Paloma Aranda y Gloria Vega posan junto a las lámparas realizadas por los alumnos del taller impartido en La Noria. /
ÁLVARO CABRERA
"Hay un toque de poesía en algunos de los bautizos: El Nido, Edel,
Torus, Flor de Luz; también están los tecnócratas con nombres como 001,
MDS1 o Reactor; o la marcada filiación asiática de Xinimeg y Hang A Ri.
«El nombre procede de un jarrón coreano donde se coloca el arroz cocido,
que ‘respira’ a través de unos orificios», explica sobre esta última
Paloma Aranda (25 años, estudiante de Arquitectura) bajo la creación que
aporta a la muestra de piezas salidas de una impresora 3D.
Junto a su propuesta, otras trece lámparas realizadas por los alumnos
del taller de modelado e impresión en tres dimensiones impartido en La
Noria –incubadora de proyectos sociales dependiente de la Diputación
Provincial– por la Asociación por la Arquitectura Avanzada con la
colaboración de la Obra Social de La Caixa.
«El objetivo fundamental
consiste en fomentar la fabricación digital y el diseño en 3D a todos
los niveles: desde los estudiantes de Arquitectura, Bellas Artes o
Diseño, hasta los artesanos tradicionales.
Se trata de mantener la idea
de hacer las cosas uno mismo, pero con el apoyo de las nuevas
tecnologías», argumenta Rafael Urquiza, presidente de la asociación
creada a partir de un estudio de arquitectura de la capital que ha
promovido la primera edición de la iniciativa, bautizada como ‘proyecto
youFAB 1.0’.
Añade Urquiza que «la experiencia piloto» ha estado protagonizada por
una mayoría de alumnos jóvenes con formación superior, si bien el
proyecto contempla un taller de iniciación a la informática dirigido a
los artesanos, que los responsables de la asociación esperan poner en
marcha a partir del próximo curso.
En el que se ha desarrollado durante los últimos cuatro meses han
participado alumnos como Gloria Vega o Javier Torres (ambos de 24 años),
ella estudiante de Arquitectura y él, de Ingeniería Mecánica.
Flor de Luz. Autora: Gloria Vega: Propuesta: Una capa exterior translúcida y otra interior en color
verde. Inspirada en la técnica oriental de origami, consigue diferentes
intensidades lumínicas
La lámpara de Gloria Vega se llama ‘Flor de Luz’ y ella misma la
presenta: «La técnica de impresión en 3D permite crear cualquier curva y
cualquier superficie. Flor de Luz está basada en la técnica del
origami, en la superposición de diferentes capas que en este caso hacen
que la luz incida de manera diferente, así es posible crear una
iluminación directa o indirecta, según las superficies empleadas».
Hang A Ri. Autor: Paloma Aranda: Propuesta: Basada en una pieza de menaje asiático, la lámpara ofrece
una composición esférica que permite el paso de luz a través de
numerosos orificios
Citric Wave. Autor: Javier Torres: Propuesta: Las elipses en las partes superior e inferior favorecen el
juego de luces en esta lámpara que «recuerda a una fruta arrugada, de
ahí su nombre» (‘ola cítrica’, en inglés)
A su lado, Javier Torres admite que su lámpara Citric Wave (algo así
como ‘ola cítrica’) «salió por azar». Estaba experimentando con el
programa informático y poco a poco fue surgiendo la superficie curva de
color naranja que ayer permaneció colgada junto a sus compañeras de
promoción desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche a la
entrada de la sede de la Diputación Provincial en la plaza de la Marina.
Todas las lámparas están realizadas en PLA «poliácido láctico», glosa
Alberto Urquiza, profesor del taller, que calcula que la realización
material de cualquiera de estas piezas –rondan los 13 centímetros de
alto– requiere unas seis horas de impresión en una máquina de uso
personal cuyo precio oscila entre los 2.500 y los 10.000 euros. «Aunque
puedes construirte una desde 400 euros», matiza.
Y la idea queda colgada en el aire, como esas lámparas salidas de un
ordenador, de una impresora y de la capacidad de dar forma a las ideas." (Sur, 21/08/2014)
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