La impresora de comida en acción
"(Paco Morales) este chef esconde —o más bien exhibe— un lado techie que le ayuda a incentivar sus ideas de platos. Como otros chefs de la generación vanguardista española,
casa sin ningún prejuicio cocina y ciencia. Y no solo inventa platos,
cocina proyectos con la complicidad de profesionales de otros campos
como el diseño, la arquitectura o la informática.
Desde la sociedad
Gastronomía y Arquitectura, con el estudio Green Geometry Lab (GGLab)
—de mano del arquitecto José Ramón Tramoyeres—, ha surgido un proyecto
de restaurante móvil multiusos y han parido otro invento, la impresora
3D de comida, junto con el Instituto de Arquitectura Avanzada de
Cataluña (IAaC), a través de Luis Fraguada.
“Trabajamos en dos líneas,
impresión de vajillas e impresión de comida”, explica Tramoyeres. En
ambos casos, cocinero y técnicos trabajan sin moldes, el propio aparato
diseña en el momento lo que quieren.
En la programación van los datos de
formas espontáneas o también siluetas o imágenes escaneadas: a Paco
Morales le gustaría “radiografiar” el entorno mediterráneo y trasladarlo
a un plato tridimensional.
Esta gastroimpresora es la adaptación de una máquina
estadounidense de diseño abierto (Maker Bot), cuyos componentes (a un
precio de 1.500 a 2.000 euros) había que montar y se podían modificar.
“Ahora ya no es una marca open”, explica el arquitecto, quien
indica que ya hay en España otra máquina de diseño abierto, Ultimaker.
Para conseguir su objetivo culinario, el prototipo de impresora 3D de
Morales, Tramoyeres y Fraguada lleva una jeringuilla por donde sale el
material alimentario (productos grasos y viscosos) en vez de un estrusor
(lo que funde el plástico); también se le añadió un nuevo cabezal y un
compresor de aire.
Figuras de chocolate, queso, mantequilla, mermelada... salen de la
máquina no solo a la cocina, también a la mesa, a la vista de los
comensales. Y estos pueden estar en el restaurante o en la calle. En la
pasada Bienal de Estambul fue premiada su propuesta de un carrito de
impresión de comida.
En otras citas de diseño aplicado a la vida cotidiana (Milán, Ámsterdam), la gastroimpresora ha tenido impacto, como demuestran en un blog de curiosidades tecnológicas vinculadas a la cocina: robotsingastronomy.com.
“La tecnología permite a un coste accesible un plato específico para
cada creación”, explica Tramoyeres, y es precisamente una experiencia
única de cada plato lo que persigue Morales. Tanto con la impresora de
comida 3D como con la tepanyaki inversa o plancha de hielo, el cocinero quiere dar “una visión nueva del recipiente y del alimento”. (El País, 04/02/2013)
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