8/5/20

El ingeniero que montó una fábrica al lado de la cocina... Un equipo de voluntarios improvisaron talleres caseros de pantallas protectoras para el personal sanitario con impresoras 3D

"En unos días de hoteles convertidos en hospitales y estadios de fútbol transformados en centros logísticos, Domingo Asuero también ha dado un nuevo uso a su hogar. Justo al lado de la cocina, en un espacio en el que solían comer él, su mujer y sus dos hijas de 19 y 20 años, este ingeniero de 54 años ha instalado una especie de fábrica: tres impresoras 3D del departamento de innovación de Naturgy producen allí pantallas protectoras para el personal sanitario y adaptadores para los respiradores que se usan en los hospitales. 

En la familia, pese el ruido de las máquinas y el traslado para almuerzos y cenas, la llegada del nuevo mobiliario ha sido celebrada. “Cuando hay una necesidad, siempre es bueno ayudar”.

En esas horas muertas en las que por el confinamiento unos se dedican a la repostería y otros al deporte, este trabajador decidió agudizar su ingenio y solidaridad. “Todo partió de la pregunta de qué podíamos hacer dada la situación. Desde la fundación de Naturgy se gestaron proyectos para coser mascarillas caseras y, por otro lado, fabricar protectores.

 En mi caso, me llevé a casa tres de las cuatro impresoras que tenemos en el laboratorio, pero al final hemos conseguido reunir a ocho compañeros que tienen este tipo de herramientas en casa”, explica. Desde hace dos meses, han entregado entre todos más de 1.000 pantallas protectoras y una treintena de adaptadores que facilitan el uso de mascarillas acuáticas de marcas como Decathlon en los hospitales. 

Asuero está acostumbrado a buscar soluciones para resolver problemas. Su objetivo como responsable de scouting y open innovation, en el que están involucrados unos 200 empleados, es encontrar empresas o startups con nuevas tecnologías y servicios que permitan mejorar distintos aspectos de su propia compañía: desde el almacenamiento de energía hasta la atención al cliente. La emergencia del coronavirus le obligó a dirigir hacia la urgencia del presente una mirada acostumbrada a proyectarse en el futuro. “Esto ha sido un aprendizaje porque nos ha acostumbrado a actuar rápido y sometidos a la presión del tiempo”, cuenta. 

A su equipo, concretamente, el confinamiento decretado por el Gobierno le ha afectado poco. Antes organizaban en Madrid y Barcelona encuentros con clientes y viajaban por ciudades de toda Europa a reuniones donde se presentaban algunos productos y ahora acuden a webinars, eventos similares que se realizan a través de Internet. Por lo demás, la comunicación con los compañeros, algunos de los cuales trabajan repartidos por otros continentes, se sigue manteniendo de forma telemática por videollamada como habitualmente. 

En opinión del ingeniero, la crisis derivada de la covid-19 ha de servir para explorar nuevos horizontes en la organización de las empresas - “no sabíamos lo bien que estábamos para el teletrabajo, porque se decidió rápido y en dos días todo funcionaba muy bien”-, pero sobretodo ha revelado la fraternidad entre la ciudadanía: “Es una gran lección. El esfuerzo que ha hecho mucha gente, el apoyo que he visto es de una gran calidad humana”.                (El País)

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