"El atleta paralímpico, campeón de España en salto de longitud, y
titulado por la Universitat Politècnica de València (UPV) en Ingeniería
Mecánica Alejandro Marín fabrica su propia prótesis en el campus de
Alcoi de esta institución académica. El deportista sufrió un accidente a
los 14 años y le amputaron el pie derecho y su próximo objetivo es
competir en el Mundial de Atletismo Paralímpico de Dubái en septiembre
de 2019 en la modalidad de relevos y como velocista de 100 y 200 metros.
La de Alejandro Marín es una auténtica historia de superación. Un
accidente de tráfico en Petrer (Alicante), su ciudad natal, le cambió la
vida en 2007. Fue necesaria la amputación de su pierna a la altura del
tobillo derecho, y hasta los 19 años estuvo postrado en una cama,
realizando una vida totalmente sedentaria en la que solo salía de su
domicilio para las curas.
Cuatro años después del accidente, Alejandro decide re-amputar su
pierna 15 centímetros por debajo de la rodilla. Él mismo piensa que
"aquella decisión fue una locura y casi nadie lo hubiera hecho", pero
era una de las pocas vías que quedaban para tener mejor calidad de vida e
incluso, a la larga, llegar a realizar deporte.
A sus 19 años, a Alejandro le llegó el momento de elegir universidad.
Tenía buenas calificaciones, suficientes para acceder a la titulación y
el centro que hubiera querido. Así las cosas, optó por el campus de
Alcoy de la Universitat Politècnica de València (UPV), donde ha cursado
el Grado en Ingeniería Mecánica. "Tenía una opinión muy positiva del
campus", afirma Alejandro: "Familiar, pequeño, amigable... Un lugar en
el que no solo haces amistad con los de tu carrera, sino también con los
de otras titulaciones".
Estudiar el Grado en Ingeniería Mecánica le ha permitido diseñar su
propia prótesis de uso diario en los laboratorios del campus de Alcoy.
Para hacerlo, escaneó su pierna izquierda y se lanzó a dibujar. El
modelado y la impresión 3D también se realizó allí mismo: "El campus de
Alcoy ha significado mucho para mí", motivo por el que tiene tatuadas
las coordenadas de la Plaza Ferrándiz y Carbonell detrás del brazo.
En su situación actual, Alejandro asegura que ahora mismo no necesita
trabajar. "Me bastaría con ser atleta paralímpico, pero mi objetivo es
ayudar a las personas que, por desgracia, puedan verse en una situación
como la mía y evitar que, en la medida de lo posible, sufran cuatro años
como los que yo pasé".
En la actualidad, Marín realiza sus prácticas en el Instituto
Tecnológico del Calzado (INESCOP), ubicado en Elda (Alicante). Compagina
sus estudios y prácticas con un exigente entrenamiento deportivo. Y es
que, meses después de comenzar a ejercitarse en las instalaciones
deportivas del campus, recibió la llamada del comité paralímpico para
realizar unas pruebas. Y lo invitaron a la concentración del equipo
paralímpico español previa a los mundiales de atletismo de Londres 2017
para que conociera el ambiente de la alta competición.
En julio de 2018, se convirtió en campeón de España en la modalidad
de salto de longitud y subcampeón en los 100 metros lisos en Atletismo
Adaptado. Ahora, su próximo objetivo es participar en la modalidad de
relevos con la selección española y conseguir las marcas mínimas en los
100 y 200 metros lisos para el Mundial de Atletismo Paralímpico de Dubái
en septiembre de 2019.
Incluso, Alejandro Marín, que empezó a practicar snowboard años
después de su accidente, podría convertirse en uno de los pocos atletas
paralímpicos que compitan en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 y
Pekín 2022, ya que no existe ninguna norma que impida estar en las
federaciones de deportes de invierno y verano. Como el propio Alejandro
afirma, "soy la suma de los 'no puedes' que me han dicho desde los 14
años". (Imprimalia, 10/12/18)
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