"Todo parece apuntar a las energías renovables como solución ¿no es así?
Efectivamente, desde la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético
llevamos un año repitiendo el mismo mensaje. Que ya es posible un nuevo
sistema basado en la eficiencia y el ahorro, las renovables y la
soberanía ciudadana en la producción de energía.
Podemos dejar atrás muy
rápido el sistema actual basado en la explotación (del medioambiente,
de los pueblos y de los consumidores) mediante miles de pequeñas
instalaciones de energía renovable en manos de la ciudadanía y de las
pequeñas comunidades. Y la energía sería incluso más barata hoy e
infinitamente más barata en el futuro.
¿Disponer, siempre,
pero más en medio de la crisis general del sistema, de energía
suficiente y con independencia, es disponer de soberanía nacional? ¿Qué
significaría en este caso “soberanía nacional”?
La crisis
que estamos viviendo es una crisis también de la lógica globalizadora.
Estornudan en la otra esquina del mundo y nos acabamos constipando aquí.
Y hay pocas necesidades humanas en las que la interconexión global sea
más evidente y peligrosa que en al ámbito de la energía.
La pregunta que
debemos hacernos entonces es la siguiente: ¿si ya contamos con
tecnologías que nos permiten utilizar recursos que son libres y están en
todas partes, como el viento y el sol, por qué seguimos permitiendo que
nuestras necesidades más básicas estén en manos de gobiernos inestables
a miles de kilómetros de aquí?
¿Qué debería cambiar para llegar a tal situación?
De
momento, la política energética del Gobierno. La escandalosa reforma
del sector eléctrico que está perpetrando tiene un objetivo: parar las
renovables como sea. Están en juego las inversiones millonarias en centrales de gas
que construyeron las grandes eléctricas fundamentalmente desde 2005.
Así que podemos afirmar que el Gobierno actúa para rescatar (un caso más
de socialización de pérdidas) a las eléctricas de sus ruinosas
inversiones.
Una política energética al servicio de la
ciudadanía, entre otras cosas, establecería mecanismos que favorecieran
el ahorro y la eficiencia y los sistemas de autoconsumo, es decir, el
abc de la soberanía energética: consumir lo menos posible y hacerlo con
materias primas autóctonas.
¿Y de qué manera dificulta la nueva reforma el ahorro y el autoconsumo?
Una de las medidas que ya ha aprobado el Gobierno es aquella que modifica la estructura de la factura
que pagamos todos los consumidores. Desde el mes de agosto, el término
de potencia (la cantidad fija que pagamos consumamos o no, en función de
la potencia contratada) ha subido un 63% para los consumidores
domésticos. Por su parte, el término de energía (la parte variable, en
función de los kWh que hayamos consumido) disminuye un 17%. La mejor
forma de desincentivar el ahorro: al bajar el precio del kWh, disminuye
también lo que dejamos de pagar si consumimos menos.
Por su
parte, la normativa sobre autoconsumo que ha propuesto el Gobierno
constituye un ataque frontal a esta forma de producir electricidad, a pesar de sus múltiples ventajas. Entre otras cosas consagra el llamado “impuesto al sol”,
algo que no recoge la normativa de ningún otro país del mundo y que
consiste en que, por cada kWh que produzcan nuestros paneles y que
consumamos instantáneamente en nuestro hogar, tengamos que pagarle al
sistema eléctrico unos 7c€. La idea es sencilla una vez más: si el
precio al que nos vende la compañía eléctrica es de 12,5c€/kWh, el
ahorro deja de ser los 12,5c€ para quedarse tan solo en 5,5c€.
En octubre sube el recibo de la luz, ¿Por qué? ¿A qué responde que el Gobierno apruebe cada trimestre subidas de las tarifas?
El Gobierno cada trimestre revisa el precio al que pagamos la electricidad la mayor parte de los consumidores, la llamada Tarifa de Último Recurso (TUR).
Para justificar los cambios, que suelen ser al alza por supuesto, se
basa en el precio que se determina en una subasta que tiene lugar
también cada tres meses.
Pero resulta que en esa subasta están
representadas fundamentalmente las grandes empresas eléctricas (junto a
unos cuantos especuladores financieros) que dominan el mercado tanto por
el lado de la oferta como de la demanda.
Nos hablan de mecanismo de
mercado, pero en realidad, las cinco empresas que conforman el lobby
eléctrico dominan tanto el 80% de la generación (oferta) como de la
comercialización (demanda). Si sólo tienen que ponerse de acuerdo cinco
para establecer ese “supuesto” precio de mercado ¿qué cabe esperar que
suceda trimestre a trimestre?
Es decir, que ese reducido grupo
de empresas eléctricas es quien dicta al Gobierno lo que los
consumidores tienen que pagar. Pero, ¿Qué fuerza tiene hoy ese
oligopolio? ¿Hay posibilidades de que se les hunda el negocio tal y como
se lo plantean?
La ciudadanía debería saber que nunca han
sido más débiles las posiciones del oligopolio energético. La reforma
que se ha visto obligado el Gobierno a poner en marcha es la mayor
prueba de ello. Cuando ya no pueden defender sus posiciones con
argumentos económicos (las renovables son caras), se han visto obligados
a sacar los tanques a la calle.
