"Una inversión desde 1.000 euros, en un valor seguro, con una
rentabilidad garantizada de alrededor del 6% y una permanencia mínima de
cinco años. Si alguien tratara de convencernos de que detrás de estas
características hay un proyecto social, ético y sostenible en lugar de un producto financiero, probablemente dudaríamos.
Pero la iniciativa, puesta en marcha por una pequeña empresa dedicada a empujar la transición hacia las energías renovables y el cambio de modelo energético, es real y cuenta ya con 150 participantes. Camino Solar
(así se llama la propuesta) busca consumidores "con consciencia" que
quieran invertir en instalaciones solares fotovoltaicas de las que luego
recibirán los ingresos por la venta de electricidad, contribuyendo, de
paso, a darle la vuelta al sistema energético.
"El
único objetivo del Gobierno es impedir a toda costa que los ciudadanos
sean propietarios de su propia energía. Si no tomamos decisiones que quiten poder a los oligopolios
seguiremos hablando sin solucionar nada. Nada va a cambiar si no hay
una ciudadanía que empuje al cambio. Por eso proponemos invertir en
renovables, porque en ese momento uno se convierte en activista del
cambio", señalan Cote Romero y Mario Sánchez, dos de los fundadores de
la empresa sin ánimo de lucro Ecooo.
Cada
persona que quiera invertir deberá hacerlo por una cantidad de al menos
1.000 euros que se compromete a no retirar antes de cinco años. Esa
cifra, aseguran, permite empezar a compensar nuestra huella ecológica,
es decir, el impacto ambiental que tiene el consumo que hacemos de los
recursos naturales. No obstante, para producir, por ejemplo, unos 3.000
kilovatios (el equivalente al consumo eléctrico medio de un hogar en un
año) sería necesaria una inversión de al menos 7.000 euros.
Tras el desembolso, el inversor entra a formar parte de una comunidad de bienes junto a los demás participantes y recogerá cada tres meses los beneficios
de explotación de la planta fotovoltaica, que varían en función de la
época del año y la ubicación de la instalación.
Ecooo calcula que,
descontando los gastos de operación y mantenimiento, el total de la
inversión inicial se recuperaría después de 13 o 14 años comenzando a
obtener beneficios netos. En torno al año 30 se habría conseguido
generar una rentabilidad cercana al 6%. Su objetivo es poder recaudar el apoyo de un millón de personas en un año.
"No
buscamos empresarios ni inversores cuyo fin sea puramente económico,
sino consumidores conscientes. Este sistema económico nos lleva a la
individualidad y nosotros queremos trabajo colectivo.
De alguna manera, se trata de replicar en el ámbito económico y
ecológico los movimientos sociales que tienen lugar en el aspecto
político", señalan.
Todas las fotovoltaicas que tienen arrendadas son instalaciones sobre tejado pertenecientes
a la primera generación de renovables. Plantas de personas que
decidieron invertir en su día y que ahora, dado el cambio regulatorio y
la crisis económica, ya no pueden mantener. Al ser plantas registradas
antes del año 2012 tienen derecho a cobrar por la venta de electricidad y
los complementos a la inversión y la operación.
"Es cierto que podría haber nuevos cambios regulatorios
que harían variar algo la rentabilidad, pero los cálculos los hemos
hecho teniendo en cuenta la legislación más conservadora. Si hubiera un
cambio de color político en el Gobierno se mantendrían las condiciones
en las que la gente invirtió", dice Mario Sánchez." (Público, 13/10/2014)
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