alumnos aprendan a evaluar y responder a las consecuencias sociales, económicas y políticas de su trabajo.
Esto no significa agregar cursos de humanidades o de ciencias sociales existentes a un programa STEM. Por el contrario, exigirá el desarrollo de un programa absolutamente nuevo que le dé a la próxima generación de tecnólogos, ingenieros, científicos y matemáticos las bases formales –incluidos un vocabulario compartido y marcos intelectuales- para considerar los efectos macro de sus acciones en la sociedad. Sin ese marco, la brecha entre la promesa de innovación y la realidad de la experiencia humana no hará más que crecer.
Afortunadamente, las semillas de esta revolución educativa ya están germinando. Algunas universidades están agregando clases de ética al programa STEM. La Universidad de Stanford, con sus profundos vínculos con la industria tecnológica, recientemente ha incorporado cursos con temas como “Ética, Políticas Públicas y Cambio Tecnológico” y “Computadoras, Ética y Políticas Públicas”.
Recientemente, Stanford también ha lanzado una nueva Iniciativa de IA Centrada en los Seres Humanos, que reconoce que “el desarrollo de IA debería estar acompañado por un estudio continuo de su impacto en la sociedad humana, y estar guiado en consecuencia”. El año pasado, Cornell lanzó el Programa Milstein en Tecnología y Humanidad.
Estas iniciativas tempranas pueden servir como campos de prueba importantes para nuevos programas y métodos. Pero el cambio real sólo se producirá cuando todos los programas STEM les ofrezcan a los estudiantes las herramientas que necesitan para llevar a cabo una evaluación creíble de los efectos de su trabajo en la humanidad.
Por supuesto, esos cambios significarán poco si no sabemos cuáles son realmente las herramientas más efectivas. Es por eso que una experimentación continua también es esencial.
Casey Fiesler de la Universidad de Colorado, Boulder, está llevando a cabo esta experimentación mediante programas de estudio participativos focalizados en ética tecnológica. La creciente base de datos online ya contiene más de 200 programas diferentes de universidades de todo el mundo. Sin embargo, sólo un cuarto de esos cursos son dictados por profesores de ciencias informáticas. El resto son dictados en departamentos como leyes, filosofía y comunicaciones, lo que significa que no están siendo adaptados a los desafíos relacionados con las disciplinas STEM.
En un plano más fundamental, estos cursos individuales no son ideales. Una mejor estrategia, como concuerda la propia Fiesler, sería concentrarse en integrar la ética a la “práctica de todos los días” en los campos STEM. (Fiesler espera que su base de datos ayude al personal docente a plantear este caso en sus universidades).
Éste es el objetivo del Desafío de CI Responsable, lanzado el mes pasado por Omidyar Network, Schmidt Futures, Craig Newmark Philanthropies y Mozilla. El desafío de dos años debería alentar a los profesores de ciencias informáticas (CI) en Estados Unidos a integrar la ética en su programa de estudios, para que los alumnos de STEM puedan obtener una comprensión más profunda de cómo la tecnología afecta a la humanidad.
Éste es un buen primer paso, pero debe hacerse mucho más. Por un lado, si bien el foco inicial en la ética tiene sentido, harán falta exploraciones similares en una amplia variedad de disciplinas como la economía, la psicología y muchas más de las llamadas humanidades.
Expandir la educación STEM para incluir estas consideraciones más amplias serviría como un pilar de una estrategia más integral de largo plazo para garantizar que la tecnología sirva a la sociedad de maneras inmensamente positivas. Esa estrategia debe también incluir cambios, por ejemplo, en los modelos de negocios, incentivos, estrategias de innovación y regímenes regulatorios –cambios que deberían implementar quienes tienen una educación que los ha preparado para enfrentar los efectos de su trabajo en el resto de nosotros."
(Mitchell Baker is Co-Founder and Chair of the Mozilla Foundation and the Mozilla Corporation. Project Syndicate, 14/12/18)
1/3/11
Emprendedor de emprendedores
"Mi sueño ha sido siempre crear e invertir. En Ogesa hacemos emprendimiento con otros emprendedores", mantiene Carbonell. Esto significa que emprendedores con ideas innovadoras y rompedoras se acercan a la compañía, "estudiamos todas las propuestas que nos llegan. Y, cuando vemos viabilidad y futuro, invertimos en esos proyectos ajenos que hacemos propios". (...)
