7/10/11

"Paul van Zyl y Kristy Caylor, fundadores de Maiyet, han buscado artesanos de todo el mundo para que muestren su saber tradicional en prendas contemporáneas... "Al unir a los artesanos tradicionales con el diseño moderno queremos promover la prosperidad"

 "Incorporar la ética a la industria de productos de lujo es un objetivo en la agenda de muchas casas tradicionales y el motor fundacional de otras. En la semana de la moda de París se presentó el segundo número de Ever Manifesto, que lleva aparejado a un concurso de diseño avalado por Gucci. También, la primera colección de una nueva firma llamada Maiyet (en la imagen).

 
Paul van Zyl y Kristy Caylor, fundadores de Maiyet, han buscado artesanos de todo el mundo para que muestren su saber tradicional en prendas contemporáneas. Con ello, se busca promover su papel como pequeños empresarios. Cada pieza especifica la procedencia de la artesanía que muestra y trata de subrayarla con un diseño sencillo y limpio. "Es un modelo de negocios sin precedentes en la industria del lujo", afirmó van Zyl cuando presentó el proyecto en el Clinton Global Initiative de Nueva York en septiembre.

En los hombros, un mosaico de Colombia sobre vestido sin mangas con un estampado pintado a mano en la India. Sandalias de plataforma de Italia

La responsabilidad creativa recae en un equipo que lidera Caylor, que trabajó en Gap y en Band of Outsiders. "Celebramos lo raro y lo inesperado", explican en una nota de prensa. "Al unir a los artesanos tardicionales con el diseño moderno queremos promover la prosperidad. El resultado es una colección que explora la tensión creativa entre el pasado y el presente y descubre la intersección entre la belleza y la dignidad".

De momento, Maiyet trabaja con artesanos de Colombia, Suráfrica, Italia, India e Indonesia y Kenia. Su primera colección, que ha sido comprada por Barney's, incluye ropa, accesorios y joyas y la compañía se ha comprometido a que parte de sus beneficios se destinen a la formación en los talleres. "Lo más poderoso de este trabajo es el impacto que podemos conseguir en sus comunidades", afirma van Zyl. "Esperamos ver un círculo de prosperidad, inversión y desarrollo y un retorno a las raíces artesanales del lujo".

Vestido bordado a mano en la India y cinturón y zapatos fabricados en Italia.

El modelo que Maiyet propone no es en sí mismo tan original. No es muy diferente al de, por ejemplo, Edun (la marca de Bono y su mujer Ali Henson). Lo más interesante es que su diseño funciona. La ética y la estética deben ir de la mano para que estas marquen calen. La ropa, vista en la campaña que protagoniza Daria Werbowy, resulta apetecible sin necesidad de entrar en otras disquisiciones.

Una premisa parecida definió el concurso que Gucci y Ever Manifesto organizaron como parte del proyecto Ever Bamboo, una publicación de 50 páginas editada por Stefano Tonchi (director de W). El bolso ganador y la revista se presentaron el último día de los desfiles en la tienda de Gucci en Avenue Montaigne.

Los estudiantes del Institut Français de la Mode (IFM) tuvieron cuatro meses para proponer el bolso más sostenible que pudieran a partir del modelo Bamboo de Gucci. El ganador ha sido producido por los talleres de Florencia de Gucci y se venderá en varias tiendas de la marca y también online. El objetivo para los estudiantes era conseguir que Frida Giannini considerara el diseño lo bastante apetecible y contemporáneo como para venderlo en sus tiendas. "El éxito está en lograr productos que sean deseables", explicaba Giannini en la presentación. "Está muy bien hacer productos más éticos, pero si nadie quiere comprarlos, ¿a quién le importa?".

De los 18 candidatos, se eligieron tres para que desarrollaran prototipos con los artesanos de Gucci. Las tres piezas aparecen en la publicación monográfica sobre el bambú, segundo número del "periódico ocasional" Ever. Esta especie de revista -sorprendentemente interesante- será distribuida en escuelas de moda y en tiendas Gucci.




Los finalistas fueron Robby Tjia, Fehr Farès (que estudió en el IED de Madrid y desfiló en el FIB en 2009)y Laura Popoviciu. Popoviciu fue la ganadora con un diseño de shopper de algodón reciclado con costuras de hilo de bambú y asas en ese material (en la foto). "Requiere mínimo corte y construcción así que se reduce el consumo de electricidad en las fábricas", señala la revista. "Como se pliega para quedar totalmente plano hasta que llega a la tienda, requiere menos espacio de transporte. Una vez en la tienda, se monta con forma de barco".      (El País, blog 'Delitos y faldas', 07/10/2011, 'Estudios de ética en París', Por: Eugenia de la Torriente)
 

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