"Ha sido ampliamente reconocido que la
humanidad debe cambiar el sistema energético actual, basado en el
consumo de combustibles fósiles, que produce contaminación y el
calentamiento global lento pero inexorable.
Algunos sectores influyentes
presentan una clara reacción negativa que se expresa en corrientes negacionistas y contrarias a la transformación. Todos estos fenómenos son históricamente normales. Con el paso de las generaciones la ciencia y la realidad se imponen.
Sin embargo, hay cosas que no pueden
esperar indefinidamente. El cambio de modelo energético no solo será
decidido en recomendaciones de importantes comités. Las decisiones de
los ciudadanos y la actitud política de los gobernantes van a tener un
papel fundamental en su desarrollo. Los grandes cambios pueden comenzar por comunidades pequeñas y concienciadas que
muestren que otra realidad es posible.
¿Les suena? Ahora en España
estamos viviendo cambios sociales profundos que comenzaron por sectores
marginales en un principio, que supieron catalizar necesidades sociales
de gran alcance. Estos movimientos han dado lugar a una profunda
modificación del poder municipal y autonómico, y sin duda una nueva
política se perfila en España.
En el ámbito de la energía, no hay duda de que el sol es la fuente ideal de energía renovable
para el futuro. La energía solar llega regularmente, está disponible en
todas partes, y cubre con creces la energía que podamos necesitar.
Sin
embargo, existe el problema, no enteramente resuelto,
de convertir de forma eficiente la luz solar en electricidad o en algún
combustible que podamos almacenar. Para realizar esta conversión
actualmente se emplean los paneles solares fotovoltaicos,
predominantemente de silicio cristalino.
Mucha gente está familiarizada
con las instalaciones solares que se realizaron en gran número en el
año 2008, donde hubo un crecimiento exagerado de este sector causado por
subvenciones excesivas y una planificación dudosa. Desde entonces, las
renovables han estado sometidas a diferentes ataques en España, por parte del actual gobierno y por parte de grandes corporaciones que emplean otras tecnologías energéticas.
Sin embargo, la energía solar fotovoltaica constituye un sector energético floreciente a nivel mundial,
y la finalidad de las subvenciones, que era aumentar la escala de esta
economía para rebajar el precio, ha tenido su efecto a nivel global. El
precio de los paneles solares se ha dividido por cinco en los últimos
cinco años. Nos preguntaban cuando llegaría la “paridad”, es decir, el mismo precio de la electricidad solar que la energía suministrada en red, y esta puede no estar lejos.
Además, de forma inesperada, se está
produciendo actualmente en muchos países avanzados un fenómeno con gran
potencial transformador, que es la popularización de la generación autónoma de energía solar
en los hogares. Se trata de que usted instala en su tejado unos paneles
solares que proveen electricidad cuando luce el sol. Por otra parte
usted sigue conectado a la distribución en red, de forma que cuando
necesita energía y sus paneles no la producen la toma de la compañía
eléctrica.
Pero al revés, usted puede suministrar energía a sus vecinos en agosto si está de vacaciones y ellos necesitan electricidad para el aire acondicionado. Así que al final su sistema personal tiene un balance neto de producción
y paga o cobra por ello.
Si su factura mensual es de 100 euros, usted
va a gastar 30.000 euros en los próximos 25 años, y puede pensar maneras
alternativas de invertir este capital, como comprar su propia
instalación si esta tiene un precio mucho menor, que además le
proporciona un control sobre su energía. Es un sistema muy atractivo, y
en Estados Unidos, un total de 187.000 hogares instalaron paneles solares en 2014.
Con todo, sigue dependiendo de la conexión externa eléctrica. El nuevo factor que introduce una transformación disruptiva de la generación autónoma es la batería del hogar de Tesla,
introducida en el mercado hace algunas semanas, ya que añade la
capacidad de almacenamiento. Con coste razonable permitirá almacenar la
electricidad generada y gozar de un sistema energético completamente autónomo en su hogar o negocio.
Como vemos, parece ser que está comenzando
una nueva revolución que por fin puede contribuir decisivamente a la
implantación masiva de las energías renovables. Pero en lugar de
tratarse una vez más de grandes instalaciones controladas por
corporaciones energéticas colosales, en este caso la energía va a estar
totalmente en manos de las personas individuales.
Si usted no entiende la factura actual de la luz, yo tampoco.
Pero con el sistema de generación individual tendremos un app en el
móvil que nos permitirá controlar sencillamente la generación y el
consumo que cada uno hace por si mismo. La generación se hará de forma
distribuida, con lo que bajarán los costes de distribución, y el exceso
de consumo será identificado inmediatamente, lo que llevará a un ahorro
global de recursos. Seremos cada uno nuestro propio gestor de la
energía.
Cuando estas decisiones individualmente se
extiendan y se adopten por millones, tendremos un enorme sistema de
almacenamiento que funcionará fluidamente mediante sistemas de
información compartidos. Y el sistema será mayor y más versátil en
cuanto los coches eléctricos formen parte del almacén colectivo.
Sin embargo, el actual gobierno de España está a punto de oponerse frontalmente
a esta revolución tan esperanzadora que pueden realizar los ciudadanos.
El gobierno prepara nueva legislación que se propone eliminar cualquier
retorno de la energía vertida a la red, y gravar el uso de baterías
para almacenamiento propio.
Esta legislación hará casi imposible en la práctica la generación y la gestión autónoma de la energía por parte de las personas, que siguen condenadas a ser clientes y consumidores.
Naturalmente si el nuevo sistema de
generación individual alcanza grandes proporciones es obvio que las
compañías que actualmente monopolizan la distribución, las eléctricas,
saldrán perjudicadas. (...)
Los nuevos movimientos ciudadanos tienen ahora la oportunidad de
encontrar una causa justa mucho más compleja y articulada, donde la
participación social conduzca a crear una nueva economía.
Consideren la
enorme capacidad de generación de pequeñas y medianas empresas que
realicen y mantengan las instalaciones energéticas hogareñas. Consideren
la posibilidad de crear nuevas industrias basadas en conocimiento para
producir baterías de hogar adaptadas a nuestras necesidades.
Todo ello
es posible y es una oportunidad excelente para mejorar economías locales
que el nuevo poder municipal no debe dejar escapar. A una escala mayor,
los partidos y movimientos políticos, ya sean nuevos o consolidados,
deben reflexionar y actuar.
Pueden seguir apostando por los sistemas de decisión obsoletos y corruptos realizados al margen de la ciudadanía, y encadenarse a los sistemas energéticos del siglo XX, que sin duda van a convertir nuestro hogar colectivo en algo irreconocible y posiblemente inhabitable.
O facilitar a los ciudadanos la realización de la energía distribuida
dentro de la economía del conocimiento, permitirse soñar con un futuro
nuevo obtenido con corresponsabilidad, trabajo, imaginación y
atrevimiento."
(La revolución del autoconsumo de energía solar, en manos de los ciudadanos, de Juan Bisquert en El Confidencial, en Caffe Reggio, 20/06/2015)
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