"Después, en muchos casos, acompañamos a nuestros clientes en su vida empresarial, aportando conocimiento e innovación para que su empresa sea diferente y competitiva".
Con una plantilla en la que coinciden nada menos que veinticinco titulaciones diferentes, Ogesa ha sabido hacer riqueza de la diversidad. "En nuestro equipo tenemos dos trabajadores con doble nacionalidad hispano-portuguesa, un técnico de nacionalidad rumana y una auxiliar de dirección griega. Este carácter multicultural nos hace diferentes", afirma el empresario.
Esta parte de la vida de Ogesa acaba cuando, con 500 empresas fidelizadas en Extremadura "y en el resto de España", se decide a salir al mercado exterior con proyectos propios. Primer puerto: Angola.
"Vamos con nuestra ingeniería y con un socio tecnológico que, tratamos, sea una firma cliente de Ogesa. Allí, con socios locales, estudiamos la viabilidad de proyectos en los que nos quedamos como promotores".
Claro que a Ogesa no le vale asociarse con cualquiera. "Es importante compartir filosofía de negocio.
En nuestro caso, venir de Extremadura, donde desde el atraso de no hace mucho tiempo se han conseguido unos altos niveles de desarrollo agrícola, nos ayuda a hacer negocios en países como Angola, actuando con responsabilidad social, respetando la dignidad y derechos de los trabajadores".
Por eso se coopera con la Administración local en proyectos sociales. "Cuando llegamos y preguntamos por las necesidades de la gente, nos dijeron: primero agua, luego formación. ¿Cómo no vas a tener eso en cuenta?".
No hay más que pasear por las oficinas de la empresa para percibir el buen ambiente que se respira, la sensación de que Ogesa es un buen lugar para trabajar. Un CRM (base de datos que centraliza toda la información y comunicaciones de la empresa) que posibilita acceder al sistema desde cualquier lugar.
"Sirve, por ejemplo, para que las empleadas embarazadas pueden trabajar desde su casa".
Horarios específicos según las necesidades de algunos trabajadores; constantes cursos de formación, comedor subvencionado por la empresa; paridad de hombres y mujeres en la plantilla ("ellas son las que ocupan tres de cada cinco puestos de coordinación de equipos"), etcétera.
La filosofía de empresa está clara: "Aquí tan importante es quien va a lavar un coche de la compañía como el ingeniero que desarrolla un proyecto industrial.
Si la gente trabaja a gusto, el trabajo saldrá mejor... lo que revertirá en la compañía y nos aportará riqueza a todos los que trabajamos en ella". Y es que hoy en día lo importante es ser diferente, palabra de Carbonell." (El País, Negocios, 27/02/2011, p. 36)
23/2/11
Alumnos de barrios ourensanos aprenden a crear sus propias cooperativas... con directivas casi siempre integrada por niñas
"Se puede ser emprendedor incluso en Ourense. En la provincia de los funcionarios, en la de los "enchufados" de la Diputación, en la de la muy escasa iniciativa empresarial, en la del subsidio y las pensiones, hay un puñado de niños de Primaria que saben lo que es un CIF.
"Es el DNI de las empresas", contestan a coro, cuando se les pregunta, los alumnos de cualquiera de los cuatro colegios de la ciudad que participan en la segunda edición del programa Una empresa en mi colegio. (...)
Los alumnos -previa consulta a padres y profesores- de zonas de la ciudad donde el paro es más acuciante y donde los niños no son príncipes a todas horas y a toda costa, se preparan para sobrevivir en tiempos difíciles. Como los de ahora.
Los de las zonas "acomodadas" no han demostrado interés por la iniciativa.
Alumnos y profesores de los colegios de Primaria Vista Hermosa y Luis Manuel Acuña y del de Educación Especial de Velle, saben lo que es trabajar en equipo y obtener una ganancia por el esfuerzo colectivo.
