“¿De verdad que hay que seguir visitando o recibiendo a pacientes en la
consulta para preguntarle si se han tomado las píldoras?” se pregunta
indignado Peter Fitzgerald, director del Centro de Tecnología
Cardiovascular de la Universidad de Stanford. "¿No puedo hacer lo mismo
con un iPad? Seis horas diarias de visitas a pacientes son
insostenibles. Para los médicos y para los pacientes”. (...)
El médico y escritor indio Deepak Chopra recuerda que el 80% del gasto
farmacéutico se centra en cinco males de fácil solución como pueden ser
el insomnio o stress, para las que hay aplicaciones telefónicas que
podrían ser de ayuda. Y también hay soluciones para controles más
físicos.
Cellscope es una herramienta para el diagnóstico desde casa. Con la ayuda de un smartphone, sirve para procesar imágenes de la piel o examina otitis. Eyenetra diagnostica con el móvil si tus ojos necesitan gafas y de qué tipo.
Adamant
ha presentado un chip que identifica olores y colores para el iPhone;
su siguiente peldaño es identificar gases en los pulmones, lo que
facilitaría la detección precoz de un cáncer.
Todas estas aplicaciones
son, argumentan, más baratas que los sistemas hospitalarios actuales y
más efectivos, pues cuanto antes se detecta un mal, mejor para el
paciente y para la factura médica. El móvil puede llegar a ser un
instrumento fundamental de predicción, pero también una herramienta
básica para el apoyo de enfermos crónicos. (...)
La mayoría de las dolencias cardiacas son detectadas después de sufrir un ataque. La aplicación Alivecor
para el iPhone permite tomar un electrocardiograma por menos de un
dólar al día. Esto permitiría a los médicos descubrir muchas dolencias
antes de que se agraven.
El programa capta mucha más información que
cualquier revisión médica de rutina. En diez segundos, la aplicación
realiza el electro y se imprime en papel. El coste es de 199 dólares,
mucho menor que el de la misma operación hecha en un hospital. Una
aplicación similar, Ispo2, hace análisis de sangre.
Se calcula que en Estados Unidos mueren 45.000 personas al año por
errores de diagnóstico, tantas como por el cáncer de mama. Ningún médico
podría leerse en profundidad los más de 5.000 artículos científicos que
se publican anualmente sobre dolencias coronarias, pero un ordenador
sí.
El examen médico, el diagnóstico, las recetas, la mayor parte de la
actividad del médico la puede hacer un robot y con más datos objetivos
en la cabeza. Los ordenadores son mejores en organizar información
abundante y compleja. Según calcula el consultor sanitario Vinod Khosla, los ordenadores podrían reemplazar el 80% del trabajo médico actual, incluso ampliar sus competencias.
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