Alumnos de Tecnología de Ames muestran su impresora 3D y las piezas elaboradas con ella.
xoán a. soler
"Hace apenas una semana el diseño de una pistola
de plástico mediante una impresora en 3D sacudió al mundo. Pero impactó
especialmente entre un pequeño grupo de alumnos de segundo curso de
bachillerato que desde principio de curso están trabajando con la misma
tecnología, pero para diseñar piezas de lo más diverso con las que
financiar un viaje a Alemania para conocer uno de los aceleradores de
partículas europeos.
Su actividad forma parte de un ambicioso proyecto
que tiene su origen en la Universidade Vigo, cuyo departamento de
Enxeñería Mecánica está trabajando en la fabricación de varias piezas
para un acelerador de partículas alemán que estos jóvenes amienses
esperan conocer a principios de verano, y para el que ellos diseñan
pequeñas partes para una maqueta.
Y como hay cosas que no cambian, la financiación
de este tipo de aventuras hace que los alumnos tengan que salir a la
calle para vender distintos objetos para abaratar costes. Como lo suyo
es la tecnología, este grupo de amienses da un salto cualitativo y
comercializarán distintos objetos que han elaborado con la impresora en
tres dimensiones que ellos mismos montaron y que ayer fue la gran
estrella de la presentación de su proyecto.
Para demostrar que son duchos en la materia de
reproducción en tres dimensiones, sobre una mesa ubicada en el pasillo
del instituto de Bertamiráns se podían ver ayer objetos impresos en
material plástico como un simple ratón de juguete, moldes para hacer
galletas, balas, un castillo medieval y una réplica del robot Curiosity,
que recorre Marte.
Todo un símbolo para los cuatro jóvenes que están
impacientes por su viaje a Alemania. Luis Ángel Martínez, Raquel
Barbeito, Raquel Gil y Jaime Cid, cursan segundo de bachillerato y la
asignatura de Tecnología es la que los ha unido en un viaje al que le
falta cerrar la fecha.
El calendario depende del coste del traslado,
ya que en los cuatro días de su estancia en Alemania ya tienen
alojamiento y un intenso plan de trabajo. Ahora, entre clase y clase, se
centran en imprimir objetos de lo más variopinto para comercializarlos y
ahorrar costes al máximo.
Los productos que venden se elaboran utilizando
diseños de acceso libre en Internet, una tarea que combinan con la
impresión de varias piezas, que ellos llaman alveolos, para la maqueta
que les encargó la Universidade de Vigo. Y mientras se afanan en la
materia, ya están pensando en su futuro. Raquel Cid y Jaime ya tienen
muy claro que lo suyo es la ciencia." (La Voz de Galicia, 14/05/2013)
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