Este año, el Ayuntamiento, a través del centro de iniciativas empresariales que dirige José Ángel Vázquez Barquero, amplió la experiencia incorporando un nuevo programa, Empresa Joven Empresa, para alumnos de 4º curso de ESO al que se adhirió solo el colegio José García.
Unos y otros aprovechan horario lectivo y extraescolar para constituir sociedades virtuales en régimen de cooperativa.
Tramitan las solicitudes ante la subdelegación del Gobierno, eligen a una directiva -casi siempre integrada por niñas; los niños suelen ocupar los puestos de tesoreros- y fabrican sus productos, que acaban vendiendo, tras calcular el margen de ganancia que les compense al mismo tiempo que les permita vender, en una feria que organiza el Ayuntamiento en el mes de mayo.
En el colegio Manuel Luis Acuña, la implicación en este programa es absoluta. Lo detalla la profesora de Música Mari Carmen Blanco, que dedica horas extraescolares a esta tarea. "Aunque se lo plantean como un juego, lo cierto es que el aprendizaje no es solo empresarial".
Tanto ella como los tutores encuentran que la experiencia supone un avance en el área de Lengua (los alumnos emprendedores tienen que desatarse para exponer sus ideas y redactar escritos), en la capacidad creativa, a través de la iniciativa emprendedora que resulte original y práctica; en la sociabilidad (necesitan conocer el entorno socioeconómico) y en la habilidad para obtener, seleccionar e interpretar información y utilizarla, además, de una forma autónoma y aplicando un espíritu crítico.
Y también aprenden el sentido de la cooperación mediante la distribución de tareas.
En el Luis Manuel Acuña, las niñas mandan en la empresa. La directiva la forman ellas y un tesorero. Las razones son sencillas.
"Ellos mismos eligen para la directiva a los alumnos más organizados, más aplicados y con mayor capacidad de palabra", explica Blanco. Y en estas áreas suelen destacar las mujeres. "Pero la labor del tesorero es de las más duras", equilibra la profesora.
En este colegio ourensano los cooperativistas atienden un huerto. Nada del otro mundo: lechugas, tomates, pimientos... A la feria de mayo, en la que montan sus puestos con el precio previamente tasado para ser competitivos y obtener beneficio, solo venden las plantas, nunca el producto comestible.
Además, están decorando viejas herraduras de caballos para llamar a la buena suerte de los hipotéticos clientes.
Pero ser cooperativista no es solo un juego; ni una actividad extraescolar meramente artística. Cada uno de los socios aporta su pequeño capital. Unos 4 o 5 euros por cabeza. Al regresar de la feria de mayo siempre hay ganancia.
No solo económica -regresan con 80 o 100 euros de beneficio- sino lingüística, matemática, participativa, socializadora y creativa." (El País, Galicia, 22/02/2011, p. 8)
6/11/10
El MIT... en los países latinos podría funcionar porque son enérgicos e inquietos
R. Lo hemos intentado muchas veces. Sin éxito. Una de las razones es que el mundo académico es bastante rígido, vertical, y nuestra organización es transversal. En los países latinos podría funcionar porque son enérgicos e inquietos. (...)
P. El acceso a la cultura es mucho más sencillo, pero no siempre se paga por ello o se respeta el copyright. En España la polémica sobre las descargas es permanente.
R. La liberación de contenidos es muy importante. De hecho, la mayor parte del contenido es libre. En África con cada ordenador que damos a un niño incluimos 100 libros de libre difusión. En cada libro es diferente. Así, el intercambio permite que lleguen a 1.000 títulos fácilmente. El potencial es increíble. El copyright es una solución del pasado.
