"Escuché a Enrique Dans hablar del social commerce y de la empatía comercial hace un par de años. Comentó
que en el futuro habría plataformas que facilitarían y potenciarían el
vínculo emocional entre las redes sociales y el e-commerce, beneficiando
de manera directa tanto al usuario como a las propias marcas.
Eso ya es una realidad con diversos modelos de negocio y estructuras de
relación socioeconómicas digitales. Obviamente tuvo razón, pero permitió
que muchos investigáramos las opciones de emprender en ese campo. En
base a todo ello me aparecen dos modelos claros de venta social.
Por
un lado el de recomendación directa que interpreta un algoritmo de
valoraciones para otorgar un escenario de compra factible y por otro el
que interpreta la geolocalización social para vender en un entorno de
experiencias de compra. Está claro que la venta social y el f-commerce,
como algunos le han llamado, está de moda.
Es posible que ese sea el
entorno natural del comercio electrónico del futuro inmediato, pero lo
que es seguro es que ya está revolucionando algunos de los elementos de
la cadena de valor del proceso comercial.
En esa guerra me quedo
con dos nuevas start-up nacidas en España y con fuerte implicación de
blogueros de referencia nacionales.
La primera es Lowffer,
una red social que publica a tiempo real las experiencias de compra de
los usuarios de un modo geolocalizado. No distingue producto o servicio y
lo que logra es mejorar los costes y la satisfacción del prosumidor. Es
una plataforma que me ha maravillado.
Monitoriza ofertas a nivel global
pero lo establece localmente. Todo ello lo hace vinculando redes
sociales existentes y activando patrones de comportamiento que hace
mucho más rica la experiencia de uso. Incorpora algunos factores como la
“meritocracia” del comprador o una exigente interfaz móvil muy bien
resuelta.
La segunda es myProducts,
una novedosa aplicación integrada en la red social Facebook, donde los
usuarios pueden compartir con sus amigos todos aquellos productos que
tienen o quieren tener.
Es el primer dispositivo de su género dentro de
lo que se ha venido a denominar punto de venta real en Facebook Store y
que permite a los usuarios compartir con sus contactos de esa red social
las valoraciones y comentarios de los productos que ya “tienen”, de tal
forma que todos sus amigos podrán encontrar recomendaciones más fiables
de aquellos productos que les gustaría tener o sobre los que buscan
valoraciones generando dinámicas de venta tangibles.
Para ofrecer
dinamismo myProducts posee además elementos de juego social y, en
función de las acciones que los usuarios vayan completando, obtendrán
medallas de reconocimiento como hace foursquare y que tan buen resultado
ha dado.
El algoritmo que establece tendencias de compra y venta tiene
en cuenta la información recibida de cada uno de los usuarios e
intentará conseguir ofertas personalizadas de los productos que sean de
su interés. Por eso, es importante la participación de la comunidad,
para poder beneficiarse de las ventajas de la compra colectiva,
obteniendo descuentos que no se podrían llegar a alcanzar comprando
individualmente.
En el campo de la venta social destaca Hermeneus o Google Shopping. La
primera es algo más que una plataforma de venta social, es un espacio
donde se combina de forma inteligente elementos del comercio electrónico
y las redes sociales, dando el protagonismo a los profesionales y
eliminando al máximo la intermediación.
La segunda es fácil de ver hacia
donde se dirige pero todo hace presagiar que busca establecer dinámicas
de comercio electrónico en tiendas reales aprovechando el enorme poder
de sus gestores de información.
Y la última es una propuesta de una de
las empresas que fundé hace años, Cink, y que pretende ser un software
de referencia que se convierta en la automatización de la experiencia de
venta en entornos de redes sociales." (El blog de Marc Vidal, 09/06/2011)
No hay comentarios:
Publicar un comentario