"Para proseguir el avance hacia un auténtico Estado digital, sería
necesario conceder a todos lo que llegaran la identidad estonia digital.
Dicho de otro modo, el Estado tendría que hacer lo posible para que las
personas que han salido del país, ciudadanos estonios o extranjeros que
hayan vivido aquí durante un periodo de tiempo corto o largo, siguieran
estando vinculados al mismo como residentes digitales. De este modo,
aumentaría su credibilidad y atraería a los inversores.
Esto no es ciencia ficción y se puede demostrar. Las piezas clave de
la Estonia digital son el carnet de identidad digital y un sistema de
intercambio de datos digitales, X-tee, que celebran ya sus 10 años.
Alrededor de 500.000 personas utilizan el carnet de identidad digital
como documento de identidad o para firmar electrónicamente.
El porcentaje de utilización de Internet (78,6 %) es uno de los más
altos del mundo. Un usuario hábil puede llegar a gestionar todo desde su
ordenador o su teléfono móvil. Existe una policía digital, una sanidad
digital, recetas digitales, tiendas digitales, un pago digital, el
párking de pago por teléfono, un registro comercial digital...
Para Mari Pedak, consejera de la Academia del Gobierno Digital,
“ha llegado la hora de que el Estado dé otro paso hacia delante, porque
dentro del Estado físico ha crecido otro, el digital”. En su opinión,
Estonia debería vender de forma activa, incluso agresiva, su concepto de
“Estado digital”. Además de contribuir a la reputación del país como
gran potencia digital, daría trabajo al sector de las tecnologías de la
información.
Al referirse a los talentos nacionales o extranjeros que se han
marchado del país, Mari Pedak sugiere lo siguiente: “Busquemos el modo
de que sigan vinculados a Estonia. Así aumentaremos la posibilidad de
que regresen un día, aunque sea por una temporada. No dejemos que se
olviden de Estonia”, añade.
Dicho de otro modo, la Estonia de los ciudadanos digitales sería la
de los ciudadanos que, en un entorno digital, utilizan su carnet de
identidad digital como elemento de identidad. (...)
La Academia del Gobierno Digital pretende que se permita a cualquier
extranjero que llegue legalmente a Estonia que obtenga una identidad
digital con la que pueda acceder de inmediato a la mayoría de los
servicios digitales.
“Los expatriados que llegan al país están mejor
formados y ganan más dinero que la media”, destaca su fundador, Ivar
Tallo. “Aunque sean pocos, nuestros bancos y el sector de las
telecomunicaciones estarían más que interesados en tenerles como
clientes”.
Actualmente, los directivos o los accionistas fundadores de las
empresas nacionales que viven en el extranjero no pueden utilizar
nuestros servicios digitales, porque no [todos] tienen el carnet de
identidad del país. Al ofrecer la posibilidad de utilizar los servicios
digitales se podría identificar a una persona por motivos de seguridad.
“Por otro lado, esto fomentaría la inversión en Estonia y aumentaría
la confianza en todos los procesos relacionados con los negocios. A
largo plazo, para Estonia sería un auténtico beneficio económico, porque
acudirán al país más extranjeros si ven que los procesos se facilitan
gracias a los servicios electrónicos”, destaca Mari Pedak.
Según Tallo, Estonia no cuenta con mucho tiempo de ventaja: una vez
que Alemania [también] generalice el uso del carnet de identidad
digital, la reputación de la Estonia digital se desvanecerá rápidamente." (Presseurop, 8 marzo 2013, Eesti Päevaleht
Tallin)
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