"Scott Summit creció admirando a Steve Austin, el hombre de los seis
millones de dólares, el personaje que interpretaba el actor Lee Majors
en la mítica serie de televisión de los años setenta.
En aquella
ficción, preñada como todo en la época con la paranoia de la Guerra Fría
pero también con la ingenuidad del optimismo tecnológico, el piloto de
pruebas y astronauta Steve Austin sufre un terrible accidente durante
una misión perdiendo las dos piernas, un brazo y la visión del ojo
derecho.
De aquella tragedia, sin embargo, gracias a la ciencia surgirá
un ser nuevo, un hombre biónico dotado de una fuerza enorme, una gran
velocidad y una visión extraordinaria. Un héroe con extremidades
postizas que, lejos de avergonzarse de ellas, lo que hace es sacar
partido de las mismas.
Aquel personaje de ficción dejó una huella imborrable en Summit
quien, años después, se ha convertido en el diseñador de las prótesis
más hermosas del mercado. Un adjetivo y una cualidad (la belleza) que
rara vez se puede utilizar para describir lo que la mayoría de personas
viven como un estigma. Y es que, como el propio Summit reconoce, hasta
la llegada al mercado de sus diseños, las prótesis podían considerarse
unos excelentes aparatos desde el punto de vista de su utilidad,
comodidad, precisión y calidad de los materiales, pero nadie mostraba
orgulloso una pierna ortopédica.
Más bien al contrario, la gente tiende a
esconder sus prótesis, intentando disimular de la mejor manera posible
la ausencia de uno de sus miembros y esto es porque esas prótesis no son
únicas y eficientes, no están adaptadas a la personalidad y el gusto de
cada uno de los pacientes.
Formado como diseñador industrial, antes de dedicarse a la fabricación
de prótesis, Summit trabajó para algunas de las marcas más destacadas en
el campo del diseño de sus productos como Apple o Nike.
A esta
experiencia previa le suma una mirada muy especial sobre el cuerpo
humano, al que considera hermoso y eficiente, algo que va más allá de lo
meramente mecánico, para convertirlo en lo que él llama escultura en
movimiento.
“La impresión en 3D ofrece una gran oportunidad para crear
no solo diseños impresionantes y hermosos, sino el tipo de diseño que
puede cambiar vidas” asegura Summit. Cada uno de los diseños de Summit
son completamente originales y parten de una aplicación que obtiene una
imagen digital de la persona para la que se está diseñando la prótesis.
Summit, que sitúa su trabajo en la intersección entre las necesidades humanas y la tecnología, cree que “una prótesis no sirve únicamente para evitar que te caigas, una prótesis debe hacerte prosperar”, porque al final su misión no es una mera tarea mecánica, sino conseguir que “una persona sienta que es hermosa de nuevo”. (Pedro García Campos, El País, 11/04/19)
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