"¿Cuál será la innovación tecnológica que tendrá más peso en determinar
el ganador de las próximas elecciones en EEUU? La respuesta es Data
Mining, la minería de datos, y más concretamente el microtargeting o la microsegmentación.
Entre los expertos existe el consenso de que, en este campo, el
equipo de la campaña electoral del presidente lleva una gran ventaja al
de Romney. Es el arma secreta de Obama, y sus principales asesores están
convencidos de que, en una elección tan reñida como esta, la
superioridad en el uso de estas tecnologías va a ser el factor
determinante en su reelección.
La minería de datos es una rama de las ciencias de la información que
utiliza complejos algoritmos y métodos estadísticos para identificar
los patrones que puedan existir en las enormes bases de datos que hoy en
día se acumulan gracias a las nuevas tecnologías. Se trata de convertir
esa información en conocimiento útil para la toma de decisiones.
En el
mundo de la empresa privada, el data mining se usa hace tiempo y
con gran sofisticación. Cuando usted entra en Internet y aparece una
publicidad, es probable que su contenido resulte del uso de estas
tecnologías.
El mensaje específico es seleccionado de una lista de
posibles anuncios, y la máquina escoge cuál enviarle a partir de un
cálculo que se nutre de información sobre quién es usted (mujer, 37
años, casada con hijos, vive en la ciudad X, barrio Y), qué le gusta (ha
comprado esto y aquello), qué hace (visita regularmente las páginas A y
B en la Red) y la información extraída de una base de datos de personas
con sus mismas características, gustos y hábitos.
Todo esto revela los
patrones más comunes sobre las motivaciones que determinan una decisión
de compra en su segmento. Así, la publicidad que usted recibe, apunta a
sus motivaciones, posibilidades y deseos. Esto es el microtargeting:
apuntar micrométricamente no a un mercado, al público o a los votantes,
sino a segmentos muy específicos dentro de esas categorías.
En el mundo de la política estas tecnologías se habían utilizado menos, pero ahora se han vuelto indispensables.
La ventaja de Obama en este campo se remonta a las elecciones
primarias de 2007 y luego a su campaña presidencial de 2008. Su
candidatura atrajo a un número sin precedentes de jóvenes, novatos en
política pero magos en el uso de Internet. Terry McAuliffe, quien fuera
el jefe del Partido Demócrata, me dijo: “Obama tiene a la mejor gente
del mundo en el uso de Internet para campañas políticas.
Lo sé porque lo
sufrí en carne propia: ¡yo dirigí la campaña de Hillary en las
primarias contra Obama! Eran extraordinarios. Y esa tecnología y esa
gente ni siquiera son del partido. Son de la organización de Obama”.
Muchos de ellos son empleados a tiempo completo y provienen de
empresas como Google, Facebook o Amazon. Actualmente, Harper Reed,
antiguo hacker y exitoso vendedor de camisetas por Internet, dirige la
operación de data mining de Obama. No da entrevistas y sus
actividades se mantienen en secreto.
Pero ha montado la más ambiciosa y
eficiente estructura tecnológica para saber a quiénes acudir, qué
decirles y qué pedirles (su voto, una donación, los votos de sus amigos y
familiares, hacer llamadas telefónicas, un coche para llevar a la gente
a votar, etcétera). De hecho, la tecnología les permite enviar mensajes
distintos a dos personas de la misma familia y que viven en la misma
casa. (...)
La tasa de desempleo, el dinero del que los candidatos disponen para su
campaña y los SuperPacs, los comités de acción política que pueden
dedicar enormes sumas de dinero a favor —o en contra— de Obama o Romney;
los debates, la personalidad de los candidatos y su oferta electoral
son algunos de los factores que van a influir en quién será el próximo
presidente de EE UU.
Y esta lista es aún más larga. Pero la capacidad
para convertir información masiva y desordenada en conocimiento que
aporta votos estará muy en el tope de esa lista." (
Moisés Naím , El País, 20 OCT 2012)
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