"Dos ejemplos de cómo la impresión 3D abarata la carrera espacial los tenemos en las dos súper potencias, Estados Unidos y Rusia.
En Estados Unidos, la start up Relativity Space, con sede en
California, acaba de firmar un acuerdo con la compañía canadiense
Telasat para ponerle en órbita mediante cohetes creados por impresión 3D
entre un centenar y medio millar de pequeños satélites para servicios
de comunicaciones e Internet.
Tal como revela Fortune, el método de esta startup acelera tiempos y
reduce costos. Grandes compañías como Boeing o SpaceX pueden demorarse
hasta un año para fabricar cohetes que requieren unas 100.000 piezas. En
cambio, Relativity Space imprime cohetes de 1.000 componentes en
aproximadamente dos meses. Y además ofrece un mayor nivel de
personalización.
La startup comercializa el cohete Terran 1, capaz de transportar
1.250 kilogramos de peso. Esa capacidad no es suficiente para grandes
satélites de comunicación, aunque sí para pequeños como los de su nuevo
cliente canadiense.
Telesat y Relativity Space anunciaron que el lanzamiento de los
satélites en cohetes creados con impresoras 3D se realizará en el año
2021, con pruebas preliminares en 2020. En estas acciones también
participará Blue Origin, fundada en el año 2000 por el dueño de Amazon,
Jeff Bezos.
Por otra parte, el grupo empresarial ruso Roselectronics (forma parte
de la corporación estatal Rostec) creará en 2020 la primera impresora
3D rusa que imprimirá piezas para motores de cohetes y aviones con la
tecnología de fundición por haz de electrones.
"La impresora, que debe ver la luz a finales de 2020, utilizará
polvos metálicos para fabricar artículos extradurables para la industria
aeronáutica, médica, joyera, automovilística, artística y deportiva",
detalló Rostec.
El nuevo equipo podrá fabricar piezas para motores de cohete de
propulsión a chorro, paletas para turbinas de motores de aviones,
implantes médicos y artículos de joyería de forma compleja, entre otros.
Se destaca que las principales ventajas de la novedosa impresora son
su alta velocidad de impresión y precisión, y la baja sensibilidad a la
calidad de los polvos.
"La tecnología de impresión por fundición con haz de electrones [en
inglés, Electron Beam Melting, EBM] permite fabricar piezas
prácticamente de cualquier grado de complejidad, incluso artículos de un
tamaño de 0,2 milímetros", aseguró Dmitri Trofímov, director general de
la empresa NPP Toriy (fabricante de la impresora, forma parte de
Roselectronics), citado por el servicio de prensa de Rostec." (Imprimalia, 10/04/19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario