24/8/11

"Una vez descifrado el código genético de la bacteria, había que interpretarlo. Se logró con aportaciones de todo el mundo a través de Internet"


Guerra y su equipo estudiaron qué antibióticos usar para aislar el brote letal de E. coli que causó miles de infecciones en Europa

"El 26 de mayo, la senadora de Sanidad de Hamburgo, Cornelia Prüfer-Storcks, había apuntado a un culpable que luego se demostró falso: se habían encontrado bacterias en unos pepinos importados de España. El enorme eco, alentado por la esperanza de haber dado con la solución al enigma del E. coli, provocó que se hundieran las exportaciones de hortalizas españolas. (...)

Como sus colegas de la Clínica Universitaria de Hamburgo, Guerra no mantenía contacto con el Instituto de Higiene de Hamburgo que lanzó la falsa alarma. Aquellos días se revelaron problemas de coordinación entre los diversos institutos públicos que luchaban contra el brote.

También en el BFR percibían "las presiones políticas y públicas" para que se lograra detener la bacteria letal. Alcanzaban "desde los despachos hasta los laboratorios", cuenta. (...)

Luchando contra la crisis sanitaria, Guerra se percató de la efectividad de las redes sociales "para sumar inteligencias". Una vez descifrado el código genético de la bacteria, había que interpretarlo. Se logró con aportaciones procedentes de todo el mundo a través de Internet.

La tarea de Guerra era "dar ideas de qué antibióticos usar o descartar para aislarla". Su equipo investigó "en el mínimo tiempo posible" si alguna de los cientos de bacterias pendientes de estudio este año era la buscada.

Según el Instituto epidemiológico Robert Koch, murieron 50 personas por el brote. Otras 4.300 sufrieron la agresiva infección bacteriana, cuya virulencia no tiene precedentes conocidos en Europa. El origen de todo se sitúa en semillas procedentes de Egipto." (El País, ed. Galicia, 19/08/2011, última)


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