10/6/09

La prensa del futuro la harán los periodistas, los usuarios y los ciudadanos... juntos y revueltos

"EXPUESTA DE MANERA brutal durante los ataques contra Bombay, la emergencia de Twitter como fuente de la actualidad más caliente podría sacudir profundamente la manera de informarse online y hasta el periodismo. No hay nada más rápido que Twitter, nada más diverso, nada más caótico, aunque no todo lo que se publica ahí tenga credibilidad. Medios y periodistas no pueden ignorar el fenómeno y tienen que aprender a cumplir su función de manera diferente. "El impacto de una nota redactada en primera persona está en este mismo hecho: yo estaba yo ahí; tú, no. Sé lo que pasó. Tu quieres saber", escribió Prempanicker en Twitter pocas horas después de que terminaran los combates.

Frédéric Fillioux, redactor de MondayNote.com, sitio sobre la evolución de los medios, cuenta que "por costumbre profesional fui a las fuentes equivocadas". Se trataba de CNN y SkyNews, pero rápidamente se dio cuenta que "ninguna era tan absorbente como Twitter, el lugar donde ir esa noche". (...)

La importancia asumida por los medios sociales (Flickr y YouTube suministraban imágenes; Wikipedia realizó un trabajo de síntesis en tiempo real) ha llevado a medios como The New York Times, CNN o The Guardian a reconocer que la tragedia de Bombay fue "La hora de Twitter", como publicó Forbes. "Los usuarios mandando notas con comentarios sobre la crisis transformaron un servicio de distribución de mensajes personales cortos para una red de conocidos en un servicio de información mundial y en tiempo real basado en los relatos personales de los ataques", explicaba la web de Forbes.

Voces importantes de la blogosfera reafirmaron sus convicciones. "No puedo creer que todavía haya gente diciendo que Twitter no es una fuente de noticias", escribió Michael Arrington en TechCrunch antes de precisar que lo importante no "es la velocidad de llegada de la nota. Twitter también sirve como fuente de actualización".

Tras reconocer la presencia de informaciones equivocadas, Mathew Ingram insiste en la capacidad de los participantes de corregirlas mientras afirma rotundamente "Sí, Twitter es una fuente periodística". (...)

Om Malik apunta a una de las graves carencias que dan los testigos directos: "A pesar del enorme volumen de información -y su inmediatez-, conseguir el contexto de la situación ha sido una lucha". (...)

La discusión ilustra la importancia de un acontecimiento que marcará un punto de inflexión en la manera de informarse en situaciones de crisis. Se cuestiona la forma de la nota tradicional: aparece al lado del relato organizado y estructurado una expresión en fragmentos donde el receptor (lector, espectador) tiene que participar para enlazar los elementos de los cuales dispone y buscar varias fuentes. Los medios tradicionales pueden adaptarse y dedicar parte de sus recursos a filtrar lo que llega y lo que se encuentra hasta tener su propia capacidad de análisis. También pueden organizar una cobertura en la que participen, con idénticas herramientas, periodistas profesionales, usuarios seleccionados y, por qué no ciudadanos. Como ha hecho el todavía experimental LePost.fr." (FRANCIS PISANI: La revolución Twitter y los medios. Ciberpaís, 04/12/2008, p. 2 )

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