"La tierra vista desde el cielo, con una perspectiva a vista de
pájaro. Basado en este poético y fascinante concepto, la diseñadora
holandesa especialista en ropa impresa en 3D Iris van Herpen ha
presentado su nueva colección para la primavera-verano 2018 en París,
en la Galería de Mineralogía y Geología del Jardín de las Plantas, donde
la colección jugó con por completo con la delicadeza.
Van Herpen ha realizado trabajo extremadamente técnico, basado en una
colaboración con la Universidad Tecnológica de Delft, con la que creó
impresiones de estampados en 3D.
Van Herpen se inspiró en paisajes naturales tomados desde una
perspectiva aérea, como si viese el mundo desde los ojos de un pájaro,
para recrear su colección primavera-verano 2018.
Una gama de colores claros como el verde agua, el amarillo o el azul
que se mezclaron con tonos piel y negro en minivestidos ajustados donde
las hojas, impresas en 3D en un tul de 0,8 mm y pegadas sobre el tejido,
crearon formas psicodélicas, casi de ciencia-ficción.
Para la modista, se trató de una colección optimista y delicada, que
combinó lo artificial con lo orgánico. La atención se centró en el
movimiento de las piezas, a juego con unas esculturas del artista
holandés Peter Gentenaar, que habían sido colocadas sobre la pasarela,
en una instalación dentro de la Galería de Mineralogía y Geología de
París.
El propio trabajo de Gentenaar, que desde hace 30 años elabora esas
figuras con pliegues con los que forma pétalos y nubes de colores, llevó
a Van Herpen a construir su vestido final, con plisados rígidos
alrededor del diseño, creando una sensación de criatura marina.
"No es tanto el agua como el movimiento en general lo que me
interesa, el conjunto de una metamorfosis dentro de la naturaleza que es
lo que siempre intento captar", explicó en el "backstage" la
diseñadora, famosa por sus concepciones abstractas que plasma en la moda
mediante vestidos casi transparentes con volúmenes esculturales.
Para ganar altura, la diseñadora holandesa, adepta de la impresión en
3D y a los nuevos materiales, colocó a las modelos como pájaros en su
percha, en zapatos sobre un pedestal, de tal modo que su paso ondulaba
como la ingravidez.
Los micro-patrones geométricos impresos en 3D en tul transparente
dibujan vestidos de mosaico. Este efecto fragmentado se recoge en
vestidos perforados con láser. Los finos diseños oscuros aplicados a
conjuntos impalpables de color piel se asemejan a tatuajes maoríes o
diseños africanos.
Iris van Herpen juega con la luz. Los dibujos de sus vestidos
traslúcidos cobran vida como sombras chinas a la luz de los focos. Los
patrones en seda muaré brillan con reflejos iridiscentes. Los colores de
un follaje tridimensional cambian dependiendo de la iluminación en
tonos dorados o azulados.
Todo parece flotar. La ropa se desliza sobre los cuerpos de sus
mujeres-pájaro. Las mangas cónicas de algunos conjuntos de kimono caen a
lo largo de los flancos como alas. Los listones delgados se agitan como
plumas, creando volúmenes en movimiento en la parte inferior de un
vestido.
"Me acerqué para mirar la piel de la Tierra, tratando de encontrar
las fuerzas escondidas detrás de las formas. Mirando desde esta
perspectiva, me sentí inspirada por los diseños del caos y el orden, la
naturaleza y la civilización que se fusionan en infinitas
hibridaciones", comentó la diseñadora en un texto." (Impriñalia, 24/01/18)
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