"Keith Lonsdale es un británico de 74 años de edad que tras someterse a
45 tratamientos e intervenciones quirúrgicas por un cáncer que le
afectaba el rostro logró finalmente salvar su vida pero al precio de
quedar convertido en una persona deforme.
La historia de Keith realmente refleja los horrores de cáncer.
Según ha explicado a los periodistas , acudió por primera vez a los
médicos por una pequeña marca facial en el año 1990. Resultó ser un
carcinoma de células basales que se había extendido a la nariz, la boca y
la mejilla.
"Fue un gran shock, pero hice lo que tenía que hacer y acudí a
recibir sesiones de radioterapia todos los días durante dos semanas",
dijo Keith, y su esposa Marjorie hizo todo lo posible para apoyarlo.
El tratamiento aparentó ser todo un éxito. Después de tres meses de
sesiones pareció curado. Pero 14 años después, en 2004, empezó a mostrar
más síntomas. Acudió de nuevo a los médicos. Se había reproducido en
tres lugares y le dijeron que tendrían que tomar un poco de su rostro,
ha declarado Keith.
Con el tiempo, los cirujanos del Hospital Universitario de Nottingham le
extirparon la nariz, los pómulos, la mandíbula superior y la mayor
parte de su paladar. Con todo, el ex maquinista de tren se sometió a
decenas de operaciones. Este procedimiento extenuante dejó a Keith sin
huesos bajo los ojos y con un enorme agujero en su rostro. Para empeorar
las cosas, comer, beber o incluso respirar le resultaba enormemente
difícil en tales circunstancias.
Para ocultar su rostro devorado por el cáncer y recobrar al menos un
aspecto lo más parecido posible al normal, Keith recurrió a diferentes
prótesis de máscaras faciales, pero nunca se sintió plenamenter a gusto
con ninguna de ellas o no funcionaron adecuadamente.
Su hijo Scott, que sufría por las huellas que la enfermendad había
dejado en la cara de su padre, recurrió al centro médico Nottingham´s
Queen´s.
Como la persona más parecida a su padre era él mismo, los médicos
decidieron tomarlo como modelo para, tras escanear su rostro durante
seis horas, crear una prótesis facial con sus rasgos y destinada a su
padre.
Tras diversas exploraciones, gracias a un algortimo informático
crearon un modelado en 3D para su posterior impresión tridimensional.
El resultado fue la base de un molde que permitió crear una máscara
de silicona adaptable a la cara del paciente con la ayuda de una serie
de pequeños imanes implantados.
Además, la máscara incluye un relleno que cubre el hueco labrado por el cáncer y realiza las funciones de la mandíbula superior.
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