"La NASA ha conducido con éxito las pruebas del primer inyector de un cohete espacial construido mediante impresión 3D.
Apoyado por el fabricante de misiles Aerojet Rocketdyne, la agencia
estadounidense ha introducido así la impresión 3D en la industria
aeroespacial a través este método de producción en auge, que ahorra
significativamente tiempo y dinero. La tecnología puede representar un
salto cualitativo en un ámbito donde la calidad de los componentes es
decisiva.
La impresión 3D tiene la capacidad de hacer más eficiente la
fabricación de los cohetes espaciales, ya que el inyector es una pieza
fundamental en el mecanismo de estos sistemas. En concreto, la pieza que
la NASA ha creado normalmente se tarda más de un año en construir,
mientras que con el nuevo método está lista en menos de cuatro meses, con una reducción de costes del 70%.
El componente se ha construido utilizando una tecnología de fundido mediante láser. Aerojet Rocketdyne ha sido la empresa encargada de diseñar la pieza y posteriormente utilizar haces de láser de alta potencia para fundir polvos metálicos,
creando a continuación estructuras en tres dimensiones. Para probar la
fiabilidad del resultado de la inserción de la impresión 3D en la
industria aeroespacial, el inyector de oxígeno líquido e hidrógeno
gaseoso ha sido encendido en varias ocasiones.
El inyector es uno de los componentes más caros del motor de un
cohete espacial, por lo que reducir el coste de esta pieza es un logro
importante dentro de esta industria. Hasta ahora no se había obtenido
con éxito un componente tan importante, aunque la impresión 3D ya se
utilizaba para construir soportes y otras partes más circunstanciales.
Si al principio se veía como un método de fabricación casero, una
tecnología más cercana al mercado de consumo, la impresión 3D ha
demostrado ser útil a la hora de reemplazar ciertos procesos
industriales. El caso de este inyector no es una excepción. De hecho, la
NASA y Aerojet Rocketdyne han mostrado interés por las posibilidades
que la nueva técnica pueda tener a la hora de fabricar otros componentes aeroespaciales.
Si las organizaciones progresan en esta dirección puede que en un
futuro cercano sea considerablemente más económico construir cohetes y
equipamiento espacial. La facilidad que tiene la impresión 3D para
adaptarse a nuevos materiales,
aparte de los comúnmente conocidos, como son los termoplásticos (ABS y
PLA), facilita la producción de componentes con necesidades dispares.
El inyector del cohete ha sido construido a partir de polvo metálico
fundido y existen otros ejemplos de cómo una impresora 3D puede servirse
de materiales base como la madera, el cemento, el papel o el nailon.
Por el momento, la nueva materia prima sólo se ha utilizado para
producir objetos más bien caseros, de decoración o con una utilidad
sencilla, como un perchero.
Sin embargo, la investigación
sólo está en sus primeras etapas y el experimento de la NASA demuestra
que la impresión 3D podría dar pie a una transformación generalizada de
los procesos industriales." (Noticias de hoy, 18/07/2013)
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