15/1/10

Futura sociabilidad en red... en los contratos mercantiles, en la empresa...

"No sólo pues el paradigma económico necesita revisión en lo financiero sino en todos los demás órdenes supranacionales y empresariales. Así, en el campo de la gestión deben introducirse cambios capaces de superar las desconfianzas atávicas entre empleadores y empleados que limitan a las empresas de hoy, sostiene José Luis Marqués, presidente del Consejo Social de la Universidad de Zaragoza. Pero el mismo liderazgo en las unidades productivas habrá de ser menos jerárquico que flexible, menos autoritario dentro del equipo que su "animador".

Con ello la nueva empresa impulsará relaciones más cooperadoras, transparentes y creativas y mejorará, en suma, los ambientes laborales para contribuir a deshacer la idea del trabajo como castigo bíblico para reconstruirlo como un quehacer inseparable del desarrollo personal y profesional.

El contrato del porvenir será -según Marqués- un compromiso recíproco en el que se disipe la frontera entre el empleador y el empleado y se puedan compartir no sólo los objetivos y las preocupaciones sino incluso la propiedad. ¿Cómo lograr esta meta? El empeño es peliagudo pero la solución vendrá -según Marqués- de la educación y la formación a todos los niveles, desde los colegios a la Universidad, desde los medios sindicales a los patronales. (...)

Las nuevas tecnologías son, precisamente, de la información y de la comunicación y ello comporta dos efectos capitales. El primero radica en que, coincidiendo con el gran descrédito de todas las instituciones, desde el poder judicial al Parlamento, desde los medios de comunicación a la cultural, las redes sociales acuden a las orientaciones boca a boca.

Una práctica que si de una parte ha reducido drásticamente al intermediario improductivo y dañino, sea político o comercial, de otra parte ha sustituido la función del líder carismático y su poder piramidal, por el poder de los muchos y su fuerza horizontal, la "anarquía armónica", que dice Salvador Pániker. Y todo esto se gesta actualmente, en red, en cooperación, en intercambio de informaciones y suma de poderes. (...)

Edgar Morin -según Michel Wieviorka- introdujo ya en 1984 una ciencia, la crisología apoyada en dos factores cruciales.

Un primer factor se denomina "revelador" y el otro "realizador". Por el primero asistimos a una realidad que no conocíamos previamente, por el segundo se desencadena "un movimiento de fuerzas y no únicamente de descomposición, desorganización y destrucción sino fuerzas de transformación que propician el momento decisivo para la innovación, la construcción y las invenciones".

Precisamente dentro del reiterado canto melancólico de los que aman y exaltan siempre el pasado, algunos hablan de cambios "frenéticos" (¿histéricos?, ¿diabólicos?) registrados en los últimos lustros y, según Ángel Castiñeira del Departamento de Ciencias Sociales de ESADE, "cambios frenéticos" hacia un presente y un futuro hiperindividualista.

Todo lo contrario. El hiperindividualismo quedó atrás y lo que prende ahora es la generación colaboradora, participativa presta para sumarse en equipo o en gentío a cualquier acción social valiosa.

El futuro está en la Red. Y la Red lo dice casi todo. No hay conocimiento complejo sin la red de redes, no hay superación del estadio en que se halla el mundo global sin la globalización de las interconexiones, no hay avance en el conocimiento sin the wisdom of crowds, el saber de la muchedumbre." (Vicente Verdú: La crisis que nos puede salvar. El País, ed. Galicia, 04/01/2010, p. 24/5)

No hay comentarios: