"Una fractura de cadera. Los especialistas del servicio de Traumatología del Hospital tienen la posibilidad de fotografiar y
reproducir en 3D la zona para después ver, analizar y practicar cómo tratar el problema.
De este modo, el profesional después en la operación tiene mucho tiempo
y conocimiento ganado ya que ha estado practicando con un boceto en el
que ha comprobado qué materiales puede utilizar, cuánto deben medir los
instrumentos y qué complicaciones se puede encontrar en el área
afectada.
Este revolucionario proceso se puede ejecutar ya en el
servicio de Traumatología del Complejo Asistencial de Salamanca, aunque su uso se podrá expandir a otros departamentos.
La incorporación de este equipo llega tras una donación anónima de un particular que a través del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) ha cedido de forma altruista la impresora 3D con un precio en el mercado que ronda los 1.600 euros.
El Hospital lo único que tendrá que asumir para su funcionamiento es el
coste de los materiales de impresión que rondan los 25 euros. Cada
rollo tiene entre 250 y 500 gramos de un material plástico y flexible
como el Filaflex.
El objetivo de esta nueva impresora 3D en el Hospital va dirigido a crear bocetos de los huesos fracturados para imprimirlos y poder 'entrenar' antes de operar,
mejorando la precisión, reduciendo el tiempo de cirugía y en
consecuencia proporcionando al paciente una mejor recuperación.
No
imprimirá prótesis para después implantarlas en los pacientes, debido a
que este proceso requiere la participación de empresas especializadas
con materiales específicos para ello.
Los entrenamientos antes de operar, más reales que nunca." (La Gaceta de Salamanca, 12/10/16)
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