"Un bebé de dos meses ha salvado su vida al serle implantada en un
hospital de Michigan (EE UU) una prótesis en forma de tablilla en la
tráquea, reproducida en una impresora 3D, según ha publicado hoy jueves The New England Journal of Medicine.
El recién nacido sufría constantes ataques de corazón debido a sufrir traqueobroncomalacia,
que impide que el oxígeno llegue a los pulmones por un problema de la
tráquea, según el diagnóstico de los doctores que han publicado el
estudio.
A la vista de la situación, los médicos decidieron imprimir una
especie de tablilla, que reproducía el tubo traqueal basado en una
imagen tomográfica de la vía respiratoria del niño.
La reproducción en 3D se hizo con un material llamado
policaprolactona, bioabsorbible por el cuerpo humano en tres años, por
lo que nunca se necesitará otra intervención quirúrgica para ser
retirada la pieza. La pieza fue reproducida en la impresoras en menos de
un día.
Según los médicos, para cuando la pieza se elimine naturalmente, los
pulmones del niño y sus vías respiratorias ya se habrán desarrollado lo
suficiente como para mantenerse abiertos por sí mismos. Tras insertar el
tubito, los doctores mantuvieron al bebé con respiración asistida
durante 21 días, tras los cuales abandonó el hospital. Un año después
del implante, no se ha presentado ningún problema de rechazo ni de
respiración.
Este caso demuestra, concluyen los doctores en el estudio, que la
combinación de imágenes de alta resolución, más el diseño por
computadora y los biomateriales para la impresión en 3D pueden facilitar
la creación de implantes anatómicos precisos. El estudio ha sido
firmado por Scott Hollister y Richard Ohye de la universidad de
Michigan, y Marc Nelson, del hospital infantil Akron.
Las impresoras en tres dimensiones se están abriendo paso en la
medicina, aunque de momento las aplicaciones que tienen son muy
limitadas. En un principio, se emplearon para diseñar materiales sólidos
convencionales destinados al diseño de prótesis a medida para
implantes. Una de las ventajas que ofrecen estos equipos es la
posibilidad de crear modelos personalizados a precios más bajos de los
procesos industriales convencionales.
El paso siguiente, como el caso que publica hoy el New England
Journal of Medicine, consiste en el diseño de objetos con material
biológico, como el polímero biodegradable empleado en la intervención
para reproducir el fragmento de tráquea que le faltaba al paciente.
La posibilidad de crear este tipo de estructuras combinada con el
perfeccionamiento de la manipulación de las células madre podría dar
lugar en el futuro a la creación de órganos artificiales. Al menos, es
lo que confían los grupos de investigación que trabajan en esta
dirección.
El molde biológico sería el andamiaje que permitiría dar una
estructura tridimensional al órgano. La carcasa se sembraría de células
que colonizarían la estructura derivando en las células especializadas
del órgano en cuestión (cardiomiocitos en el caso del corazón,
hepatomiocitos en el hígado…).
Esta posibilidad sigue formando parte de la ciencia ficción. Lo que
está dejando de serlo es una nueva generación de impresoras 3D que
genera tejido humano. La empresa Organovo anunció el pasado mes de abril
en la Conferencia de Biología Experimental de Boston un equipo capaz de
producir minúsculas muestras de tejido hepático (de unas 20 capas de
células de espesor).
Esta impresora emplea tinta biológica, en este
caso, tres tipos de células: hepatocitos, células estrelladas hepáticas y
células de las paredes de los vasos sanguíneos, obtenidas de deshechos
de trasplantes e intervenciones quirúrgicas.
De momento, la utilidad
principal de estos hígados en miniatura es ensayar en ellos la eficacia y
efectos de nuevos fármacos. Quizás sea el primer paso de una futura
impresión de órganos para trasplante." (El País, 23/05/2013)
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