Se hizo para que los artistas pudieran tener fondos y vivir haciendo su labor. Las descargas no les preocupan tanto a los artistas como a los intermediarios, que son los que se siguen beneficiándose del copyright. Me interesa que los internautas compartan su saber y pienso en las posibles formas de hacerlo." (Nicholas Negroponte: "Twitter me parece una moda pasajera". El País, Ciberpaís, 04/11/2010)
6/7/10
Dos ourensanas de 14 años defenderán en Estocolmo un proyecto de climatización
"Las dos amigas íntimas, compañeras de clase en tercero de la ESO, habían quedado en casa de una de ellas para preparar un trabajo que pensaban presentar a un concurso de literatura. Ana Esteban y Uxía Fernández se sentaron en la galería a escribir el relato, pero hacía mucho frío, y la calefacción tardaba en calentar la habitación. El padre de Uxía les explicó que el calor se escapaba por las ventanas, por mucho doble acristalamiento que tuviesen.
Y entonces las chicas empezaron a darle vueltas a una idea, que al fin materializaron en su colegio, el Guillelme Brown de Pereiro de Aguiar, con su profesor de ciencias. Probaron primero a llenar con agua el vacío entre los dos cristales de una ventana, y más adelante comprobaron que el efecto aislante se multiplicaba si el líquido se teñía con tintas de colores. No era lo mismo, además, que el agua se tornase azul, verde, amarilla, roja o negra. Dependiendo de la tonalidad, el efecto aislante y la capacidad del fluido para absorber los rayos de sol variaba bastante.
Después de meses de trabajo, y muchas horas de recreo invertidas, el proyecto Diseño de un sistema de climatización mediante ventanas con cámara de agua se presentó en marzo en la Exporecerca Jove de Cataluña, una convocatoria a la que concurre todos los años con sus ingenios este colegio privado de Ourense. Y de ahí salió el invento catapultado a la final española de los Junior Water Prize 2010, la última criba antes de la final juvenil de los llamados "premios Nobel del agua", que se eligen en Estocolmo todos los años en junio.
En Barcelona, ante un jurado presidido por Rafael Mujeriego, catedrático de Ingeniería Ambiental de la Politécnica de Cataluña, Uxía y Ana se llevaron por delante los otros 12 trabajos relacionados con el agua que habían sido seleccionados, curiosamente todos procedentes de Cataluña, Galicia y Euskadi (algo que sucede con frecuencia por "el nivel" de estos alumnos, según fuentes de la organización). Al leer el fallo, Mujeriego destacó el "carácter innovador de la investigación" y la "brillante defensa" llevada a cabo por estas dos ourensanas de 14 años, más jóvenes que la media del concurso.
Ahora, en Estocolmo, Ana y Uxía tendrán que defenderse con el mismo aplomo ante un jurado de expertos extranjeros, y tendrán que hacerlo en inglés. Ni a ellas ni a su tutor de ciencias, Carlos Pérez Freire, se les ve preocupados por el detalle. "No es problema, el inglés lo tienen muy machacado", asegura este profesor de Física, Química, Biología y Plástica.Pérez Freire ya llegó a la final con Alicia González, otra alumna brillante, en 2008, por un estudio sobre las mareas. Y dice que lo hubiera intentado también en 2009 si, precisamente en Estocolmo, no hubiese notado los primeros síntomas de una enfermedad muy grave que le quitó hasta la capacidad de hablar y lo puso de baja un curso entero. De vez en cuando, porque le podían las ganas, visitaba a sus pupilos en el laboratorio, y este año, recuperado y de nuevo en el colegio, sacó adelante más proyectos que nunca con sus alumnos: "Han arrasado" en los concursos de ciencias.
En unos días, otras chicas del Guillelme Brown marchan a Moscú, y en noviembre, Uxía, Ana y él mismo tienen pagados los pasajes para otra cita en Brasil, en la Mostratec de Novo Hamburgo. "Aquí colaboramos todos los profesores, los de Ciencias y los de Letras" defiende Pérez. "Al principio nos costó muchísimo involucrar a los chavales, pero ahora son ellos los que en los descansos se quieren ir al laboratorio a terminar sus trabajos". (El País, ed. Galicia, Galicia, 17/06/2010, p. 8)
2/6/10
El artista en la empresa
La escuela de negocios EADA eligió a Jansen como ponente estrella para inaugurar su nuevo centro de innovación en Barcelona. Un artista entre hombres y mujeres con traje de chaqueta. Quería transmitirles que la empresa necesita creatividad. Y la creatividad se esconde incluso en los rincones de una gris oficina. Ya lo dijo en un anuncio que protagonizó para BMW: "Las barreras entre el arte y la ingeniería están en nuestra mente". (...)
