"El descubrimiento de aleaciones metálicas permitió a los antiguos
creadores de música ampliar las posibilidades de los aerófonos de cuerno
y madera. La Revolución industrial introdujo nuevos materiales y
procesos de fabricación que ayudaron a rediseñar instrumentos como el
piano, trompeta y los instrumentos de viento de madera para que pudieran
tocar más notas, más rápidamente y más alto.
Y a medida que estas capacidades para dar forma al sonido han crecido
y cambiado, también lo ha hecho la capacidad de expresión musical de
los compositores. La pieza '3D StringTheory' explora cómo las nuevas
tecnologías de hoy, como la impresión 3D, pueden expandir aún más los
límites musicales.
Para explorar las nuevas posibilidades creativas que la tecnología
ofrece a la música, la Orquesta Sinfónica de Ottawa encargó al
fabricante de violines de Ottawa Charline Dequincey, al diseñador de
Creadditive Laurent Lacombe y al Centro de Tecnología Industrial de
Winnipeg que creeran instrumentos de cuerda originales impresos en 3D.
El compositor Harry Stafylakis ha escritio una pieza musical original
inspirada en estos nuevos sonidos. La presentación del producto final
de estos esfuerzos colectivos, una presentación en vivo de la pieza de
Stafylakis, con los nuevos instrumentos impresos en 3D y con la Orquesta
Sinfónica de Ottawa, tuvo lugar el 4 de noviembre de 2018 en el Salón
Jean Pigott del Ayuntamiento de la ciudad canadiense, tal como publicó
imprimalia3D.
Ahora, un músico de la orquesta ha revelado más detalles sobre esta
iniciativa. La pasada primavera, Canada Makes y la Orquesta Sinfónica de
Ottawa convocaron la pasada primavera un concurso de alcance nacional
para mejorar o diseñar un instrumento musical optimizado ergonómicamente
que aproveche la potencia de la impresión 3D (metal o polímero) para su
fabricación. El concurso, abierto a todos los residentes canadienses,
fue patrocinado por Marina Kun, presidenta de KUN Shoulder Rests Inc y
la fabricación, por Precision ADM y Axis Prototype Inc. El premio para
el proyecto ganador estaba dotado con 36.500 dólares.
El diseñador debía tener en cuenta que el coste total del instrumento
tenía que ser financieramente viable, teniendo en cuenta el presupuesto
de fabricación de $ 5,000 y el presupuesto de ajuste de $ 5,000.
El ganador del concurso fue Robert Hatter por su diseño de un
clarinete. Entre los finalistas quedaron los diseñadores de una ocarina y
de un violín.
Hatter empezó a estudiar piano, y cuando ingresó en la escuela
secundaria aprendió a tocar el clarinete. Mientras practicaba con este
instrumento sufrió dolor en los músculos del pulgar y en la muñeca. Ello
fue debido al metal que sobresalía del área del pulgar cuando tocaba un
clarinete normal.
Actualmente es estudiante de doctorado en Ingeniería Biomédica en la
Universidad de Ottawa y se percató de que la música que estudió cuando
niño le podía servir de gran ayuda. Le sirvió de inspiración para el
diseño e impresión 3D de un clarinete, con el que ganó el concurso.
El instrumento está hecho de PVC y ácido poliláctico y es más
estrecho y ligero que el clarinete tradicional. También incluye un
reposabrazos que soporta el peso del instrumento sin afectar al sonido.
También se puede usar la boquilla existente. Dos orificios equilibran el
tono.
Otro de los instrumentos que resultó elegido finalista es una ocarina
diseñada por el ingeniero mecánico Jared Kozib. Era el único canadiense
que había trabajado en un centro médico con la fabricación aditiva.ñ
También había trabajado en la industria aeroespacial para fabricar
piezas para satélites. Jared intentó diseñar una guitarra que estuviera
lista una semana antes del final del plazo, pero pensó que no iba a
tener tiempo suficiente y se decantó por una ocarina al recordar la que
había comprado tres años antes.
Su ocarina impresa en 3D está hecha con una espiral revolucionaria
que permite al músico reproducir un sonido entre semitonos con el que se
logra una expresión más creativa y rica. La posición de las muñecas,
los codos y los brazos también es más cómoda que en la ocarina
tradicional.
En cuanto al violín finalista en el concurso, fue diseñado por Víctor
Martínez, con experiencia en Fiat, Alfa Romeo y Audi después de recibir
su maestría en Italia y especializarse en diseño industrial en la
Universidad de México. Luego fundó su propia firma de consultoría de
diseño en este país, la cual resultó afectada por la crisis económica
que estalló en 2008. Actualmente da clases sobre diseño en una
universidad canadiense.
Le atrajo la música clásica después de escuchar un concierto para
violín de Vivaldi hace 20 años. Esa fue la razón por la que se decantó
por este instrumento para el concurso. En su opinión, la placa de madera
o de metal rígido no es ergonómica. El usa plástico flexible y
cilindros y palancas para que el músico obtenga una posición más cómoda." (Imprimalia, 06/11/18)
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