"Un 35% del volumen de los productos que compramos lo conforman los
envases de esos productos. Unos envases que, indefectiblemente, acaban
en la basura, con los consiguientes costes.
Acerca de esta reflexión y
de cómo plantear un mañana ecológico, las empresas VBM Ecodesign,
dedicada al ecodiseño, asesoramiento y desarrollo de proyectos
responsables; NNZ The Packaging Network, con sede en Holanda y
especializada en soluciones de empaquetado, y EcoRiera, como elaborador
de alimentos ecológicos, han unido sus fuerzas y conocimientos en la
búsqueda de envasados no contaminantes y, sobre todo, compostables.
EcoRiera se planteó "si era lógico vender productos ecológicos que
llevaban por envoltorio plástico. A fin de cuentas, un derivado del
petróleo (...)
"debíamos conseguir un envase que, termosellado al vacío, fuera capaz
de conservar el alimento durante seis meses". El camino no fue fácil.
"En nuestra primera prueba por el método ensayo-error conseguimos que el
alimento se mantuviera en condiciones de consumo durante veintitantos
días. Hasta lograr los seis meses que necesitábamos pasó bastante
tiempo".
Al final se alcanzó el objetivo y "ahora podemos decir que cumplimos
con toda la legislación europea o, lo que es lo mismo, garantizamos no
solo los seis meses de conservación de los alimentos, sino también que
lo hacemos empleando un material biodegradable y compostable que, cuando
se degrada, se convierte en un abono de mucha calidad que, al no tener
ningún tipo de componente químico, puede ser utilizado en cultivos
destinados a la alimentación", dice Del Valle.
Así, VBM ha conseguido un material que, además de contener los
embutidos de EcoRiera, puede ser útil para muchos de los cerca de 40.000
productores ecológicos que hay en España "y que, en un porcentaje de
más del 70%, exportan su producción. Y es que nosotros no solo
trabajamos con elaboradores de productos ecológicos y delicatessen,
sino que nos dirigimos, de un modo general, a todos aquellos
profesionales que necesitan un material de calidad y ecológico en el que
envolver sus productos. Además, estamos comprobando las muchas
posibilidades que tenemos, principalmente en países del norte de Europa,
de acceder a mercados que han restringido o prohibido el uso de
envoltorios de origen fósil". (El País, Negocios, 18/12/2011)
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