P. Usted se dedica a crear, a innovar. ¿Se puede ser innovador también en un banco?
R. Sí. De hecho, en los bancos se innova mucho. La crisis les empuja a ser creativos a su manera. Tarjetas de crédito, depósitos... Se puede innovar en todas partes, y la gente que trabaja en un banco seguro que tiene más poder creativo del que cree. Ser artista es un trabajo y un modo de vida. Pero la innovación y la imaginación no son exclusivas de los artistas.
P. Innovar supone tiempo, y el tiempo cuesta dinero a la empresa. ¿Se lo puede permitir en crisis?
R. No se trata de estar innovando a tiempo completo, es cierto. Pero tampoco puedes ponerle reglas a la innovación, o cortarla porque vaya peor la economía. La innovación llega cuando quiere, y es necesario estar preparado para recibirla. En estos tiempos, las empresas deben, sobre todo, permitir que esta fluya. Deben tener paciencia.
P. ¿Podría poner su innovación al servicio de una empresa?
R. Mi innovación sólo les puede servir de inspiración. La creatividad empieza con los sueños. Creo el que quiera innovar debe ser capaz de soñar, y mi trabajo despierta eso. Es un sueño mío que camina. La imaginación es básica para crear.
P. ¿Cómo puede una empresa fomentar la innovación?
R. Es tan simple como respetar las ideas. El respeto es básico para que la gente deje fluir ideas. Deben existir lluvias de ideas donde nadie se sienta estúpido por decir cosas que parezcan extrañas. Porque suelen generar una idea siguiente. Si se ponen obstrucciones a los inicios, no llegará a ocurrir. En los negocios, la innovación llega abandonando la autopista principal y tomando carreteras secundarias en las que nunca ha estado nadie antes. La creatividad está en la realidad, uno sólo tiene que saber mirarla.
P. ¿Sería un buen jefe?
R. No. Creo que los gestores también deben tener una parte de creadores. Pero yo sólo soy artista. No sé nada de negocios." (THEO JANSEN: "Las empresas que buscan innovación deben aprender a respetar las ideas". El País, Negocios, 30/05/2010, p. 36)11/3/10
La innovación en el MIT... tiene financiación
R. Los proyectos que salgan ahora serán muy fuertes. El ratio de innovación crece en épocas como ésta.
P. ¿Por qué cree que el modelo de financiación del MIT es un ejemplo a exportar?
R. La clave es que se basa en una cultura de la innovación centrada en el talento de la gente. Financiamos a personas, no proyectos. Apostamos por alguien que tiene el talento y la capacidad de innovación. Es como en el fútbol: el modelo de la cantera, lo que en el Barça sería la Masía. Trabajar con gente que tiene algo que ofrecer, para que salga fuera. Pero eso lleva tiempo. El error que cometen muchos es querer crear innovación a corto plazo. No tiene sentido.
P. ¿Y cómo se traduce esta filosofía en hechos concretos?
R. Nosotros, en el MIT contratamos a 50 personas al año. Apostamos por ellas durante siete años. Después de ese tiempo nos quedamos con los mejores; no suelen superar el 50% a los que les hacemos un contrato de por vida. A partir de entonces, durante cuatro días trabajan en los proyectos del MIT, y un día a la semana lo dedican a innovar en lo que quieran. Libertad para crear. Eso mantiene la cultura de la innovación viva.
P. Pero con la crisis muchos han abandonado las apuestas por el potencial porque lo que necesitan ahora son resultados para hoy, no para dentro de siete años...
R. Pero es un error. Es como cuando a un entrenador de fútbol se le da un equipo, y si en cuatro o cinco partidos no obtiene resultados, se le despide. En realidad, quizá el entrenador estaba haciéndolo bien para lograr grandes resultados en un año. Pero no le da tiempo a demostrarlo. En una situación complicada existe el riesgo de querer conseguir cosas rápidas. Es un riesgo y un error. Es como cuando la empresa innovadora se financia en Bolsa. Los mercados y los inversores suponen una presión excesiva. Exigen resultados a corto plazo y penalizan cada contratiempo.
