"Imprimir insulina en casa, crear bacterias a la carta para regenerar
la flora, fabricar polímeros naturales o elaborar pintura biológica son
algunas de las aplicaciones del novedoso dispositivo que imprime ADN en
las bacterias y que llevó a un equipo de la Universidad Politécnica de
Valencia (UPV) a ganar el iGEM 2018, el concurso de biología sintética
más prestigioso del mundo.
El equipo multidisciplinar valenciano, integrado por ingenieros
biomédicos, biotecnólogos, informáticos y diseñadores, ha explicado las
bondades de esta novedosa "impresora", Printeria, con forma de cubo y
apenas algo más grande de una caja de zapatos que, además de
aplicaciones para la salud, la industria o el arte, podría convertirse
en laboratorio portátil para centros educativos.
Con este prototipo han ganado, en palabras del rector de la UPV,
Francisco Mora, la "Champions League" al lograr sin apenas patrocinios
los premios Mejor Proyecto con Nueva Aplicación, Mejor Software, Mejor
Hardware, Mejor Wiki y Mejor Modelado frente a universidades punteras
con "grandes presupuestos" como Harvard, Yale, Oxford, Massachusetts
(MIT) , Cambridege, Columbia, California-Los Ángeles (UCLA) o la
Sorbona.
El líder del equipo y estudiante del Grado de Ingeniería Biomédia,
Roger Monfort, que ha estado acompañado de los otros nueve compañeros,
mentores y profesores, ha explicado que Printeria es un dispositivo "muy
miniturizado", que puede compararse con una impresora, pero "de
bacterias".
El sistema de entrada "podría parecerse a unos cartuchos de tinta",
donde están los componentes biológicos, "enzimas, bacterias, agua y todo
lo necesario" para realizar el proceso. Posee también una zona de
reacción con "píxeles metálicos, donde tiene lugar toda la magia de la
biología", y una bandeja de salida, "que se asemejaría al papel ya
impreso" y que son "las bacterias ya transformadas genéticamente", ha
dicho.
"Es un proceso de tres horas que no se puede acelerar porque es un
proceso biológico", ha sostenido y ha agregado que "todo está controlado
por un software" y que, una vez las bacterias crecen, se consigue el
producto final acabado.
El rector ha resaltado que, hasta ahora, no había ninguna línea de
investigación en esta rama en la UPV y que lo que han concebido es
"totalmente nuevo" al conseguir imprimir ADN en bacterias para hacer
ciertas funciones, "incluida esta del arte" con un dispositivo diseñado y
fabricado enteramente por el equipo, que demuestra "el talento que
tenemos" y que "puede competir con cualquiera".
"Lo que necesitan es que les apoyemos como sociedad porque podemos
ser un país de vanguardia en ciencia y tecnología", ha apuntado, y ha
hecho un llamamiento a contar con más recursos públicos pero
"especialmente privados".
Monfort ha aventurado que, a largo plazo, con esta herramienta "se
puede lograr cualquier cosas que tenga que ver con el ADN" y entre otras
aplicaciones para la salud, tiene "claro" que una persona que tuviera
Printeria "podría imprimirse insulina en su casa y cuando la
necesitara".
En el mismo campo sanitario también ha apuntado que se podrían hacer
bacterias adaptadas a la flora de una persona para reconstituirla o
adaptarlo a organismos como levaduras o células humanas, aunque ha
advertido que eso es hablar de "muy largo plazo".
En el ámbito industrial, se podría elaborar cualquier tipo de
plásticos o polímeros que "se generen a partir de bacterias", así como
colores y aromas, y en la industria artística, se pueden lograr pinturas
biológicas con la gama de colores que se quiera e incluso
fluorescentes.
Ha incidido en que han detectado usos en la educación "para
institutos que no se puedan permitir un laboratorio en las
instalaciones", en laboratorios de investigación, que con esta máquina
"ahorrarían mucho tiempo y costes porque eliminas el factor humano", y
bioartistas, "una rama que está creciendo mucho".
El dispositivo, que ha costado unos mil euros, no se puede
comercializar aún, según Roger, pero su intención es "continuar con el
proyecto" y hacer algo "que funcione mucho mejor y tolerante a los
errores", lo que bajaría el precio y permitirá su venta.
El instructor del equipo Alejandro Vignoni ha hecho hincapié en que
uno de los objetivos principales del proyecto es "democratizar el acceso
a la biología sintética, una área nueva en la que hay mucho
desconocimiento". (Imprimalia, 08/11/18)
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