"Un ejemplo concreto de subordinación de la administración española, de
la valenciana en este caso, a los intereses de las grandes empresas
informáticas de software privatista, de acceso no libre, y de la torpe y
mala gestión del dinero público. (...)
Se trata de un anuncio de la “Conselleria de Hacienda y Administración
Pública por el que se publica la formalización del contrato
administrativo mixto de suministro de actualización de versiones de
productos Oracle y servicios de soporte básico”. (...)
Valor estimado del contrato: ¡más de 3 millones de euros! 3.137.026,13 €
para ser exacto. Presupuesto base de licitación, el importe neto:
2.418.976,84 euros. El importe total es 2.926.961,98 euros. (...)
Fecha y firma: Valencia, 16 de enero de 2014. La Subsecretaria (P.D.
firma 31 de mayo de 2012), Carmela Cots Soler. ID: A140002160-1
¿Es así y no puede ser de otro modo? ¿Es “lo que hay” como se dice estúpidamente en ocasiones?
En
absoluto. Unos comentarios del físico e informático badalonés, Óscar
Torrente, profesor y coordinador de Informática del Instituto Puig
Castellar de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona): “No soy un
especialista en el tema, pero estoy seguro que con PostgreSQL se puede
hacer todo lo que se puede hacer con Oracle, y, además, gratis…
O aunque
no sea total la gratuidad, también pueden tener su departamento
comercial de soporte técnico, pero, en cualquier caso, sería software
libre”.
Prosigue el entregado profesor de informática: “El
problema fundamental que veo, además de los típicos, los ya conocidos:
estar esclavizado para siempre a un producto opaco, caro y
deslocalizado, es la nula voluntad de fomentar la investigación de
soluciones viables libres, existentes actualmente o no”.
Con más
detalle señala algunos interrogantes: “Si PostgreSQL, por poner un
ejemplo, no se adecua exactamente a las características exigidas, ¿no
sería una buena, incluso una gran decisión estratégica, desarrollar una
solución propia y, de este modo, no depender de nadie, y hacer además
que esta solución estuviera ubicada en el ámbito del software libre para
que todo el mundo que quisiera pudiera colaborar?”
Es obvio,
prosigue el profesor Torrente, que inicialmente la apuesta sería tal vez
un poco más cara (si bien, matiza, “no sería necesaria empezar desde
cero… bastaría con modificar las cosas seleccionadas de un proyecto-base
ya contrastado, ya testado”), pero a la larga, y este es el punto
esencial, daría un “rendimiento impresionante”, además de fomentar, una
de las tareas y finalidades de lo público en su vertiente formativa y
educativa, el trabajo local de calidad y la mejora de la colaboración
entre las administraciones.
A medio plazo: mejor, con menor gasto y con mayor colaboración cooperativa.
¿Es
alocado lo defendido por el profesor Torrente? ¿Imprudente? ¿Utópico?
¿No toca? ¿O, por el contrario, es realismo crítico del mejor, del más
informado y con arista más democrática, participativa y ciudadana?
¿Y no se trataba de ser realistas, críticos y participativos?" (Salvador López Arnal, Rebelión, 10/02/2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario