"Las energías renovables, en especial la eólica y la 
fotovoltaica, ya no están fuera del rango de coste de las energías 
convencionales, tras el fuerte abaratamiento que han experimentado en 
los últimos cinco años. 
Así lo certifican la Agencia Internacional de la
 Energía (AIE) y la Agencia de la Energía Nuclear en la octava edición 
del informe 'Projected Costs of Generating Electricity', que se publica de lustro en lustro.
El
 estudio se ha elaborado tras analizar 181 plantas de producción de 
electricidad en 22 países, y la muestra por primera vez incluye una 
participación relevante de las tecnologías renovables; de hecho, con 120
 instalaciones, son la mayoría; el resto son 17 plantas de gas -13 de 
ciclo combinado y cuatro de ciclo abierto-, 14 de carbón, 11 nucleares y
 19 cogeneraciones.
España ha participado en el informe con tres instalaciones 
fotovoltaicas -un tejado residencial, otro comercial y una planta en 
suelo-, una central solar termoeléctrica sin almacenamiento, un parque 
eólico terrestre, cuatro minihidráulicas -dos fluyentes y dos con 
embalse-, dos plantas de biogás, una de biomasa, una de tratamiento de 
residuos y dos cogeneraciones. (...)
Para obtener una visión más amplia de las opciones, por 
primera vez se plantean los resultados en tres escenarios diferentes, 
según el coste del capital, fundamental en la industria energética: se 
aplica un 3% para las situaciones más favorables, un 7% para mercados 
desregulados y un 10% para situaciones de riesgo. 
El análisis en estos tres escenarios permite comparar el 
gran impacto que el coste del capital tiene en tecnologías como la 
nuclear, que pasa de ser la más barata de las fuentes convencionales en 
el primero a ser la más cara en el último. 
En el caso de las renovables, la eólica terrestre resulta la
 más barata -puede ser la más barata de todas- y tampoco experimenta una
 variación importante de un escenario a otro.
Comparando
 los resultados del informe de hace cinco años con el actual, las 
tecnologías convencionales presentan un incremento de sus costes, sobre 
todo en el caso del carbón, aunque en parte se debe a nuevas asunciones. 
Justo lo contrario sucede con las tecnologías renovables, y 
en particular con la fotovoltaica, que ha experimentado un acentuado 
descenso. La eólica también se abarata, pero en una proporción muy 
inferior.(...)"               (Tomás Díaz , El Economista, 7/09/2015)
Comparando
 los resultados del informe de hace cinco años con el actual, las 
tecnologías convencionales presentan un incremento de sus costes, sobre 
todo en el caso del carbón, aunque en parte se debe a nuevas asunciones.
 
Justo lo contrario sucede con las tecnologías renovables, y en particular con la fotovoltaica, que ha experimentado un acentuado descenso. La eólica también se abarata, pero en una proporción muy inferior.
Justo lo contrario sucede con las tecnologías renovables, y en particular con la fotovoltaica, que ha experimentado un acentuado descenso. La eólica también se abarata, pero en una proporción muy inferior.
 
 
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