En Lotaldi el ciudadano cuelga material que puede ser adquirido por un medio de comunicación. El portal, en inglés y castellano, actúa de intermediario. Si el contenido se vende, el creador cobra el 70% de a cambio de ceder sus derechos durante un año. El servicio, lanzado en julio, cuenta con unos cien abonados.
El director, Alfonso Izagirre, dice que la experiencia nunca se había desarrollado "a nivel amateur" y destaca su "inmediatez". La web, con una interfaz simple, "recibe vídeos en cualquier formato y los edita automáticamente". También cuenta con aplicaciones para iPhone, Blackberry y Android. La empresa, con 15 empleados, ha creado la figura del publicador, al que reserva un 5% de los beneficios. Su misión es supervisar el contenido y etiquetarlo, pero "nunca lo modifica, sólo comprueba que es apto".
Para subir un vídeo hay que indicar su localización, palabras claves y categoría, como accidente, catástrofe o famoso. Por último, la forma de difusión: normal, exclusiva o gratis porque "a lo mejor quiere darse a conocer antes que cobrar". El precio se pacta con el medio en función de si lo compra en exclusiva o no.
Lotaldi ha hecho frente a un complejo entramado legal para fijar bajo qué parámetros paga al internauta "porque no es lo mismo si está aquí o en EE UU, y cómo facturamos el servicio".
Izagirre concluye que "no se trata de pillar a Sara Carbonero e Iker Casillas sino de captar cómo el camión de la basura impide pasar a los coches, que interesa a una tele local". (El País, Ciberpaís, 23/09/2010, p. 5)
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