P. Pero hay empresas, como las de renovables, con necesidades tan grandes de inversión que no ven otra salida. ¿La hay?
R. Es cierto que a veces no hay más remedio. Pero en ese caso, lo ideal sería que nos diéramos cuenta de que las renovables son un sector impresionante, en el que España tiene mucho potencial y se podría apostar de verdad por él. No se puede ser bueno en todo, y a veces hay que sacrificar unos sectores para impulsar otros. Es cierto que es una decisión difícil, y muy impopular, pero los políticos deberían tomarla y cargar con los costes electorales si los hay.
P. ¿Qué papel debería tener la Universidad y la Administración en la innovación?
R. El Gobierno debería sólo ofrecer tres cosas: apoyo al más alto nivel, con una apuesta real para potenciarlo, y no sólo palabras y promesas; la segunda función debería ser ofrecer un marco legal estable, que no vaya cambiando cada cuatro años y que permita los proyectos a largo plazo, que en innovación e investigación son muchos, y por último debería haber apoyos e incentivos para que elegir hacer cosas nuevas no sea una desventaja, como un sistema tributario adecuado para fomentar la innovación. Esto es lo que debería hacer la Administración. Esto y nada más. En cuanto a las universidades, deben ir de la mano de la empresa. Deberían conseguir una simbiosis real. Lo importante es avanzar.
P. ¿Y para conseguir ese nuevo modelo productivo que busca el Gobierno?
R. No se puede hacer en cuatro días. Eso hay que tenerlo claro. Hay un 11% de déficit, un 20% de paro... Y se buscan resultados. Pero hay que pensar que estamos frente a una reconversión industrial, como la que se hizo en los ochenta. Costó y fue muy dolorosa, pero hubo que llevarla a cabo. Porque si no, hubiera sido catastrófico para la economía. Y ahora deben darse cuenta de que estamos ante otra reconversión que no podemos obviar, aunque a corto plazo haya gente que lo pase mal. Cuanto más esperemos para hacerla, más lo pagaremos. Hay que poner ya los recursos, apostar, aunque los frutos tarden en llegar un poco." (ISRAEL RUIZ : "Conseguir que en un país se innove no se logra en cuatro días". El País, Negocios, 07/03/2010, p. 39)
19/1/10
Se busca la innovación... porque no se sabe dónde está...
Por eso, las escuelas de negocios salpican ya casi todos sus departamentos de la palabra innovación. Para empezar, esto les hace ganar caché, ya que es un elemento indispensable si se quiere formar parte de los rankings más importantes de centros de formación de ejecutivos. Cada una, sin embargo, lleva a la práctica su impulso de manera muy diferente.
Algunas han optado por incluir asignaturas. Otras lo han convertido en un tema transversal presente en todos los elementos del centro. Las más atrevidas han impulsado incluso centros especiales. Todos están de acuerdo en dos puntos: se puede aprender a explotar la creatividad que todos llevamos dentro. Eso sí, primero hay que eliminar lastres y prejuicios del entorno.
En EOI, por ejemplo, defienden que la materia prima de la innovación es la tecnología. Por eso el proyecto que les distingue, según Tíscar Lara, vicedecana de cultura digital, es el Mobile Learning. Les han dado a todos los alumnos un móvil 3G, con el sistema Android, porque ésa es otra de sus apuestas, el código libre. Con los teléfonos realizan proyectos en el aula, crean productos, participan de foros. "No queremos sólo formar en dirección, sino transformar el modo en el que se entiende la empresa", dice. Reconoce que al principio siempre hay resistencia, pero luego "cuando ven los resultados, todos se adaptan". Eduardo Sicilia, director del MBA del centro, confiesa que la innovación, que potencian especialmente desde 2009, se ha metido tanto en su sistema de enseñanza que ya piensan en crear un máster especializado. "Hasta ahora las escuelas de negocios hemos potenciado el lado izquierdo del cerebro, el de los datos. Ha llegado la hora de prestar atención al derecho, el de la creatividad", zanja.
