"Después
de sufrir dificultad para respirar, una residente del área de Kansai
(Japón) fue al hospital, donde ella se enteró de que padecía un caso
irreversible de fibrosis pulmonar. Los médicos le dijeron que si no
recibiía un trasplante de su pulmón izquierdo iba a morir. Por suerte,
su marido resultó ser un donante adecuado.
Sin embargo, a pesar de su
sangre y el tejido compatibles, había un problema con el tamaño de su
pulmón. Así que a un equipo de médicos de la Universidad de Kyoto se le
ocurrió una solución creativa de un modo inaudito. (...)
Si
alguien tiene un pulmón defectuoso y necesita un trasplante, una opción
sería tomar un pulmón de un donante recientemente fallecido. Aunque el
paciente puede conseguir un pulmón intacto en conjunto, hay que estar
inscrito en una lista de espera y podría requerir cirugía intensiva en
el momento del aviso.
La otra opción sería tomar un lóbulo inferior del pulmón de dos
donantes independientes. Una persona sana puede vivir una vida normal
con la pérdida de un solo lóbulo, por lo que los donantes generalmente
se recuperan sin problema. Aunque esta situación es menos urgente, es
comprensiblemente más compleja para la persona que recibe el
trasplante:
En
el caso de esta mujer en particular, se necesitaba todo un pulmón, pero
el único donante disponible era su marido. Sin embargo, como el tiempo
era un factor esencial, tendrían que usar sólo un lóbulo para
reemplazar todo su pulmón izquierdo.
Por
desgracia, el lóbulo inferior izquierdo del hombre era verdaderamente
inferior y demasiado pequeño para ser usado de esa manera. El pulmón
derecho de un ser humano es aproximadamente un 20% más grande que el
izquierdo, ya que éste también tiene que compartir el espacio con el
corazón. Por lo tanto, mientras que el lóbulo inferior izquierdo del
hombre era deplorablemente inadecuado, el lóbulo inferior derecho, con
mucho más volumen, era el que más se adecuaba para el trasplante.
El reto aquí era la unión de un pedazo de pulmón derecho en el lugar
de un lóbulo del pulmón izquierdo. Dados los lados y las posiciones
opuestas, se convertía en un rompecabezas peligroso intentar conectar
todas las arterias y los bronquios (sangre y conductos) correctamente.
Para ayudar al personal médico de la Universidad de Kyoto, la
Universidad de la Ciudad de Nagoya prestó su impresora 3-D. Juntos, los
dos equipos podrían elaborar un modelo completo en 3D del pecho de la
mujer y trazar con exactitud la forma en que podrían hacerse las
conexiones correctas antes de empezar la intervención quirúrgica, según
ha informado The Tokyo Times.
De regreso a Kyoto a principios de marzo de este año, un equipo de 20
cirujanos ya sabía exactamente lo que había que hacer, gracias a la
utilización del modelo en 3-D, preparado gracias a la impresora
tridimensional para la intervención quirúrgica. El procedimiento fue
relativamente rápido: sólo cuatro ahoras y media, tras las cuales tanto
el marido como la esposa salieron del quirófano en situación estable.
Después de la operación, la mujer se sometió a rehabilitación durante
varias semanas y finalmente fue capaz de dar 10.000 pasos en un día,
por lo que ha podido ser dada de alta el 10 de mayo. En ese momento, su
marido también se había recuperado y ya había vuelto al trabajo." (Imprimalia, 18/05/2014)
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