"Lo importante es la estrategia, no la tecnología. Es fácil crear perfiles, obtener amigos en Facebook o tener blogs. Pero el objetivo era que las personas salieran a la calle y votaran. Si todo ese esfuerzo en la Red no se hubiera traducido en votos no hubiera valido de nada". (...)
ha publicado un libro, Yes we did (Nosotros lo hicimos), en el que cuenta la estrategia de la campaña que ahora intenta revender para el mundo de los negocios. "Ni los Gobiernos ni las empresas controlan ya el mensaje. En Internet, la gente tiene ahora el poder de colgar un vídeo en YouTube o mandar un mensaje por Twitter para denunciar una represión, como ha ocurrido en Irán, o criticar un producto".
Internet suele asociarse a la gratuidad. Pero también puede convertirse en una poderosa herramienta de recaudación. Harfoush explica con impecable ética angloprotestante esta dicotomía. Durante la campaña, se formaron 35.000 grupos de voluntarios que consiguieron 13 millones de direcciones electrónicas de potenciales votantes a los que remitieron mil millones de correos, participaron en 200.000 eventos. Esa movilización logró recaudar 750 millones de dólares, más del doble que McCain, mediante pequeñas aportaciones de entre 20 y 50 dólares.
"Una madre nos dijo que había pedido prestados 100 dólares para aportar a la campaña porque quería que su hijo tuviera un futuro mejor. No podíamos defraudarla". Para evitarlo, los cerebros de la campaña idearon un concepto: la hipersegmentación. Nada de mensajes masivos, sino personalizar al máximo posible. Por eso, los mensajes se dividían por lugar de residencia, edad y nivel de ingresos. "Se trataba de evitar a toda costa el spam.
La gente se guía por las opiniones de su entorno más cercano, de un familiar de un amigo, de un vecino, mucho antes que de un experto o de alguien que sale por televisión. En realidad, con Internet y las redes sociales, estamos volviendo al boca a boca". (RAHAF HARFOUSH, Asesora de la campaña en Internet de Obama: "Estamos volviendo al boca a boca". El País, ed. Galicia, última, 13/08/2009)
"La campaña de Barack Obama fue innovadora de principio a fin. No sólo por el uso de los medios sociales en Internet sino por la capacidad que éstos tienen para conectar a la gente entre sí. La tecnología cambia nuestro comportamiento, pero sobre todo fortalece las relaciones", asegura Rahaf Harfoush. (...)"Éramos entre 30 y 60 personas, según la época. Éramos una mezcla de profesionales y voluntarios. Unos venían por dos semanas. Otros nos quedamos tres meses. Lo que más me sigue sorprendiendo es que tanta gente como yo fuera capaz de dejarlo todo (casa, trabajo...) para vivir esta situación". (...)
Por ejemplo a nivel recaudatorio, donde se primaron las pequeñas donaciones. "Unas 24 horas después del discurso del cambio de Obama conseguimos 150 millones de dólares, el 67% exclusivamente por Internet. Y los cuatro últimos días de campaña recibimos tres millones de llamadas telefónicas con las que captamos otros 30 millones de dólares", dice. (...)
Todo sin forzar la máquina, es decir, "evitando que la gente se sintiera obligada. El objetivo es que poco a poco ellos se fueran implicando cada vez más". Al final, asegura, la gente se sentía "socio de Obama y estaba convencida de que los mensajes que recibía con su firma se los había mandado realmente él".
De las diferencias entre los medios online y offline, Harfoush considera que, pese a que el mensaje era el mismo en ambos lados, "las redes sociales nos permitían llegar mucho más rápido a la audiencia que los medios locales y tradicionales". Harfoush destaca entre todas las herramientas que pusieron al alcance de la comunidad una aplicación para el iPhone que "convertía a cada teléfono en una oficina de campaña, con toda la información disponible a un clic de ratón y conectada en tiempo real con los cuarteles generales". También un algoritmo que permitía conocer el nivel de actividad de cada participante (número de llamadas realizadas, posts colgados en los blogs, asistencia a eventos, donaciones...) . "A los más activos les dábamos puntos que les permitían acudir a charlas donde estaba Obama".
Finalmente Harfoush asegura que en lugar de perseguir a los que usaban sus contenidos, "aceptamos las interpretaciones de la gente sobre la marca que habíamos creado", fueran grafitos, pósteres o vídeos con los discursos musicalizados de Barack. Yes We Can, el vídeo más famoso de todos y en el que hasta cantó la actriz Scarlett Johansson, recibió 27 millones de visitas en YouTube." (Rahaf Harfoush: "En la campaña de Obama triunfó la comunidad". El País, 18/05/2009)
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