Para IESE, la innovación no puede basarse sólo en la tecnología. "Porque entonces dejaríamos fuera a muchas empresas", dice Joaquim Vila, director del programa de gestión de la innovación. En su opinión es algo que debe estar integrado en cada clase y en cada departamento. "Se puede innovar en finanzas, en dirección de personas, en liderazgo...", defiende. "Nuestra tarea básica es la de eliminar los frenos que existen en los directivos españoles para que sean creativos. Esos frenos son el miedo a la inestabilidad y al fracaso. Es esencial que entiendan que el fracaso no es un estigma, sino la oportunidad de hacerlo mejor la segunda vez", opina.
"En España no faltan buenas ideas, sino la capacidad de que éstas lleguen al mercado", simplifica Salvador Aragón, director general de Innovación del IE Business School. En este centro ponen toda su atención innovadora en potenciar la capacidad de emprender. "Todo el mundo tiene un botón de la creatividad. Nosotros les enseñamos a pulsarlo", explica.
En La Salle inaugurarán en octubre su propio parque de innovación. Un enorme centro donde se crearán empresas, pero también donde otras que ya existen, irán a innovar. "Pero no sólo en tecnología. También en servicios", explica Jesús Alcoba, director de La Salle IGS-Business, escuela de negocios de la universidad. "Nosotros creemos que la innovación tiene que estar en todos los pasos de formación. Por eso la potenciamos ya en los cursos de grado, luego en posgrado, en la escuela de negocios y finalmente el parque de innovación", repasa. Las empresas, dice, sí se lo están tomando en serio. "Se han dado cuenta de que es indispensable innovar, y han apostado", opina.
Israel Ruiz, vicepresidente financiero del MIT, visitó hace poco Barcelona para dar unas conferencias. Fue recibido como todo un gurú, ya que el centro de Estados Unidos en el que trabaja está considerado como la referencia en el mundo de la innovación. La clave de su buena marcha, explicó, es que funciona como la cantera de un equipo de fútbol: a los creadores no se les contrata por un proyecto, sino por su potencial. Los seleccionados tienen siete años para demostrar lo que valen. "No se puede conseguir la innovación de la noche a la mañana", recuerda. Las recetas para alcanzarla: un marco legal estable y una fuerte vinculación entre centros y empresas.
De profesores a emprendedores
Muchos de los centros, en su empeño por potenciar la innovación, han terminado por ser ellos mismos los más creativos. Algunas escuelas, a la hora de incorporar profesores, se han lanzado a buscar por primera vez en las escuelas de bellas artes. Otras han desarrollado métodos de enseñanza para el móvil. Las más arriesgadas han acabado formando parte de empresas novedosas. Es el caso de Esade, que ha pasado de formar a hombres y mujeres de negocios a acoger a empresas y participar en una sociedad energética europea.
La primera apuesta de Esade fuera de su ámbito común fue inventar Creápolis. Es un centro situado en Sant Cugat (Barcelona) para "practicar el open&cross innovation". Es decir, un edificio en el que 50 empresas se han instalado para que el clima de la innovación las envuelva. Los miembros de las compañías de diversos sectores se cruzan en los pasillos, hacen deporte y asisten a dinámicas de grupo. "Y van intercambiando ideas que hace que se les ocurran nuevos productos inspirados por las necesidades de los otros", explica su responsable, Joan Riera.
La segunda apuesta ha sido InnoEnergy. Esade, junto a otros 34 socios, ha ganado en concurso público europeo el liderazgo de un Kic, es decir, un centro especializado en energías sostenibles que formará parte de una enorme red de innovación europea. "Es algo en lo que parece que una escuela de negocios no pinta mucho, porque es un muy tecnológico. Pero dimos fuerza a la candidatura, porque aportamos la capacidad de management, la posibilidad real de que los productos acaben en el mercado", dice su responsable en Esade, Elena Bou. "Ahora no sólo ayudamos a que otros innoven. Ahora nosotros innovamos", resume." (El País, Negocios, 17/01/2010, p. 28)