12/6/09

Los futuros museos de arte serán los talleres de los artistas, abiertos al público


Una visitante recorre el estudio compostelano de la pintora María Meijide (foto Ócar Corral)

"Aprender la técnica, conocer qué les inspira o ponerse manos a la obra. Es lo que puede pasar cuando uno entra de la mano de un artista en su taller. Si además te abre la puerta a entender las complicaciones de su trabajo, se aprende a apreciar el tiempo que hay detrás de una obra de artesanía.

Por tercer año consecutivo, el programa Roteiro de Creación, que organiza en Santiago el Laboratorio de Colaboración Artística, permite al espectador introducirse en el espacio de trabajo de 23 artistas. La organización anima a llamar al timbre de sus talleres -que son sus propias casas en muchos casos- e invadir la intimidad de estos artistas para conocer de primera mano cómo desarrollan su trabajo y resolver todas las curiosidades que surjan, pero también dispone de una ruta guiada (sábados y domingos) para que conocerlos no sea violento.

Y es que hay gente que recibe a los visitantes en el salón de su casa, como la pintora compostelana María Meijide, que pasa de enseñar sus diarios de viajes -de los que saca muchísimas ideas que luego pinta- a un cuadro del baño de su casa e invita a verlo en vivo. Sentados en su taller, en la sala de estar o coincidiendo con sus invitados, la naturalidad da paso a conversaciones más propias de amigos que de completos desconocidos. En el taller de Meijide se pueden ver cuadros que todavía no se han expuesto. Es el Serio estudio sobre el retrato, una serie de lienzos que alcanzará los cinco metros de largo entre los que los visitantes incluso reconocen la cara de algún amigo. Además de cuadros a medio hacer, la casa está llena de otros que esperan venderse, de fotos de otros que sí encontraron comprador (gran parte, galerías y particulares de fuera de Galicia) y de gente, pues Meijide no esperaba que tantas personas pasaran por su estudio con la visita.

De la mano del guía, unas 20 personas -ningún extranjero entre ellas- pudieron ir relacionando la vida artística actual de Compostela con los inicios culturales de una ciudad que nació bajo la sombra de la catedral y el influjo de la Iglesia. Es así como se descubre que el mundo del souvenir que acapara las tiendas del casco viejo de la ciudad es tan antiguo como lo es peregrinar a Santiago.

El trabajar el azabache y la plata, tan característico de la ciudad, estaba motivado por los encargos y las peticiones de la Iglesia. Un trabajo artesano que Soledad Mato y Mónica Fraga practican en su taller de rúa do Vilar, que los visitantes llenan hasta los topes. El público no pierde detalle de las explicaciones de Soledad, que desvela cómo se consigue moldear y dar forma a la plata para hacer diseños únicos. Desde el fondo de la sala, una chica se extraña de lo baratas que le parecen ahora las piezas, después de ver todo el trabajo que lleva conseguir una simple cajita para una piedra o un hilo de plata para un pendiente. Fundir y limpiar las impurezas del metal, moldearlo, darle forma a base de fuerza, hacer cada parte de la pieza, soldarlas, pulir el metal, abrillantarlo y meterlo en una máquina de bolas de acero, que le dará a la joya más brillo y dureza. Y además de todo esto, inspiración. El trabajo visto así gana valor a los ojos inexpertos de los visitantes.

El taller que Tita Fraga tiene en la calle Carretas está estos días compartido por dos artistas más que tienen su estudio fuera de Santiago. Tita se dedica también a un arte relacionado con Compostela como centro religioso. Resulta que a los peregrinos siempre les gustó el shopping y los recuerdos, por lo que compraban unas reproducciones de la catedral en serigrafía para acordarse del viaje. Fraga es la encargada de poner a los visitantes manos a la obra. Ya tiene preparado papel húmedo, tinta, moldes de linóleo con formas de tenedores y una marca en el tórculo para que la impresión salga centrada. Lo difícil está en que cada reproducción debe ser exacta a la anterior. Tita hace la vista gorda ante algún borrón fuera del molde en las pruebas de los alumnos, que poco a poco van abandonando el taller." (El País, ed. Galicia, Galicia, 11/04/2009, p. 6)

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