Van a seguir intoxicando con su
propaganda, por supuesto, pero con argumentos cada vez menos
consistentes. La nueva ley del sector eléctrico es una muestra de
debilidad. Han necesitado dar un golpe en la mesa y reconocer que lo que
de verdad está en juego son sus cuentas de resultados, y que por eso se
aprueba esta nueva ley. (...)
¿Crees que la ciudadanía reconoce o puede reconocer su fuerza con
respecto a este caso concreto? ¿Cómo se podría plantear una acción
social de “desobediencia civil energética”? ¿Qué es la Plataforma por un
nuevo Modelo Energético?
La Plataforma por un Nuevo Modelo Energético
es una organización especial, integrada por unas 225 organizaciones y
más de 1.700 ciudadanos, absolutamente inclusiva, en la que conviven,
por ejemplo, todas las organizaciones medioambientales y un buen número
de partidos políticos.
Yo creo que buena parte de su éxito reside en que
la pelea que nos mueve es factible y sin que implique sacrificio alguno
para nadie, salvo quizá para los consejeros de las grandes empresas del
oligopolio. Es una organización con acciones prácticamente todas las
semanas y que, por supuesto, está respondiendo con múltiples iniciativas
a la agresión que supone esta reforma.
Cuéntanos un poco de dichas iniciativas.
Necesitaríamos
otro artículo para contarlas todas. Telegráficamente, podíamos empezar
por la campaña de denuncia de la pobreza energética (el tercer jueves de
cada mes, juntarnos en las plazas de pueblos y ciudades con mantas y
velas); acción coordinada con la Red de Solidaridad Popular para proporcionar pequeños kits de autoconsumo eléctrico para las personas a las que han cortado la luz; campañas de desobediencia
que nos grita a cada uno que no basta con opinar y que hay que pasar a
la acción con tres pasos: hacer una auditoría de consumo energético,
cambiar de comercializadora a una cooperativa verde e invertir tu dinero
en instalaciones de producción renovable; registro de desobedientes
solares; acciones de desobediencia civil donde personas se
autoincriminen públicamente de que no van a legalizar su instalación de
autoconsumo; manifiestos de economistas, científicos y de personas de la
cultura; campañas para recabar el compromiso de todos los partidos
políticos de la oposición de cambiar la reforma cuando tengan
responsabilidades de gobierno, y otra para recabar mociones de todos los
ayuntamientos del Estado….Y muchas más..
ECOOO tiene
en su haber realizaciones prácticas en la implantación de un nuevo
modelo energético basado en las renovables. ¿Cómo trabaja ECOOO?
Para transitar hacia un modelo energético más sostenible hace falta toda la energía del sol. Por eso, ECOOO
lleva a cabo una labor de divulgación y concienciación y participa en
cualquier espacio que le permita divulgar los beneficios de las energías
renovables y la soberanía energética.
Pero, además, propone
alternativas de participación en energías renovables y, concretamente,
en la renovable más democrática que existe: la fotovoltaica y habilita
canales que generan empoderamiento solar de las tecnologías renovables. En esa línea, Ecooo
ofrece a los pequeños ahorradores la posibilidad de invertir su dinero
de forma responsable, segura y con alta rentabilidad en plantas
fotovoltaicas sobre tejado.
¿Cuáles son algunos de esos proyectos ya en marcha?
ECOOO
ha puesto en marcha ya 62 plantas de energía solar fotovoltaica con una
potencia instalada de 4.623 Kw que evitan la emisión de 1.914 toneladas
de CO2 a la atmósfera. Estas instalaciones están en Castilla La Mancha,
Madrid, Andalucía, Extremadura y la Comunidad Valenciana.
Y lo ha hecho
con comuneros que comparten una vinculación directa en instalaciones
fotovoltaicas y que son mucho más que inversores, son una comunidad viva
y palpitante con la que codeciden. Gentes comprometidas con el cambio
desde una opción vital y vitalista.
Por último, háblanos, del proyecto de ECOOO en la población sevillana de Lebrija, la Ola solar social de Lebrija…
La “Ola solar social de Lebrija“
está pensado para democratizar la energía entre los ciudadanos. El
Ayuntamiento de Lebrija, ha cedido las cubiertas de 11 edificios
municipales para instalar en sus tejados plantas fotovoltaicas con las
que generar energía limpia. La Ola solar~social de Lebrija
consiste en 11 instalaciones fotovoltaicasde entre 15 y 20 kW cada una.
Ocupan, por lo tanto, una superficie por planta de entre 300 y 400
metros cuadrados.El conjunto de todas esas instalaciones produce
aproximadamente 350.000 kWh anuales, suficiente como para proporcionar
suministro eléctrico a casi 100 viviendas del municipio. Gracias a esa
electricidad limpia se evita lanzar a la atmósfera 117 toneladas de CO2 al año." (Ramón Pedregal Casanova, Crónica Popular, Rebelión, 1611/2013)
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