"Ya han sido varias las ocasiones en las que los editores de AEDE han
ido a reunirse con Google enarbolando una factura, pretendiendo cobrar
al buscador por reseñar sus titulares en su servicio Google News. Para
ellos, era “dinero fácil”, algo casi “de cajón”: Google usa nuestros
contenidos, por tanto Google debe pagar, porque ellos ganan dinero y
nosotros no somos capaces de hacerlo.
Los matices iban aparte: que
Google News fuese un servicio gratuito y sin publicidad alguna, o que
fuese una muy importante fuente de visitas para las páginas de sus
periódicos era algo para ellos secundario. La cuestión era que Google
debía pagar, “porque tenía mucho dinero”. Y si no pagaba, habría que
obligarlo.
Los dinosaurios de AEDE encontraron en el gobierno de Rajoy y en Soraya Sáenz de Santamaría
la horma perfecta para su zapato. Un presidente obsesionado con el
control de los medios y con lo que los periódicos “de toda la vida”
decían de él, y una vicepresidenta que se cree omnipotente, que
desprecia internet y que es la reina absoluta del “sostenella y no enmendalla”.
El presidente que quiere verse guapo en la portada del ABC, y su
todopoderosa vicepresidenta. La única diferencia entre Soraya Sáenz de
Santamaría y Dios es que Dios no cree ser Soraya Sáenz de Santamaría.
Así que la maquinaria se puso a trabajar de la única manera que sabe
hacerlo: a golpe de decreto.
O de “artículo colado de rondón”, una
costumbre muy española: metemos un nuevo artículo en una ley, sin
encomendarnos ni siquiera a Europa – peor aún, enviando a Europa la versión de la ley sin ese artículo – y organizamos una componenda con los periódicos de AEDE
digna de una república bananera: nos tratáis bien, cambiáis a los
directores hostiles al gobierno, y os conseguimos el dinero de Google.
Impresionante, muy democrático, muy estético… pero da igual. Habrá daños
colaterales, se perjudicará a los emprendedores y a páginas que citan
noticias en toda la red española, se convertirá a España en el único
país del mundo que institucionaliza un “pago por enlazar”, iremos en
contra de la dinámica de la red desde sus mismos orígenes… da lo mismo.
Soy Soraya, y puedo hacerlo. Todo sea por “la causa” y por controlar las
portadas de los periódicos “de toda la vida”.
Quisieron tensar la cuerda… y la cuerda se ha roto. Quisieron forzar a Google a pagar, y ahora Google afirma no solo que no pagará, sino que además, cerrará Google News en España si es preciso para no hacerlo.
Que pagar no es una cuestión de dinero, sino de defender la naturaleza
de la red.
El “dinero fácil” con el que el gobierno pretendía comprar la
línea editorial de los medios de AEDE va a resultar que no es tan
fácil. Para el gobierno era el acuerdo ideal: controlo a los periódicos,
y pago con dinero de otro. Un trato al que en España estamos ya, en
realidad, muy acostumbrados: los sucesivos gobiernos llevan décadas
pagando a la prensa sus favores mediante el desvío interesado del dinero
de todos que supone la publicidad institucional.
De poco sirvió que la Coalición pro-Internet, los medios no afiliados a AEDE, los analistas internacionales, publicaciones de prestigio o la mismísima Wikimedia Foundation
insistiesen en que el canon era una barbaridad, que no podía ser
aceptable de ninguna manera, que atentaba contra la propia naturaleza de
internet o que supondría un impacto económico negativo.
¿Peticiones de firmas?
Bah, cuatro gatos. La ley tenía que salir sí o sí, porque lo contrario
habría sido una muestra de debilidad. Para beneficiar a unos cuantos
dinosaurios inadaptados, había que cambiar cómo funciona internet.
¿Y
ahora? La situación actual, con la ley finalizando su trámite de
aprobación y Google anunciando que cerrará Google News España, es la de
“y para que se fastidie el sargento, no como rancho”. Por un lado, los
periódicos no cobrarán ni un euro de Google. Por otro, perderán una
fuente importante de tráfico para sus páginas, posiblemente unida a
muchas otras páginas que, como yo mismo llevo haciendo desde que se
anunció la tramitación de la ley, decidirán no enlazar.
Muchos poquitos,
sí, algunos casi insignificantes, pero que juntos acaban dando lugar a
un tráfico apreciable. Al final, un ostracismo digital que la ciudadanía
ve como el mejor premio a la tozudez y a la inadaptación, como una
forma de dar a los viejos periódicos precisamente lo que se merecían.
Para
España, toda una evidencia de la alarmante pérdida de calidad
democrática que ha supuesto el mandato del gobierno actual: España se
convierte en uno de los pocos países del mundo donde Google News no está
presente, y el único donde tuvo que cerrar sus operaciones debido a la
presión gubernamental.
Un país donde por ley ocurre algo tan disparatado
como que no se pueden citar las noticias sin pagar. Repítelo despacio:
para poder referirme a una noticia y enlazarla, ¡tengo que pagar!! ¿Pero
qué clase de dinosaurio estúpido e iletrado concibe una ley así?
Finalmente, Richard Gingras
y Google han planteado el único escenario lógico que podían plantear:
no capitular ante unas exigencias que suponían un auténtico pecado
capital contra la libertad de información, contra el derecho de
cualquiera para enlazar a una noticia.
La posición de Google es
incómoda, era una decisión que no interesaba a nadie tomar. Pero el
problema no era pagar: era convertirse en el que, con su pago,
legitimaba semejante barbaridad – o semejante estupidez irracional. Para
el “consejo de ancianos” en el que se ha convertido AEDE y para el
gobierno español, todo un “triunfo”: ni honra, ni barcos. Enhorabuena. Por el bien de todos, esperemos que no obtengan muchos más triunfos como este." (Enrique Dans, 15/10/2014)
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