"(...) Todo tiene su puntito guay como la horchata cuando te la bebes piensas que es leche agria, pero de repente te comes el fartón
y piensas bueno, tampoco esta tan mal, y a los que no sean valencianos
piensen lo mismo con aquel “España está mal, pero ganamos el mundial”. A
mí pasa lo mismo con el 3D, por eso entreviste a Robin Hakkoer, ingeniero industrial por la Universidad “De Haagse Hogeschool” de Delft (Holanda), propietario durante dos años de una compañía de impresión 3D.
– ¿Por qué empezaste en el campo de la impresión 3D?
–
Cuando estaba haciendo mi “intership” en una empresa dedicada a la
ingeniería en Sint Maarten, me di cuenta de la gran diferencia que había
entre mi país de origen y este lugar. Si quieres reparar o mejorar tu
maquinaría, necesitas piezas. En esta isla, debido a que su localización
está en el medio del Caribe, sólo hay dos opciones para conseguir los
materiales que necesitas, por barco y por avión, el primero tarda dos
semanas desde Europa y el segundo es excesivamente caro.
Así que, por ejemplo, si un generador se
rompe, las partes para hacerlo funcionar de nuevo no van estar en la
isla, por lo cual tienes esas alternativas: esperar o gastar mucho
dinero, evidentemente ambas elecciones son malas. Entonces, pensé: ¿por
qué no hacer piezas directamente aquí? ¿por qué no hay una impresora 3D
en esta isla? Puesto que producen de manera barata, eficiente y
efectiva.
Después de 6 meses, volví a Holanda y creé un plan empresarial
para desarrollar una compañía, como estaba estudiando, no tenía el
suficiente dinero y ni la suficiente experiencia. En consecuencia, con
esto último, decidí construir una impresora 3D yo mismo, porque me
servía para ahorrar costes y formarme sobre el tema al mismo tiempo. A
día de hoy, estoy fabricando mi cuarta impresora.
– ¿Tienes la necesidad de crear?
–
Sí, siempre, desde niño me divertía con Lego y jugaba a juegos en
ordenador de construcción y simulación. Como adulto, empecé a hacer
mejoras en mi moto y a construir scooters en mi casa.
– ¿Qué se siente al tener la capacidad de ser un inventor con sólo una impresora?
– Abre tu mente porque el margen de creación se expande hasta el infinito.
– ¿Usas objetos auto-impresos en tu vida cotidiana?
–
Sí, desde macetas con forma de Pokémon, anclas como colgadores de ropa,
soportes para mejorar ventilación del portátil, cajas de
almacenamiento, hasta un bebedero de agua automático para mi gata.
– ¿Cómo prevés que será el futuro de la impresión 3D?
–
Creo que ahora este mercado se encuentra en un momento de simplicidad
técnica, como si se tratase del primer Nokia para consumidores promedios
en su momento. Con ello quiero decir que queda mucho camino hasta que
el primer Iphone de impresoras 3D llegue a la población fuera de la industria.
-¿Podrías destacar algún punto negativo de esta invención?
-Como
cada invención, obviamente, puede usarse para cosas dañinas si cae en
malas manos, por ejemplo, un chico desarrolló un prototipo de arma que
podía montarse en casa e incluso disparar.
– ¿Cuál es el material utilizado para imprimir en 3D?
–
Primordialmente hay dos materiales por excelencia: PLA, que se trata de
un plástico biológico, y, el ABS, otro tipo plástico muy frecuente en
la industria. Pero, ahora, hay muchos tipos de materiales para
determinados usos y especialidades, aunque es cierto que en su mayoría
son plásticos.
– ¿Crees que esta manera de producir puede afectar a la economía?
– Sí, de hecho, ya lo está haciendo.
– ¿Hay nuevos planes de mejora de la impresión 3D?
–
Los últimos años se han focalizado en los materiales. Por el momento,
no veo nada extraordinariamente nuevo técnicamente. Creo que la
tendencia es seguir aumentando el número de materiales imprimibles.
– ¿Cuál será el nuevo paso en este campo?
–
Actualmente los ordenadores no tienen la suficiente capacidad para
calcular los procesos de impresión, y paralelamente las impresoras no
pueden autocorregir sus errores sin ayuda de una computadora o del
capital humano. Así que básicamente, es una situación estúpida de
dependencia porque para tener impresoras más inteligentes se necesitan
ordenadores correlacionadamente más agudos. En conclusión, el nuevo paso
es mejorar los ordenadores.
–
¿Piensas que los precios de adquisición bajarán hasta que las
impresoras 3D se conviertan en otro electrodoméstico cotidiano en las
casas?
– Está empezando a
pasar. En relación al negocio de las impresoras normales, el papel para
imprimir y la impresora como aparato son comparativamente baratos, el
beneficio está en la venta de tinta porque cada artilugio necesita un
tipo de tinta y sin tinta no puedes fotocopiar.
En cambio, las
impresoras 3D, no funcionan así, el material de impresión es
relativamente barato y puede usarse en todas las impresoras. En este
momento, una impresora 3D para consumo doméstico está entre los 300 y
los 3.000 euros; y una impresora profesional de los 30.000 euros hacia
delante.
– ¿Tienes constancia
de instituciones educativas que estén empezando a incluir la impresión
3D en sus currículos de asignaturas o al menos a pensar sobre esa
posibilidad?
– Algunos
colegios están comprando impresoras 3D como un extra, pero no como parte
del temario a estudiar. De hecho, hace poco hice una demostración de
impresión 3D en un instituto, porque la dirección del mismo estaba
interesada en comprar un par de impresoras 3D para que los alumnos
empiecen a familiarizarse con ellas a partir probablemente del siguiente
semestre.
– ¿Qué otro uso puede tener la impresión 3D fuera del sector industrial?
-Los
mejores beneficios pueden darse a nivel educativo y sanitario. Además,
en países en vías de desarrollo o víctimas de catástrofes naturales.
Pero aparte de esto, creo su mayor proyección en este momento está en
los artículos lujo.
– ¿Sabes si existe actualmente algo similar a la impresión 3D?
–
Sí, “Laser cutting”, en plano material se utiliza la madera y el
vidrio, y con la unión de determinadas partes puede crear formas 3D.
Pero comparado con las impresoras 3D, este proceso necesita de más
material y espacio para llevarse a cabo.
– ¿Cómo te gustaría concluir la entrevista?
–
Creo que en el futuro seremos más dependientes de la técnica de
impresión 3D, porque nos permitirá una todavía más vasta gama de
posibilidades." (Marianne López, La Marina Plaza, 17/05/18)
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