"Bret Chanin, de 29 años de edad, se graduó en el Stevens Institute of
Technology de Hoboken (Estados Unidos) y profesionalmente se dedicó
durante varios años al diseño de calderas y de sistemas de generación de
energía para proyectos de construcción en la ciudad de Nueva York,
hasta que se cansó y pensó que en la vida podía haber otras cosas.
Así que empezó a mover su currículum y a publicar anuncios en los que
mostraba su disposición a trabajar con inventores que necesitaran apoyo
técnico.
Gran parte de ese trabajo (realización de los prototipos) radicaba en el modelado 3D e impresión 3D.
Sus anuncios surtieron efecto. Recibió invitaciones de médicos
neoyorquinos para producir réplicas de órganos en tres dimensiones.
Y ahí empezó su carrera. El uso de uno de sus trabajos para la
planificación de una cirugía compleja con el fin de corregir la
deformidad que sufría un paciente en el cráneo le valió una mención
especial en la publicación Journal of Neurosurgery.
Hoy, Brent Chanin ya ha fundado una empresa (Mediprint) especializada
en la creación de biomodelos 3D de órganos para el New York
Presbyterian Medical Center y el Laboratorio 3D del Columbia Medical
Center, que se usan en la preparación de trasplantes.
Su empresa está invirtiendo en la mejora de las imágenes de
resonancia magnética, tomografía axial computarizada y datos de
ultrasonido para conseguir aún mayor precisión en los modelos 3D que
necesita reproducir mediante impresión tridimensional.
Mientras sostiene una réplica de una aorta, Chanin afirma: "Esto no
es una mera aproximación. Es exactamente lo que está dentro del cuerpo
del paciente. Ayuda además a que el doctor le explique las cosas".
Por su parte, Cathleen Cooper, directora del Laboratorio 3D del
Hospital Presbiteriano de Nueva York, estima que Chanin ha logrado una
alta comprensión sobre cómo utilizar los datos: "El entiende el lado de
la impresión 3D de las cosas y su lado clínico.... La clave es que todo
esté impreso a escala para que los cirujanos puedan ver exactamente lo
que está en el cuerpo".
En un escritorio frente a él, Chanin tiene impresos en 3D modelos de
un corazón, un cráneo, una aorta, pies y tobillos. Para visualizar
correctamente el pie programó la impresora 3D de forma que insertara
clavijas para la conexión de los huesos y que no se desmoronaran.
Sus biomodelos 3D cuestan entre 500 y 2.000 dólares.
Utiliza impresoras y tambien recurre a Suny New Paltz y Suny Rockland
porque no puede gastarse medio millón de dólares en otro tipo de
máquinas, y piensa que es capaz de contribuir a la mejora de la atención
médica gracias al apoyo de las instituciones para las que trabaja." (Imprimalia, 14/11/16)
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