"(...) ¿qué pasaría si las impresoras 3D pudieran usar una amplia variedad
de materiales, desde células vivas hasta semiconductores, mezclando y
combinando estas "tintas" con precisión?
La investigadora de los materiales de la Universidad de Harvard
Jennifer Lewis está desarrollando la química y las máquinas necesarias
para que esto sea posible. Imprime objetos con complejas formas "de
abajo a arriba", añadiendo materiales útiles por sus propiedades
mecánicas, conductividad eléctrica y rasgos ópticos.
Esto significa que
la tecnología de impresión en 3D podría hacer objetos que sienten el
entorno y responden ante él. "Integrar forma y función", explica, "es el
próximo gran avance necesario en la impresión en 3D".
Un equipo de la Universidad de Princeton ha impreso una oreja biónica, combinando tejido biológico con electrónica (ver "Órganos cíborg"),
mientras que un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge
ha impreso células retinianas para formar tejido ocular complejo.
Pero
incluso entre estos impresionantes proyectos que expanden las
posibilidades de la impresión en 3D, el laboratorio de Lewis destaca por
la gama de materiales y tipos de objetos que es capaz de imprimir.
El año pasado, Lewis y sus alumnos demostraron que podían imprimir
los electrodos microscópicos y demás componentes necesarios para crear
baterías diminutas de ión-litio (ver "Baterías impresas").
Otros proyectos incluyen unos sensores impresos fabricados sobre
parches de plástico que los atletas podrían llevar puestos para detectar
traumatismos y medir la violencia de los impactos recibidos. Más
recientemente, su grupo ha impreso tejido biológico entretejido con una
compleja red de vasos sanguíneos.
Para hacerlo, los investigadores
tuvieron que fabricar tintas de distintos tipos de células y de los
materiales que forman la matriz que las sostiene. Su trabajo aborda uno
de los retos que quedan para poder crear órganos artificiales que sirvan
para hacer ensayos clínicos o, en el futuro, usar como partes de
recambio: cómo crear un sistema vascular que mantenga las células con
vida.
En un laboratorio situado en un sótano a unos cientos de metros del
despacho de Lewis, su equipo ha montado una impresora 3D equipada con un
microscopio que es capaz de imprimir con precisión estructuras con
detalles de hasta un micrómetro (un glóbulo rojo tiene unos 10
micrómetros de diámetro).
Otra impresora 3D más grande, con chorros de
impresión con salidas múltiples para imprimir varias tintas
simultáneamente, es capaz de fabricar una muestra de un metro con la
microestructura deseada en apenas minutos.
El secreto de las creaciones de Lewis reside en tintas que tienen las
propiedades necesarias para imprimirse durante un mismo proceso de
fabricación. Cada tinta está formada por un material diferente, pero
todas se pueden imprimir a temperatura ambiente. Cada tipo de material
presenta un retos diferente; las células, por ejemplo, son delicadas y
fácilmente destruibles cuando se expulsan por la boquilla de impresión.
Pero en todos los casos hay que formular las tintas para que fluyan de
la boquilla bajo presión y a la vez mantengan su forma una vez colocadas
en su sitio, Lewis dice que pensemos en la pasta de dientes.
Antes de llegar a Harvard el año pasado desde la Universidad de
Illinois en Urbana-Champaign (EEUU), Lewis llevaba más de una década
desarrollando técnicas de impresión en 3D usando cerámica,
nanopartículas de metal, polímeros y otros materiales no biológicos.
Cuando montó su nuevo laboratorio en Harvard y comenzó a trabajar con
células y tejidos por primera vez, esperaba poder tratarlos igual que
los materiales compuestos de partículas sintéticas.
Ahora reconoce que
la idea quizá fuera un poco ingenua. Imprimir vasos sanguíneos ha sido
un avance hacia la creación de tejidos artificiales capaces de llevar a
cabo las funciones complejas que se encuentran en los órganos. Pero
afirma que trabajar con células resulta "realmente complejo". "Y hay que
conseguir muchas cosas antes de poder imprimir un hígado o un riñón
completamente funcionales. Pero hemos dado el primer paso". (MIT, 24/05/2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario