"Hoy es el 29 cumpleaños de la
World Wide Web. Este es un mensaje de nuestro fundador e inventor de la
web, Sir Tim Berners-Lee, sobre lo que necesitamos para poder garantizar
que todo el mundo tenga acceso a una web que merezca la pena.
Hoy
la World Wide Web cumple 29 años. Este año marca un hito en la historia
de la web: cruzaremos un punto de inflexión y más de la mitad de la
población mundial estará conectada.
Cuando comparto estas emocionantes noticias la gente suele reaccionar con alguna de las dos siguientes inquietudes:
- ¿Cómo hacemos para que la otra mitad del mundo pueda acceder a la web?
- ¿Estamos seguros de que el resto del mundo quiere conectarse a la web que tenemos hoy en día?
En la actualidad las amenazas a la web son muchas y reales, incluidas las que describí en mi última carta:
desde la desinformación y el uso de propaganda política cuestionable
hasta la pérdida de control sobre nuestros datos personales. Pero sigo
comprometido con poder garantizar que la web sea un espacio libre,
abierto y creativo — para todos.
Esa
visión sólo es posible si conseguimos conectar a todo el mundo y nos
aseguramos de que la web funcione en beneficio de las personas. Creé la Web Foundation para luchar por el futuro de la web. Estos son los puntos en los que deberíamos concentrar nuestros esfuerzos:
Cerrar la brecha digital
La
brecha entre las personas que tienen acceso a internet y las que no lo
tienen está aumentando las desigualdades ya existentes — desigualdades
que plantean una grave amenaza mundial. Como era de esperar, es más
probable estar desconectado si se es mujer,
pobre, habitante de un área rural, de un país de bajos ingresos, o
cualquier combinación de los anteriores.
Hoy en día estar desconectado
significa ser excluido de oportunidades para aprender y ganarse el
sustento, de acceder a servicios valiosos y de participar en el debate
democrático. Si no invertimos seriamente en acabar con esta brecha,
miles de millones de personas podrían tener que esperar hasta el año 2042 para poder tener acceso a internet. Eso implicaría dejar atrás a toda una generación.
En
el año 2016 las Naciones Unidas declararon que el acceso a internet es
un derecho humano, como lo son también el agua potable, la electricidad,
la vivienda y los alimentos. Pero este derecho básico seguirá siendo
denegado a miles de millones de personas hasta que el acceso a internet
sea asequible para todos. Ya tenemos un objetivo establecido.
Recientemente las Naciones Unidas adoptaron el umbral de asequibilidad
propuesto por la Alianza por un Internet Asequible: 1 GB de banda ancha
móvil por menos del 2% del ingreso promedio mensual. La realidad sin
embargo es que todavía estamos muy lejos de alcanzar este objetivo — en
algunos países el coste de 1GB de banda ancha móvil todavía está por encima del 20% del ingreso promedio mensual.
¿Qué
hace falta para alcanzar este objetivo? Debemos apoyar políticas y
modelos de negocio que mejoren las condiciones de acceso de los grupos
más desfavorecidos a través de soluciones como las redes comunitarias y
las iniciativas de acceso WIFI público. Debemos invertir recursos para
garantizar el acceso de mujeres y niñas, y asegurarnos de que puedan
aprovechar el poder de esta herramienta mediante la enseñanza de
habilidades digitales.
Conseguir que la web funcione en beneficio de las personas
La
web a la que muchos se conectaron años atrás ya no es la web con la que
se encontrarán los nuevos usuarios. La rica variedad de blogs y sitios
web de aquella época se ha visto comprimida bajo el aplastante peso de
unas pocas plataformas dominantes. Esta concentración de poder da lugar a
un nuevo conjunto de custodios de la red,
permitiendo que un puñado de plataformas tengan control sobre cuáles
serán las ideas y opiniones que se podrán ver y compartir.
Estas
plataformas son capaces de afianzar su posición dominante mediante la
creación de barreras de entrada a potenciales competidores. Absorben a
las startups
con potencial para convertirse en una amenaza, compran todas las
innovaciones tecnológicas y contratan a los mejores talentos de la
industria. Si a esto añadimos la ventaja competitiva que les
proporcionan los datos de sus usuarios actuales, no podemos sino esperar
que los próximos 20 años sean bastante menos innovadores que los
anteriores.
Además, esta concentración de poder permite ampliar el impacto de quienes utilizan la web como un arma.
En los últimos años hemos visto cómo teorías conspirativas logran
convertirse en tendencia en las plataformas de medios sociales, cuentas
falsas en Twitter y Facebook avivan las tensiones sociales, actores
externos interfieren en los procesos electorales y grupos criminales se
apoderan de valiosos datos personales.
Hemos
buscado respuestas por parte de las propias plataformas. Las empresas
son conscientes de estos problemas y se esfuerzan por solucionarlos — y
observamos cómo cada cambio que implementan termina afectando a su vez a
millones de personas. La responsabilidad — y a veces también la carga
— de tomar estas decisiones recae sobre empresas que han sido creadas
para maximizar sus beneficios económicos en lugar de maximizar el bien
social. Un marco legal o regulatorio que tenga también en cuenta los
objetivos sociales podría contribuir a aliviar esas tensiones.
Incorporar más voces al debate sobre el futuro de la web
El
futuro de la web no trata únicamente acerca de todos aquellos que ya
estamos conectados, sino también sobre aquellos que aún no lo están. La
poderosa economía digital actual exige estándares sólidos que permitan
equilibrar los intereses de las empresas y los de los ciudadanos
conectados. Para ello será necesario pensar en cómo podemos alinear los
incentivos del sector tecnológico con los de los usuarios y la sociedad
en general, consultando a una muestra representativa y diversa de la
sociedad en el proceso.
Dos
mitos limitan actualmente nuestro imaginario colectivo: el mito de que
la publicidad es el único modelo de negocio posible para las empresas
digitales, y el mito de que ya es demasiado tarde para cambiar la forma
en que operan las plataformas. Para resolver estas dos cuestiones
deberemos ser un poco más creativos.
A pesar de que los problemas a los que se enfrenta la web son complejos y grandes, creo que deberíamos verlos simplemente como bugs:
problemas en el código y en los sistemas de software que fueron creados
por personas — y que por tanto pueden ser también corregidos por
personas. Crea una nueva serie de incentivos y a continuación llegarán
los cambios en el código. Podemos diseñar una web que ofrezca un entorno
constructivo y alentador.
Hoy
quiero que nos desafiemos a tener ambiciones más grandes para la web.
Quiero que la web refleje nuestras esperanzas y cumpla nuestros sueños,
en lugar de amplificar nuestros miedos y profundizar nuestras
divisiones.
Como dijo en
una ocasión el difunto activista de internet John Perry Barlow: “una
buena manera de inventar el futuro es predecirlo”. Puede sonar utópico,
puede parecer imposible de conseguir después de los reveses sufridos
durante los dos últimos años, pero yo quiero que imaginemos ese futuro y
lo construyamos.
Reunamos a
las mentes más brillantes del ámbito de los negocios, la tecnología, el
gobierno, la sociedad civil, las artes y el mundo académico para
afrontar las amenazas al futuro de la web. En la Web Foundation estamos
listos para desempeñar nuestro papel en esta misión y construir la web
que todos queremos. Trabajemos juntos para hacerlo posible.
Sir Tim Berners-Lee
Comparta esta carta en Twitter usando el hashtag #HappyBirthdayWWW
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