Como lo reseñó la
reconocida web especializada wired.co.uk, un cráneo impreso en 3D salvó
la vida de una mujer de 22 años y le permitió regresar a la normalidad.
Sin esta tecnología su esperanza de vida era casi cero.
Sin duda, una de las
más grandes esperanzas que tiene actualmente la humanidad en relación
con la tecnología no necesariamente es el desarrollo de programas o
equipos que nos hagan más entretenida o más cómoda la vida diaria.
En este aspecto, la gran expectativa se centra en la medicina y las
posibilidades que esta ofrezca para que se superen estados clínicos que
antes eran fatales o que producían baja o muy baja calidad de vida.
Así es como cualquier novedad en tratamientos, intervenciones o
equipos médico-científicos que se produce, trae grandes esperanzas para
poblaciones que sufren de una u otra enfermedad o condición clínica que
ve la posibilidad de superar dolorosos obstáculos.
Una de esas grandes y, sobre todo, sorpresivas novedades, se vivió
hace poco con el caso de una mujer de 22 años de edad, residente en los
Países Bajos, Europa, que sufre de una enfermedad ósea crónica en virtud
de la cual se ha producido el aumento en el grosor de su cráneo de 1,5
cm a 5 cm, lo que le trajo como consecuencia la reducción de la vista,
además de fuertes dolores de cabeza.
La solución a un problema tan grave llegó a esta mujer desde una
tecnología que está teniendo un auge cada vez mayor y de la que la
medicina es una de las ciencias que con mayor énfasis está tratando de
sacar provecho: la impresión en tercera dimensión.
La operación fue realizada por un equipo de neurocirujanos en el
Centro Médico Universitario de Utrecht y la universidad afirma que este
es el primer paso en una exitosa carrera por hacer que los cráneos
impresos en 3D no sean rechazados por los pacientes.
La operación, que duró 23 horas, fue dirigida por el Dr. Bon Verweij
y en lo que los médicos se basaron para la difícil decisión de proceder
fue, según ellos, el hecho de que era ya tan espeso el cráneo de la
paciente, que si no se procedía podría haber grave daño cerebral o la
muerte en un tiempo breve.
“Era sólo cuestión de tiempo antes de que las funciones cerebrales
críticas fueran comprometidas y ella iba a morir”, dijo el Dr. Verweij,
por lo que la cirugía mayor era inevitable y la tecnología jugó un papel
definitivo aquí pues antes de la técnica de impresión 3D, no había
tratamiento efectivo para esos casos.
El cráneo fue hecho específicamente para el paciente usando un
plástico duradero. La operación se llevó a cabo con éxito y desde
entonces, la paciente ha recuperado totalmente su visión, además, no
presenta síntomas y está habilitada para trabajar de nuevo, aunque los
médicos no saben aún si el plástico vaya a durar toda la vida o si haya
que reemplazarlo más adelante.
El cirujano principal que intervino y dirigió el novedoso
procedimiento, tenía experiencia previa con reconstrucciones en 3D de
cráneos, pero un gran implante de este tipo nunca se había logrado
antes: “Es casi imposible notar que ella ha tenido cirugía”, dijo el Dr.
Verweij en la declaración oficial de la universidad.
Se espera que esta técnica también se pueda utilizar para los
pacientes con otros trastornos de los huesos o de reparar los cráneos
gravemente dañados después de un accidente o un tumor.
La operación se llevó a cabo hace tres meses, pero el hospital no ha hecho públicos los detalles de la cirugía." (La Vanguardia.com, 01/04/2014)
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