"Violet (Violeta) Pietrok, la niña de dos años natural de Portland
(Oregón, Estados Unidos), cuya historia conmovió al mundo al saberse que
había nacido con un rostro totalmente deforme (sufría displasia
frontonasal, de la que sólo se conocían previamente un centenar de
casos) y que los médicos se lo habían reconstruido mediante complejas
intervenciones quirúrgicas en las que se valieron de la ayuda de la
impresión 3D:
ha vuelto a sonreír a medida que evoluciona favorablemente con el paso del tiempo.
Específicamente, la displasia frontonasal provoca el ensanchamiento
de los rasgos faciales, especialmente en la región entre los ojos.
Como se puede ver en la foto superior, obstaculizadaba la visión de
Violeta y le hacía asemejarse a la de un pájaro. No tenía cartílago en
la nariz, y sí una gran hendidura central en su cara, más un crecimiento
por encima de su ojo izquierdo.
Ahora, la mayoría de estas complicaciones pueden ser tratadas a
través de la cirugía estética, pero debido a la gravedad de las
deformidades la operación tendría que ser de larga duración y peligrosa.
Afortunadamente, John Meara, cirujano jefe de Cirugía Pediátrica del
Hospital Infantil de Boston, tenía una impresora 3D cerca para ayudarle a
prepararse adecuadamente.
Meara desarrolló cinco moldes diferentes de cráneo de Violet, basados
en la tomografía computarizada. Estas réplicas impresas en 3D del
cráneo permitieron al cirujano planificar por completo todos los cortes e
incisiones necesarios durante la cirugía, destacando problemas
potenciales antes de que pudieran producirse.
Este proceso de planificación le llevó meses, a partir de moldes
realizados a base de las exploraciones hechas en el momento del primer
cumpleaños de Violeta, y otras registradas durante el resto del año.
"Esto no es como la práctica de tiros libres," declaró el cirujano a la
prensa . "No se puede salir y tratar y si pierde, volver a intentarlo.
Para Violet, de hecho, modifiqué mis osteotomías [cortes óseos]
basándome en algo que yo era capaz de ver que sucedía en el modelo",
añadió Meara.
A pesar de tan concienzuda preparación durante los meses previos,
Violeta estuvo en el quirófano durante casi siete horas, en las cuales
el cirujano hizo referencia en repetidas ocasiones a los modelos
impresos en 3D: 'El valor de modelos como éstos es enorme", dijo Meara
, que añadió: " Esto me da la posibilidad de ver en este modelo mejor
que yo en la sala de operaciones".
Y los resultados definitivamente han valido la pena. A sus dos años
de edad, Violeta ahora puede sonreír, reír y bailar y mostrarse alegre
de nuevo, seis meses después de la intervención quirúrgica a que fue
sometida.
Su madre, Alicia Taylor, dijo a los periodistas que la cara de
Violeta ahora puede ser tan expresiva como cualquiera de las caras de
los otros niños de su edad.
Sin embargo, el camino hacia la recuperación ha sido largo. Se tardó
más de seis semanas en que pudiera recuperar todas sus funciones. Hubo
algunas complicaciones, lo que obligó a Violeta a someterse a una nueva
ronda de cirugía, como la que hubo que practicarle para descomprimir
una cicatriz. Pero los puntos fueron finalmente retirados tres meses más
tarde, justo a tiempo para el segundo cumpleaños de la niña. (...)
Aunque serán necesarios nuevos retoques cosméticos a lo largo de los
próximos años, Alicia Taylor está convencida de que valdrá la pena en el
largo plazo: "Esto tendrá un gran impacto en su calidad de vida y en la
forma en que la perciben"." (Imprimalia, 29/04/2015)
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