"El escultor Víctor Marín, natural de Marbella (Málaga, España), es
uno de los escasos artistas españoles que puede ser calificado como uno
de los pocos escultores digitales existentes en España, ya que ha
sustituido las herramientas tradicionales de este tipo de artistas, como
gubias, martillos y cuchillos de talla por el lápiz electrónico, la
tableta, la pantalla y, al final del proceso, la impresora 3D.
Según ha declarado el artista malagueño a la prensa local, el 3D está
entrando de lleno en «el mundo de la escultura, del cine de animación,
en la medicina, en la arquitectura, en la ingeniería de todo tipo y no
digamos en la decoración. Incluso en la creación de objetos únicos y
personales».
Víctor asegura que «en muy poco tiempo esta novedosa forma de
esculpir objetos será el futuro, algo normalizado en nuestras vidas».
Víctor esculpe en su ordenador en tres dimensiones una pieza de
cualquier índole para después imprimirla en una impresora 3D –también
conocida como prototipadora– sustituyendo la tinta que todos conocemos
por «infinidad de materiales. Desde resina, caucho, bronce, oro en
joyería o incluso comida llegando a crear verdaderas obras de arte
culinarias», relata.
Víctor confía en que esta técnica vaya calando entre los más puristas
del mundo del arte y del cine. «Algunos creen que esta técnica le quita
alma al trabajo. Yo creo que el equilibro perfecto está en la mezcla de
todo.
Hay que aprovechar lo bueno de las técnicas tradicionales y las
nuevas», opina y añade que la fusión es la clave: «El punto está en
creer que uno no es mejor que el otro. A fin de cuentas es una
herramienta» que el artista que hay detrás logra hacer una pieza que
conmueva.
Entre sus últimas creaciones se encuentra el encargo de la empresa
Getorix del batallón 54 de Massachusetts en miniatura, el primero de
afroamericanos liberados de Estados Unidos, «en el que tuve cierta
libertad, sobre todo en el aspecto facial, pero cada mínimo detalle
debía ser creado con una absoluta fidelidad histórica, hasta el ínfimo
botón.
Absolutamente milimétrico», explica. Ahora, estos primeros
soldados de raza negra del ejército americano que hicieron historia se
venden en resina a escala 1/10, sin pintar, para coleccionistas de todo
el mundo.
También ha creado por encargo para una empresa de animación sevillana
Pizzel 3D «uno de los malos. Un robot biomecánico para una producción
que aún está a medio camino y de la cual no puedo decir más».
Este artista marbellí está sumergido en otro proyecto
cinematográfico. En este caso es una escultura para un corto que prepara
el canario Carlos Baena, «uno de los más reputados animadores de Pixar o
Disney». Un trabajo sujeto a un contrato de confidencialidad." (Imprimalia, 27/08/2015)
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