"En los laboratorios del MIT ya se trabaja en la evolución de la
impresión de 3D. Se trata de la impresión 4D, un concepto que supone el
futuro de la manufactura de productos y de la fabricación de estructuras
para la construcción, compuestos por materiales inteligentes capaces de
expandirse, transformarse y responder a los requerimientos de los
usuarios.
Esta tecnología es el resultado de la fusión entre las tecnologías de impresión 3D
y el desarrollo de materiales inteligentes capaces de responder a
estímulos y ensamblarse por sí mismos, explicó el director del
Laboratorio de Autoensamblaje del Instituto de Tecnología de
Massachusetts (MIT), Skylar Tibbits.
Así, por ejemplo, una impresora 3D puede imprimir una figura plana de
algunos centímetros de extensión pero al entrar en contacto con el
agua, ésta pueda convertirse automáticamente en una mesa o una silla.
Desde el año pasado, en el laboratorio de Autoensamblaje del MIT
llegó a conceptualizar la impresión 4D, aunque Tibbits, con estudios
profesionales en Arquitectura, Computación y Diseño, se ha dedicado a la
investigación de materiales inteligentes durante los últimos siete
años.
Para el desarrollo de las investigaciones, los investigadores del
Laboratorio del Autoensamblaje han trabajado en conjunto con la firma
Stratasys, desarrolladora de impresoras 3D, así como Autodesk, quien
desarrolla software de diseño digital.
Las investigaciones aún están en fase de laboratorio por lo que aún
podrían pasar un par de años para que se empiecen a realizar pruebas
utilitarias en el mundo real mientras que su uso comercial podría tardar
aún más, dijo Tibbits.
Lo cierto es que su potencial de aplicaciones abarca desde industrias
como la del cuidado para la salud hasta la construcción e incluso en un
futuro el mundo podría ver la construcción de edificios que respondan a
estímulos como luz, temperatura y condiciones meteorológicas para que
adapten automáticamente las condiciones de temperatura o iluminación en
su interior.
Skylar Tibbits reconoce que por separado, tanto la impresión 3D como los materiales inteligentes
de por sí ya son un gran avance pero su conjunción crean un potencial
revolucionario al abrir un horizonte de creación de productos y
estructuras autoarmables e inteligentes desde el material –sin necesidad
de añadirles instrumentos electrónicos- y por ejemplo, desarrollar
infraestructura de forma rápida y eficiente en lugares de alto riesgo
para la construcción.
“La impresión en 3D permite la construcción de estructuras más
ligeras y eficientes, pero los materiales inteligentes permiten crear
estructuras que, sin la necesidad de dispositivos adicionales, pueden
ensamblarse automáticamente en poco tiempo, sin mecanismos fallidos, lo
que significa un gran avance en la creación de sistemas inteligentes”,
agregó.
Tibbits dice que en México existe investigación y desarrollo en las
áreas de biotecnología e investigación de materiales y si bien el
Laboratorio aún no realiza trabajos en conjunto con centros de
investigación en el país, el investigador considera que existe el
potencial de crear una sinergia para el desarrollo de esta tecnología." (MIT Technology Review, en El Economista, 24/06/2014)
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