"Resulta sorprendente como varios de los países que conforman la Unión Europea se ahorran más de 450 billones1
de euros al año en concepto de uso de Software Libre. América Latina no
se queda atrás, Brasil desde hace más de dos década ha venido
trabajando con este tipo de herramientas informáticas, por cierto el
país latinoamericano que más ha usado y desarrollado este tipo de
software en la esfera gubernamental. Brasil ahorró 225 millones de
dólares por el uso de tales aplicaciones durante el año 20102.
Estos son datos que apenas aparecen publicados; sin embargo se sabe que
en el mundo del software libre estos ejemplos son abundantes.
Lamentablemente el gran público no conoce mucho de estos esfuerzos que
están transformando la forma de ver y de utilizar las Tecnologías de la
Información y Comunicación (TIC).
Este
será uno de varios casos que se irán documentando acerca del avance del
Software Libre en El Salvador. La Universidad Luterana Salvadoreña
inició el recorrido de adoptar el Software Libre en enero de 2009,
cuando se migra el primer Centro de Cómputo de Windows XP a Ubuntu 8.103,
gracias a la decisión contundente de no seguir pagando altas sumas de
dinero en concepto de licencias privativas.
En la actualidad cerca de
160 equipos informáticos son utilizados con ese software realmente
alternativo, representando el 98.2%, tanto en la Sede Central ubicada en
San Salvador, como en su Centro Regional de Cabañas.
A la par
del ahorro económico que se ha mantenido durante cuatro años, también se
ha experimentado otro tipo de beneficios, como el aumento de la vida
útil de los equipos, el rescate de varios que se pensaban eran
obsoletos, adquisición de equipo con características básicas que
funcionan eficientemente, menos necesidad de soporte y mantenimiento,
mayor seguridad en la gestión y transferencia de datos, entre muchos más
que podríamos seguir enumerando, y que no sólo abarcan lo técnico y lo
económico, sino también lo social.
Pero no es la razón de este artículo,
a lo mejor se deje para un artículo aparte, ya que es bueno concitar
las experiencias positivas y también negativas de un proceso de
migración de un tipo de software a otro, con sus complejidades derivadas
de la misma naturaleza humana.
Camino a la soberanía tecnológica con eficiencia y aporte a la vitalidad.
A
la base del cambio en el uso del software privativo estuvo una pregunta
clave: ¿es posible que con algo alternativo dejemos de pagar licencias
que sólo terminan beneficiando a empresas transnacionales que nos
abarcaba hasta el 10% del presupuesto?
La respuesta fue positiva; pero
lo complejo era que había que correr al menos dos riegos: 1) que ante la
falta de conocimiento sobre el funcionamiento a veces específico de
cada aplicación, se iban a tener problemas operativos y 2) que las y los
usuarios ante su poca experiencia iban a terminar por repeler la
iniciativa. (...)
Como respuesta a esa realidad, es que la ULS ha hecho toda una
escuela que puede traducirse en un modelo que otras instituciones
educativas pueden replicar. Un modelo que en definitiva funciona sin
mayores contratiempos y que es posible desarrollarlo de forma práctica
sin afectar dramáticamente la vida de una institución. Por supuesto que
las metodologías para migrar de software privativo a libre cuentan mucho
a la hora de desarrollar un proyecto de este tipo.
Dichos procesos no
son abruptos, son procesos planificados y requieren en un primer momento
de mucho conocimiento técnico por parte de quienes lideran la
transformación. Tampoco es cierto que la Universidad Luterana
Salvadoreña haya logrado todo lo posible en materia tecnológica con el
Software Libre, pero se avanza con una perspectiva de mejorar los
servicios educativos con el apoyo de estas herramientas.
La
característica más importante de esta nueva realidad es que la
institución es lo más soberana posible en materia tecnológica. Se han
adaptado las aplicaciones y los programas que se han necesitado, se ha
escogido los Sistemas Operativos de un abanico amplío de posibilidades,
no se depende de empresas y productos específicos, ni se depende del
dinero para encontrar una solución, se ha construido una verdadera
vocación científica de ensayo-error, de documentación para encontrar
alternativas funcionales que con pocos recursos tengan los mismos
efectos." (Carlos Molina Medrano, Rebelión, 26/04/2013)
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