Creada en abril de 2009, ha recaudado 20 millones de euros para 550 proyectos. "La media ahora es de tres millones mensuales y hemos presentado más de 10.000 en 18 meses", asegura su consejero, Andy Baio, que visitó Barcelona invitado por el foro de cultura libre FCForum.
En Kickstarter no se invierte ni se presta. Se participa. Los creadores mantienen el 100% de la propiedad y control sobre su obra. A cambio del dinero ofrecen productos y experiencias únicas como recompensa a quienes hagan una aportación.
Sankaram, por ejemplo, necesita 6.000 dólares para llevar a cabo la ópera Miranda Lives! La donación mínima es de un dólar, pero a medida que aumenta la inversión, también crece la recompensa. Si el internauta paga 10 dólares obtendrá una descarga digital de dos canciones, si invierte 50 dólares recibirá un CD con dos temas del musical y una botella de cerveza casera, y por 300 dólares, hará un cameo en un anuncio sobre la ópera.
En Kickstarter es todo o nada. Si el proyecto no reúne el dinero necesario en un tiempo determinado (de uno a 90 días) no se realizará. Ni la cantidad donada irá a otra iniciativa de la plataforma, cuyo patrocinador se quedará sin la recompensa prometida, porque el cargo en su tarjeta de crédito solo será validado si el objetivo finalmente se cumple.
Diaspora, la red social libre donde la privacidad estará controlada por el internauta, recaudó 200.000 dólares de 6.500 donantes. Únicamente pedían 10.000 dólares.
Musopen quería contratar una orquesta internacional para grabar las sinfonías de Beethoven, Brahms, Sibelius y Tchaikovsky y liberarlas bajo dominio público.
Sus responsables explican en la página: "Si compra un CD con la novena de Bethoveen, legalmente solo podría escucharlo. No lo podría compartir, subir a Internet ni utilizar como banda sonora de una película suya, aunque Bethoveen lleva más de 183 años muerto y su obra ya no tenga derechos de autor. Hay toda una vida de música legalmente bajo dominio público, pero que necesita volver a ser grabada para que pueda después ser de uso libre".
Musopen pedía 11.000 dólares y recaudó 68.000 de 1.276 internautas. Quienes donaron 10 euros (346 personas) accederán a la música antes de que se publique. Y los que han desembolsado 1.000 dólares (11 personas), además, serán nombrados "benefactores permanentes" de una de las sinfonías grabadas por la orquesta. También podrán elegir entre un iPod con las obras grabadas o unos auriculares Shure porque "la música de alta calidad lo requiere".
En Kickstarter todos ganan si el objetivo se cumple. El autor financia su obra, que permanece íntegra en sus manos, mientras controla el proceso de financiación y decide cómo recompensa a sus seguidores, que difunden la iniciativa a lo largo y ancho de la Red.
El internauta obtiene la recompensa comprometida cuando haya visto la luz la iniciativa innovadora. La plataforma, en la que trabajan 14 personas, "cobra un 5% sobre el total de la donación a cada proyecto", asegura Baio.
The Pirate Bay - Away From Keyboard, documental sobre la polémica página sueca de intercambio de archivos, consiguió 51.434 dólares de 1.737 internautas, 35.000 de ellos en tres días. El realizador, Simon Klose, obtuvo el 205% de su objetivo inicial de 25.000 dólares. No solo podrá terminar la película, también alquilar un estudio de montaje y pagar al montador.
Klose tiene previsto estrenar el documental bajo la licencia creative commons en 2011. Un filme sobre tres jóvenes que lanzaron una web para divertirse y se ha convertido "en el embrión de un movimiento político mundial. Internet", asegura Klose, "no es una amenaza para la creatividad". (El País, Ciberpaís, 04/11/2010, p. 59)
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