"Es sorprendente cuando la tecnología se aprovecha en pro de la evolución del hombre. Tanto en su calidad de vida, como en el plano intelectual, la creatividad aplicada a la tecnología siempre ha arrojado resultados sumamente interesantes.
Hace no mucho, todos quedaban boquiabiertos con la introducción de una impresora 3D, la cual, al inicio tenía tareas muy sencillas, pero poco a poco, éstas fueron evolucionando. Los resultados cada vez fueron más complejos, y la utilidad de este tipo de tecnología fue aumentando.
La utilidad en ciencias de la salud ha sido verdaderamente una de las aplicaciones más interesantes de este aparato; con una impresora 3D se pueden imprimir (valga la redundancia) tejidos para trasplantes, ¡algo que no se podía hacer antes de ninguna otra forma!
El día
de hoy, la tecnología da un paso más en la evolución de las impresoras
3D, usando energía solar para funcionar, arena como material, ¡y
obteniendo cristal como resultado! Esta nueva máquina fue creada por
Markus Kaiser, quien tuvo la increíble idea de investigar el potencial
de la manufactura desértica, el lugar ideal para trabajar libremente con
materia y energía en abundancia.
Aquí te mostramos cómo funciona la magnífica impresora:
El
resultado detrás de tantos años invertidos en investigaciones es
admirable. Kaiser mismo describe un poco de este proceso en su página oficial:
“En
agosto de 2010, llevé mi primera máquina solar, ‘Sun-Cutter’, al
desierto egipcio. Se trata de un láser para cortar, el cual funciona con
energía solar sobre objetos 2D, utilizando una cámara que guía el
movimiento del aparato. (…) Esa experiencia en el desierto me ayudó a
pensar en nuevas formas para trabajar con arena y energía solar. (…)
Usando los rayos solares, en lugar de un láser, y arena en lugar de
resinas, conseguí la base para la creación de una máquina que pudiera
producir objetos de vidrio. Todo esto, a partir de las inmensas
cantidades de material que hay en nuestro planeta. (…) ‘Solar-Sinter’
fue terminado a mediados de mayo, y a fines de ese mismo mes, me llevé
el aparato para probarlo en el desierto del Sahara, para experimentar
con ella por dos semanas.
La máquina y los resultados obtenidos durante
la experimentación, representan pasos iniciales pero muy significativos
para mí, es una herramienta con gran potencial en temas de producción
basada en energía solar.” (Sara Araujo, Warp, 23 diciembre, 2016)
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