"(...) Se puede mejorar la calidad de vida, ampliar nuestras libertades y liberarnos del trabajo, afirman.
¿Otra
 utopía? En estas páginas coinciden citas del escritor de ciencia 
ficción Arthur C. Clarke con otras de políticos como Pablo Iglesias, 
pero sobre todo se apuntan medidas concretas: reducir la jornada 
laboral, alcanzar una plena automatización que nos permita erradicar los
 trabajos penosos y la creación de una renta universal básica, entre 
otras.
Hay en ello una proyección utópica evidente porque, como 
dejan claro Williams y Srnicek en estas páginas, el pensamiento utópico 
es una influencia fundamental a la hora de imaginar un nuevo escenario, 
de la misma forma que fue un impulso presente “en el liberalismo 
original, en el socialismo, en el feminismo o en el sentimiento 
anti-colonialista”.  (...) 
La tecnología no es una amenaza
Pregunta: La
 automatización y los robots han sido tradicionalmente vistos como una 
amenaza para el trabajo humano. No es vuestro caso: “Nuestra primera 
demanda es una economía totalmente automatizada. 
Utilizando los últimos 
avances tecnológicos, tal economía tendría como objetivo liberar a la 
humanidad de la monotonía del trabajo y la producción simultánea de 
cantidades crecientes de riqueza”. ¿Cómo podemos beneficiarnos de esta 
dualidad?
Respuesta: De nuevo, estamos ante un 
dilema clásico. Parece que hay que escoger entre reducir el trabajo y 
reducir la cantidad de bienes que produce una economía, o bien aumentar 
el trabajo y aumentar la cantidad de bienes producidos. Sin muchos 
rodeos: lo primero elige la libertad por encima de la riqueza, lo 
segundo elige la riqueza por encima de la libertad. 
Lo que la 
automatización promete, por el contrario, es eliminar esta división: 
tener ambas, libertad y riqueza. Por esta razón el desarrollo de fuerzas
 productivas es tan importante, porque abre nuevas posibilidades a cómo 
podría ser una sociedad post-capitalista.
Junto a esto, por 
supuesto, deben venir otras medidas, desde la creación de una renta 
básica universal a la reducción de la ética del trabajo, así como nuevos
 tipos de impuestos y, en última instancia, nuevas formas (públicas y 
democráticamente controladas) de estructuras de propiedad en los 
negocios. 
Todo ello combinado comenzaría a transformar el papel que el 
desarrollo tecnológico juega en la economía, que pasaría de ser una 
herramienta de los capitalistas a un medio para liberarnos.
Con menos trabajo, también tu vida sería mejor
Pregunta:
 “Estrés, ansiedad, depresión y trastorno de déficit de atención son 
respuestas psicológicas cada vez más comunes al mundo que nos rodea”. 
Las largas jornadas actuales no dejan tiempo para una vida personal ni 
pública. 
Pero ni políticos ni empresarios tratan abiertamente estos 
temas. ¿Cómo superar el cinismo generalizado y poner sobre la mesa el 
valor del tiempo fuera del horario de trabajo?
Respuesta:
 Es interesante porque, efectivamente, la mayoría de los políticos no 
piensan en estos temas, y a la vez es uno de los aspectos más inmediatos
 de la vida diaria de la gente. La cantidad de estrés que vemos en 
amigos y familiares es inmensa y hay innumerables estudios que apuntan a
 cómo la vida contemporánea es terrible para nuestra salud mental.
 Ha 
sido alentador, por tanto, ver a Jeremy Corbyn crear un puesto de 
ministra de salud mental en su gabinete en la sombra. Es un 
reconocimiento real a lo importantes que son estos asuntos para la 
sociedad. Reducir estos tipos de estrés es un avance para nuestra vida 
personal, pero también muy importante para nuestras vidas políticas en 
colectividad.
Hay demasiada gente harta de cómo están las cosas, 
pero que no tienen el tiempo, o la energía, o el dinero para intentar 
cambiarlas. Creemos que es importante que los movimientos políticos 
reconozcan el hecho de que el activismo a gran escala solo es posible 
para un número limitado de personas en la actualidad debido a los 
compromisos de tiempo y energía necesarios. Involucrar a más gente en el
 cambio político implica darles el tiempo, la energía y un espacio de 
reflexión.
 Caminar juntos hacia un mundo post-trabajo implica hacer una 
pausa, reflexionar y levantar las estructuras necesarias para construir 
algo diferente.
Una sociedad post-trabajo no es ciencia ficción
Pregunta:
 Crear un nuevo “sentido común” es otra medida necesaria, señaláis, 
haciendo vuestra una cita de Pablo Iglesias. Conseguir que este sea 
tenido como un debate serio y realista, presente en la agenda política y
 en los medios. 
Pero entre las razones que nos impiden pensar en la 
abolición del trabajo hay algunas culturales, como la “ética del 
trabajo” o la imagen proyectada desde esos mismos medios: el rechazo al 
parado, la mofa a costa del pobre, la sospecha de vago. ¿Cuánto tiempo 
tardaríamos en alcanzar esta sociedad post-trabajo? ¿Hay síntomas que 
nos permitan ser optimistas?
Respuesta: El 
proyecto que proponemos requiere tiempo: más de una década para llegar a
 buen puerto. Pero se pueden ver indicios en todas partes. Los robots 
van estar cada vez más presentes en el futuro y la amenaza de una nueva 
crisis económica mundial es muy real. 
Pero por el momento no hay una 
fuerza social para llevar a cabo el cambio. Este es el difícil primer 
paso: reforzar el poder de las personas para que así podamos construir 
un mundo nuevo.
Como discutimos en nuestro libro, esto pasa por 
crear una nueva fuerza hegemónica, lo que requiere cambiar el “sentido 
común” de las sociedades contemporáneas, un sentido común construido 
hasta ahora alrededor del valor y el significado del trabajo, entre 
otras cosas.
Por supuesto, la situación podría cambiar de un 
momento a otro, nunca se debe subestimar a las personas. Quizá un mundo 
post-trabajo llegará antes de lo que esperamos. E incluso ante la 
posibilidad de que el orden económico mundial se viniera abajo, 
deberíamos tener ideas y proyectos para colocar en su lugar.
 Hoy en día,
 por lo menos, los temas de automatización, la renta básica universal y 
la duración de la semana laboral están en la agenda. Nuestra tarea 
consiste en determinar qué respuesta daremos a todos estos temas. (...)"               (Alex Williams , Nick Srnicek 
 
  
  , Sin Permiso, 28/02/2016)
 
 
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